Final Fantasy VII Rebirth: Dos demos para sentar las bases de lo que se viene

En 1997 el lanzamiento de Final Fantasy VII marcó un momento clave para la empresa que hoy conocemos como Square Enix. Fue su primer RPG en 3D en el que apostaron a la alianza con Sony con el lanzamiento de PlayStation y donde cambiaron para siempre el destino de una de las franquicias más longevas de Japón.

La ambición de su historia lo convirtió en uno de los juegos más icónicos de su época y una base de fanáticos que generó que hasta el día de hoy sigan saliendo tantos títulos que amplían ese universo que conocimos hace 26 años. En 2020 vio la luz Final Fantasy VII Remake, el primer juego de una trilogía que se dispone a construir una nueva narrativa que no solo funciona como continuación de lo vivido en el título original, sino que ha sido una excelente puerta de entrada para miles de jugadores ajenos a este mundo.

En el último State of Play presentado el 14 de septiembre tuvimos un trailer alucinante acompañado de la fecha de salida de Final Fantasy VII Rebirth, la segunda entrega que trae de regreso un montón de queridos personajes para continuar el viaje de Cloud y detener a la peor amenaza del planeta, Sephiroth. Este 29 de febrero tendremos en manos un juego que profundiza las bases de su antecesor, mejorando lo ya presentado y se vuelca a un mundo abierto lleno de exploración.

Malditos Nerds fue invitado a probar un poco de lo que se viene junto con distintos medios latinoamericanos y creadores de contenido a la Ciudad de México, el pasado 27 de septiembre. Durante una hora y media, como enviada y representante del medio, pude disfrutar de las dos demos presentadas en la Tokyo Game Show que sirvieron como carta de presentación de lo que será uno de los lanzamientos más grandes de 2024 con más de 100 horas de contenido jugable.

Las dos porciones de juego disponibles tienen dos enfoques diferentes para que podamos entender la versatilidad y profundidad de la jugabilidad que busca el equipo liderado por Yoshinori Kitase y Naoki Hamaguchi. La primera, inspirada en el recuerdo de Cloud sobre su primera misión al lado de Sephiroth en el monte Nibelheim para investigar el mal funcionamiento de un reactor Mako, está centrada mayormente en la narrativa. Si, Sephiroth es jugable en esta parte por si te lo estabas preguntando, y es indescriptiblemente poderoso.

El episodio de Nibelheim es una parte muy importante de la historia original y uno de los momentos más recordados por los fans, por lo que poder jugar treinta minutos de esta sección trajo muchos recuerdos de horas inmersas en este mundo durante la infancia. Aquí tomaremos el rol de un Cloud novato que acompaña a Sephiroth, el legendario Soldado de Primera Clase, enviados por Shinra para resolver un conflicto en uno de los reactores Mako, utilizados para abastecer de energía a distintas regiones, mientras son guiados por una joven Tifa. A modo de tutorial y en una porción más lineal, se nos presentan algunos de los nuevos aspectos incorporados a Rebirth.

El primero de ellos es la verticalidad que se suma a la exploración de los distintos escenarios para hacernos sentir que no estamos atrapados en esos espacios reducidos y continuistas de Remake, tal vez siendo esta una de las quejas más recurrentes hacia el primer título de la trilogía. Con Cloud podremos subir ciertas rocas para obtener materias, ítems o llegar a cofres ocultos. La particularidad del terreno de Nibelheim permite construir caminos donde debemos escalar para llegar a diferentes zonas y no solo depender de escaleras estáticas. Suena como un pequeño agregado y lo es, pero la libertad de movimiento de los personajes que pueden tanto subir como bajar por diferentes peldaños suma a la experiencia de no sentirse atrapado en un pasillo para ir de punto A al punto B de forma casi automática.

La estrella de esta demo es poder apreciar también la calidad gráfica en el diseño de los entornos, donde Rebirth se favorece de estos espacios oscuros iluminados por partículas de Mako y cristales luminiscentes. Pero toda nuestra atención en los detalles queda opacada cuando en el combate de estos dos compañeros tomamos el mando de Sephiroth y es tan imponente como uno esperaría. Dato extra para aquellos que mojan sus pies en FFVII por primera vez: en el juego original no podíamos controlar al legendario Soldado durante el incidente de Nibelheim. Lo cual explica la emoción de muchos de nosotros al ponernos en la piel de uno de los villanos más temidos de la historia de los videojuegos, aunque sea solo unos minutos.

Dentro del combate podremos experimentar los nuevos ataques de sinergia (previamente incorporados en el DLC Intermission), tanto aquellos que se realizan cuando tomamos la postura de guardia y no costaran puntos de la barra de BTC, como otros más espectaculares que sí lo harán. Similares a como funcionan los Límites. En este caso, las habilidades de sinergia entre Cloud y Sephiroth se presentan como cinemáticas in-game que están ancladas a momentos específicos del combate contra el jefe de este segmento ya que, recordemos, funciona más como un tutorial que otra cosa. Después de disfrutar de cercenar enemigos con la mítica Masamune del villano de pelo plateado y resolver algún que otro puzzle, terminamos la primera demo introductoria fuertemente centrada en la historia.

Recuperamos un poco el aliento y continuamos con la segunda demo que nos lleva al grupo actual una vez que abandona Midgar y se enfrenta ante el vasto territorio de uno de los continentes de Gaia, nuestro planeta. Con el equipo completo jugable, se suma Red XIII a nuestra lista de combatientes. Un personaje muy esperado para poder ser utilizado ya que en Remake solo contaba como apoyo en las peleas. Su jugabilidad es pura destreza y agilidad, lo que le permite cargar rápidamente su barra de BTC para hacer uso de sus habilidades especiales.

Aquí veremos a la ciudad militarizada de Junon a la lejanía y una buena porción de mapa para explorar. Se nos recomendó evitar la misión principal hasta que terminemos de recorrer toda la extensión disponible en la demo, ya que esta marcaría el final del segmento jugable. Y así fue, me dispuse a encontrarme con un mundo mucho más abierto y rico en contenido, con distintas cosas para hacer en cada dirección que uno mire.

La principal era seguir a un pequeño y adorable Chocobo que nos iba guiando a distintos puntos de interés del mapa, que si poníamos en funcionamiento, nos serian de gran utilidad puesto que activarían el viaje rápido entre cada uno de estos. La opción no se encontraba disponible para la demo, pero al habilitarlas nos daba la opción de acariciar al precioso Chocobo cuantas veces quisiéramos, por lo que valió la pena perder tiempo rascando esas plumas.

Hablando de Chocobos, todo este segmento puede ser recorrido tanto a pie como usando esta clásica criatura de Final Fantasy como montura. Cuentan con una mayor velocidad y, por lo visto en trailers, más adelante amplían el abanico de movilidad referido al terreno. Por lo que sabemos, los vehículos y monturas serán elementos claves y necesarios para atravesar los distintos territorios en esta entrega. En todo momento, el equipo te sigue y es visible en el mapa, lo cual nos regala divertidas situaciones como ver a Red XIII, un cuadrupedo que habla, montando un Chocobo como lo haría un humano y sosteniendo las riendas con sus patitas. Internet se volvió loca con esta imagen y debo admitir que pase varios minutos girando la cámara para apreciar tal acontecimiento.

Si recuerdan la verticalidad que les mencione en la demo de Nibelheim, esto se expande mucho más en el mundo abierto y tendremos una amplitud de terreno explorable mayor al que imaginamos. Incluso, se pueden divisar pequeñas islas a una corta distancia a las cuales es posible llegar nadando (con o sin monturas) para obtener tesoros. Seguramente en el juego terminado tengamos como resultado una exploración inmensa y variada, por lo que se pudo vislumbrar en tan poco tiempo.

Podremos también entrar a uno de los ranchos de Chocobos que, se entiende, estarán distribuidos a lo largo del mundo y la única interacción disponible era comprar cosméticos personalizables para nuestra montura. Algo que, para la demo, solo aportaba desde lo visual pero eventualmente cumplirán funciones más sustanciales. Por el momento, con ellos podíamos encontrar tesoros y desenterrarlos para hacernos de materiales útiles para mejoras de equipo o consumibles. El movimiento puede ser un poco tosco al inicio y errático, por lo cual hay que acostumbrarse a los controles.

Ahora sí, es momento de ir al combate que junto con la exploración eran las dos estrellas de esta demo jugable. Final Fantasy VII Remake hizo un excelente trabajo para traer a la actualidad un sistema de combate por turnos que pausa las peleas pero con acción en tiempo real, resultando en un híbrido equilibrado con una profunda complejidad de mecánicas y combinaciones posibles en el combate. En este juego se nota como se mejora lo ya establecido a la vez que suma mucha profundidad a la jugabilidad, con la idea de aprovechar la cantidad de miembros del equipo que se han sumado a nuestra causa.

Ya no solo contaremos con un equipo de tres (o menos) preestablecido por la narrativa, sino que ahora podremos cambiar la configuración de nuestra party en cualquier momento. Ya no más llamados por celulares con tapita para esto, podremos incluso dejar equipos preestablecidos para activar esa formación cuando lo necesitemos. Para esta demo, contamos con tres equipos no modificables que nos permite probar sinergias específicas de compañeros y adecuarnos a los combates aéreos, por ejemplo.

Retomando este sistema de sinergias, en el combate casual cuando las utilicemos se hará un despliegue de escenas dentro del juego antes de lanzar estos poderosos ataques que, como crítica que debo hacer, por momentos se tornaba confuso la cantidad de cambios de cámara para estas presentaciones durante el combate. Tal vez es simplemente acostumbrarse, pero considerando algunos problemas del posicionamiento de cámaras durante el combate en Remake, tengo la duda si no se repetirá esto y terminan entorpeciendo la excelente jugabilidad.

Lo mismo sucedió con la cámara aérea cuando debíamos derrotar monstruos para cumplir misiones secundarias que nos presentaba el equipamiento que nos otorga Chadley, un investigador que busca recopilar información desde Remake y le servimos de conejillo de indias. Si bien contamos con la posibilidad de administrar el equipo para enfocarnos en estos adversarios voladores con Aerith y Barret, sigue siendo un problema el posicionamiento de nuestro punto de vista y como este acompaña este tipo de combates en particular.

La demo finaliza una vez que continuamos con la historia principal y nos enfrentamos a un conocido enemigo para quienes jugamos el original pero con la diferencia que en este caso debemos salvar a Yuffie del peligro para que, seguramente, se nos una como compañera. Un jefe rápido pero muy divertido, con cambios de fase y habilidades bastante molestas que debemos saber sortear.

En resumidas cuentas, el combate es mucho más diverso, dinámico y complejo por las opciones de roles únicos a cumplir de cada personaje, más allá de las materias que les equipamos para brindar habilidades y magias extra. Tendremos una variedad inmensa de enemigos y en una ínfima porción de terreno jugable enfrenté, por lo menos, siete clases diferentes de mayor o menor dificultad. Se nota la profundidad de una experiencia mejorada que se sienta en bases excelentemente construidas con anterioridad. Tal vez repita algunos errores, pero la apuesta a mejoras es mucho mayor.

Se nos aconsejo jugarlo en modo gráfico y los frames del juego fueron estables en todo momento, sin complicaciones. El apartado visual y los modelos son bastante continuistas de Remake, entendible para el desarrollo en tan poco tiempo de un juego que abarca, en su formato físico, dos discos de PlayStation 5. Aún así, se ve increíblemente bien. La banda sonora, como siempre, es impecable y maneja hermosas transiciones entre el tema del mundo y los combates.

Sin dudas, jugar estas dos demos ha sido una de mis experiencias más satisfactorias como fan de Final Fantasy VII, que me trajo bellos recuerdos del original pero me hizo sentir que es una propuesta superadora en todo sentido a lo que ya vimos en Remake. Es un juego fuertemente centrado en su narrativa por lo que queda ver qué le depara el destino a nuestros héroes, pero en lo que a mecánicas respecta estamos ante una propuesta fresca, diversa y desafiante que va a encantar a los veteranos así como enamorara nuevos jugadores, una vez más. Con la madurez a cuesta de 26 años de experiencia de Kitase y Nomura junto con la dirección impecable de Hamaguchi, estamos ante probablemente uno de los títulos más ambiciosos de la saga que sigue demostrando que, increíblemente, queda tela para cortar en FFVII.

La espera hasta el 29 de febrero de 2024 se sentirá eterna pero les prometo, compañeros de Avalanche, que valdrá la pena.