Robert Rodriguez es sinónimo de independencia en el cine occidental, un título que se creó a sí mismo a través de éxitos y fracasos siempre muy por debajo de la línea de los grandes presupuestos hollywoodenses.
Esta fue su manera de entrar al circuito, y lo hizo con El mariachi (1992) una película que durante muchos años fue considerada la más barata estrenada en el circuito comercial. Tuvo revancha y la amplió en 1995 con La balada del pistolero (Desperado) que unía en pantalla a Antonio Banderas, Salma Hayek y Joaquim de Almeida.
Este año, Robert Rodriguez estrena dos largometrajes muy diferentes entre sí: en el servicio de streaming de la gran “N” roja ya pueden encontrar Mini Espías: Armagedón (Spy Kids: Armageddon), un nuevo eslabón en la franquicia que inició en 2001 y que tuvo ya cuatro continuaciones, una serie y varios productos de merchandising. ¿La idea? Los hijos de una pareja de espías se enteran del trabajo encubierto de sus padres, a la vez que deben salvarlos.
La estructura es bastante similar en todas, pero en esta última parte no aparece ningún personaje de la saga original. La razón fue explicitada por el director que quería re-comenzar con una familia desde cero, aunque no descartó en lo absoluto que el cast original vuelva más adelante.
Por otro lado en este 2023 Rodriguez dio a luz una nueva película menos infantil, hablamos de Hipnosis: Arma Invisible (Hypnotic). Protagonizada por Ben Affleck y Alice Braga, es una suerte de mezcla del cine de Hitchcock con la nueva moda de los superpoderes. Tiene varios giros sorpresivos, a medida que entendemos el espiral en el que se encuentra el protagonista.
Affleck es un detective que perdió a su hija en el parque, desde entonces está luchando para encontrarla. En un muy extraño robo a un banco, descubre a una persona capaz de controlar a la gente con las palabras, desde allí todo es caos y confusión en una suerte de persecución entre un gato y un ratón donde existe gente con poderes y nada es lo que parece.
¿Cómo conviven tantas narrativas en la misma persona? Robert Rodriguez ama el cine, y por su historia en el medio fue capaz de llevar adelante todos los roles: dirige, escribe, produce, edita, hace los efectos visuales, compone y ejecuta la música… editó un muy recomendable libro llamado Rebel Without A Crew (Rebelde sin equipo -juego de palabras con Rebelde sin causa-) donde realiza una suerte de receta para que cualquier persona pueda llevar a cabo su película.
Esto lo llevó a producir muchas películas y a crear lazos con directores como Quentin Tarantino, con quien en 2007 realizaron Grindhouse: por el lado del director de Kill Bill se estrenó A prueba de muerte (Death Proof), mientras que Rodriguez entregó Planeta Terror (Planet Terror).
Si vemos su historial, no existe año en que Robert Rodriguez no haya estrenado un largometraje, un cortometraje o un video musical. Puede más la pulsión creadora que el presupuesto disponible, sin dudas un Rebelde del sistema.