Con la llegada de Halloween, la oferta de contenido audiovisual se convierte en una juguetería de piezas del género de terror para que cualquiera pueda acceder a ellas. Una verdadera fiesta para quienes aman la sangre, el miedo, los demonios o los monstruos.
Acostumbrados a consumir narrativas externas, en Argentina el género del horror tiene una base sólida de historias y directores que convirtieron sus historias en material de exportación para otros mercados. Es el caso de Demian Rugna que está por estrenar su nuevo opus Cuando Acecha La Maldad, que supo recoger premios y prestigio por cada festival y país que visitó.
De este director conocemos su anterior obra, una historia de casas embrujadas con una tónica bastante disonante a otras muestras del género. Estamos hablando de Aterrados (2018), la historia de una casa en un barrio residencial que anida un ente oscuro que irá permeando a las anchas de la misma cuadra. Con imágenes impactantes y una incomodidad generada por la tensión de una omnipresencia maligna en las sombras, se configuró como uno de los éxitos absolutos en el país y en el mundo.
Gonzalo Calzada es otro exponente argentino, con una búsqueda más gótica y alejada de los suburbios ha sabido contar grandes películas con demonios y horror. Pero Resurrección (2015) es disruptiva porque además se anima a meterse con el pasado colonial del país. Es la historia de Aparicio, un cura argentino que viaja a Buenos Aires para auxiliar a los enfermos que se vieron afectados por una epidemia de fiebre amarilla en 1871. Cuando llega a un lugar que conoce muy bien, comienza a ser testigo de una serie de hechos sobrenaturales. El uso de las casas ampulosas antiguas, las sombras y un trabajo de arte y fotografía muy preciso, la convierten en una buena opción para quienes gustan más de la construcción lenta que de los sustos pasajeros.
Natalia Meta adaptó libremente la novela El mal menor (de C.E. Feiling) para dar vida a El prófugo (2021) una fábula sobre una entidad que toma control de los cuerpos. La forma de retratar la realidad de la directora nos sumerge en un viaje casi psicotrópico en donde perdemos la noción de lo que es real y no. La actuación de Erica Rivas levanta el nivel, además del gran uso de la cámara y fotografía, más un profundo trabajo en el universo sonoro. Una película que fue pre seleccionada para los Oscar dentro de Mejor película internacional.
Historia de lo Oculto (2020) de Cristian Ponce, es de esas películas casi inclasificables. Desarrollada durante la década del ochenta, en una argentina distópica en blanco y negro, un grupo de periodistas tienen exactamente 60 minutos para desenmascarar a un grupo de empresarios y políticos de alto nivel que forman parte de un aquelarre de brujos. Desarrollada en tiempo real, es una maquinaria de guión precisa y potente con un final que te deja más preguntas que respuestas. Se viene una secuela.
Este es sólo un ejemplo de cómo contar historias de terror con otra sensibilidad, más arraigada al propio verosímil.