Todos la conocimos por encarnar a la Nana Fine en la ficción: una despampanante vendedora de cosméticos de uno de los barrios más pobres de New York, que por casualidad se encuentra en la puerta de un exitoso y millonario productor de Broadway y termina convirtiéndose en la niñera de sus hijos. Desinhibida, sin pelos en la lengua, con una voz nasal y una risa tan características como su colorida vestimenta y su voluminosa cabellera. La protagonista de La Niñera (1993-1999) estaba inspirada en la mismísima Fran Drescher, en su familia y su crianza en Flushing, Queens.
A sus veinte años se mudó a Los Ángeles para probar suerte como actriz, pero no le resultó nada fácil. Más de una década después -harta de los rechazos de las productoras- la actriz decidió tomar su carrera en sus propias manos. La génesis del proyecto que se convertiría en su más exitosa serie, también parece una escena salida de una serie. Junto a su entonces marido Peter Marc Jacobson, se encontraron por casualidad a bordo de un avión con el presidente de la división de entretenimiento de la popular cadena CBS.
Jeff Sagansky ya había trabajado con ellos en el piloto fallido de una serie, y la pareja aprovechó el vuelo entre Estados Unidos e Inglaterra para presentarle un nuevo proyecto. Sorprendido e intrigado en partes iguales, el productor les dijo que escucharía su idea a la vuelta. Cuenta la leyenda que Fran le dijo “me han tratado como una guarnición cuando sé que puedo ser el plato principal de un gran banquete” y a Sagansky que pareció tan osada que decidió darle una oportunidad.
En realidad, todavía no tenían ninguna idea. Pero Fran y Peter no querían desperdiciar ese golpe de suerte y su viaje a Londres les dio la inspiración que estaban buscando. El choque cultural entre la alta sociedad de la capital europea y los humildes orígenes de Fran fueron el disparador para la serie que todos conocemos y amamos. De vuelta en Estados Unidos, se asociaron con otra pareja de productores amigos y presentaron el piloto de lo que sería la exitosa La Niñera.
Muchos aspectos del personaje están basados en la vida y la personalidad de Fran Drescher, y por eso al día de hoy sentimos que la conocemos. De hecho, hay un episodio de la serie llamado “La huelga” que ilustra también su faceta de activista política. A la mitad de la segunda temporada, Fran se niega a cruzar la línea de trabajadores que protestan frente a un hotel, donde casualmente el Sr. Sheffield estrena una obra. A pesar de que le explica que es uno de los valores centrales de su familia, el empresario se niega a escucharla y quiere obligarla a entrar.
“Creo que ella siempre estuvo atenta a cuestiones sindicales cuando se trataba de los más débiles”, aseguró la actriz sobre su icónico personaje en una entrevista de 2020. Al año siguiente, fue elegida presidenta de SAG-AFTRA, el sindicato que nuclea a los profesionales de cine, radio y televisión en Estados Unidos. Este año, protagonizó uno de los videos virales de la doble huelga de guionistas y actores de Hollywood, donde reclamaba por sus derechos. Poco después fue reelegida en su cargo y al momento de redactar esta nota, se encuentra negociando activamente con la Alianza de productores de cine y televisión para conseguir mejoras salariales y regular el uso de la inteligencia artificial en sus trabajos.