Cyberpunk 2077 2.0: Night City abre sus puertas para nuevos y viejos jugadores

Hace apenas algunas horas, fue el lanzamiento de Cyberpunk 2077: Phantom Liberty, el DLC del juego de CD Projekt RED que no solo vino a traer nuevo contenido como una campaña y un territorio para explorar, sino que también llegó para coronar a la versión final de la entrega. Han pasado tres años y ahora se puede decir, sin miedo a equivocarse, que Cyberpunk 2077 se siente una experiencia completa.

Redimirse en la industria de los videojuegos es especialmente difícil ya que un mal lanzamiento, casi siempre, condena a la entrega al fracaso. Otras industrias del entretenimiento, como el cine, cuentan con un mayor margen de error. Una película que no cumple expectativas en la taquilla, quizás, pueda dar vuelta la historia con un arreglo con una plataforma de streaming, sus ventas en Blu-ray o hasta con su llegada a la televisión de cable o aire.

El lanzamiento de Cyberpunk 2077 en 2020 fue uno de los momentos más controversiales en la industria en los últimos años, debido a que el juego salió con un montón de problemas tanto de contenido como de rendimiento. Esto puso a CD Projekt RED, una de las compañías más queridas por los jugadores en ese momento, en el centro de la tormenta.

La semana pasada y en vísperas al lanzamiento de Phantom Liberty, el estudio lanzó una actualización gratuita para todos los usuarios que rediseñó gran parte de la estructura del juego y agregó nuevas funcionalidades como cambios en el combate, en la reacción policial y hasta la inclusión de batallas vehiculares.

Los cambios fueron tantos que, desde CD Projekt RED, recomendaron jugar al título nuevamente para disfrutar de los secretos y mejoras, y eso hice. Los siguientes párrafos refieren a mi experiencia rejugando al título, es decir, a su contenido base, ya que más adelante se publicará la reseña enfocada en Phantom Liberty.

Lo primero que quiero mencionar es que, aún sabiendo sus limitaciones y errores, disfruté mucho de las más de 40 horas que pasé en Cyberpunk 2077. Tanto fue así que la idea de volver a Night City bajo la promesa de nuevas situaciones a descubrir y una experiencia más fluida y menos limitada, era algo que me entusiasmaba.

Si algo no se le puede discutir al juego es que se ve increíble, y ahora mucho más. El diseño de su universo, de los edificios, de los personajes que vemos caminando por la ciudad, las luces de neón, los vehículos, todo logra crear una experiencia inmersiva que nos hace sentir realmente en una ciudad cyberpunk.

Algo que sucede con los videojuegos que presentan un mundo abierto es que, si no es muy interesante de recorrer, se termina optando por el viaje rápido para reducir los tiempos de espera que se sienten perdidos. En Red Dead Redemption 2, viajar largos tramos de territorio en caballo es algo hasta terapéutico. En Spider-Man, moverse por New York es sumamente divertido por el desplazamiento del personaje.

Cyberpunk 2077 se suma a esta lista y lo logra a través de su apartado visual y sonoro. Los sonidos de la calle y la estética de Night City nos hacen querer recorrer cada uno de los tramos. Además, la cámara en primera persona ayuda a esta inmersión. Sobre esto hay que destacar que la actualización 2.0 mejora la conducción de los vehículos y la reacción de los NPC a nuestras acciones, lo que hace que todo se encuentre más vivo.

Otro apartado muy favorecido con los cambios es el combate. El rediseño de los árboles de habilidades y la simplificación de estadísticas de las armas y equipamientos funcionan de manera correcta y brindan una experiencia más orgánica. Subir de nivel con el personaje y seleccionar las mejoras genera un impacto tangible en la jugabilidad, algo que no sucedía con el sistema anterior.

Por otro lado, el sistema de apuntado como las armas también está retocado y es un cambio más que positivo. El combate era uno de los aspectos que menos me gustó de la experiencia original, ya que lo encontraba limitado y no muy satisfactorio. Ahora, hay una mayor profundidad a la hora de elegir cómo queremos proceder en los combates. El sigilo funciona mejor, el combate cuerpo a cuerpo también y las armas de fuego tienen un gunplay mucho más acorde con la experiencia.

Más allá de los cambios propios del personaje y las funcionalidades de las armas, los enemigos también tuvieron modificaciones en cómo reaccionan a nuestros actos. De esta forma, no sólo hay una mayor profundidad en el combate por las posibilidades que tenemos sino también porque los villanos responden mejor y, quizás, necesitemos nuevas estrategias.

Como cuento a lo largo de toda la nota, la experiencia de Cyberpunk 2077 2.0 se siente completa y, al fin, un producto terminado. Sin embargo, yo, como muchos otros jugadores, ya estábamos cautivados por la propuesta original, situación que puede sonar contradictoria. ¿Por qué disfrutamos tanto del juego si tenía un montón de limitaciones? ¿De dónde salían las ganas de volver a Night City? Básicamente, por sus personajes e historia.

Dejando de lado el gameplay, Cyberpunk 2077 ofrece una historia destacable más que nada por el diseño de los personajes, no solamente los principales sino también los secundarios. Obviamente, Johnny Silverhand, al ser interpretado por el reconocido actor Keanu Reeves, es quien se lleva todas las miradas en un primer momento. Sin embargo, cada uno de los personajes que tratamos a lo largo de la aventura tiene algo para ofrecer, algo único que lo identifica y lo hace real.

Rejugar Cyberpunk 2077 fue reencontrarse con Jackie, Viktor, Judy, Misty, Panam y River, entre muchos otros. Algunos de ellos, hasta podría decir que les guardo cariño. CD Projekt RED brilla en el diseño de niveles y personajes, como vimos en la saga The Witcher, y Cyberpunk 2077, no podía ser la excepción, aún teniendo en cuenta sus grandes problemas de lanzamiento.

No podría afirmar que la actualización 2.0 y Phantom Liberty es el final de una historia de redención porque implicaría, quizás, olvidarse de lo sucedido. Su lanzamiento no solamente fue un paso en falso a nivel contenido sino que también se realizaron prácticas polémicas por parte del estudio que no sería pertinente dejar de lado. Se puede disfrutar del producto sin olvidarse de las malas decisiones que tomó en el pasado.

La historia de su desarrollo marca una problemática general de la industria en cuanto a lanzamientos apurados y la falta de un control de calidad adecuado. CD Projekt RED tuvo la oportunidad de cambiar su situación debido a que, más allá de todo, Cyberpunk 2077 vendió muy bien y, además, porque el estudio tenía la espalda suficiente para bancar el mal momento por lo logrado con The Witcher 3 y sus expansiones.

Por último, y a colación como parte de una expansión transmedia de este universo, no quiero dejar de mencionar a Cyberpunk: Edgerunners, la serie animada de la franquicia que salió en Netflix el año pasado y fue un éxito absoluto de visualizaciones y de crítica. Sin lugar a dudas, la masividad del universo de Cyberpunk dentro de la cultura pop gracias a la influencia de la gran N roja, fue un importante incentivo para que nuevos jugadores se acerquen a este título.

En definitiva, Cyberpunk 2077 2.0 es una experiencia completa y una linda atracción para que viejos y nuevos jugadores vivan las aventuras que Night City tiene para ofrecer. En cuanto a CD Projekt RED y la industria en general, esperemos que hayan aprendido de los errores del pasado y se vuelva un ejemplo de lo que hay y de lo que no hay que hacer hacia el futuro.