Mortal Kombat es, sin dudas, una de las series más populares del mundo del gaming. Con más de 30 años de historia, esta franquicia de juegos de pelea creció junto con muchos de nosotros, y cada nueva entrega se siente como un evento importante. En lo personal, el Mortal Kombat original fue mi primer videojuego, y la serie siempre va a ocupar un lugar importante en mi vida. Es por eso que Mortal Kombat 1, el nuevo lanzamiento de NetherRealm Studios, me resulta tan complicado de analizar: es un juego con tantas cosas buenas, que lo malo resalta mucho.
Para entender las virtudes y los defectos de Mortal Kombat 1 es necesario establecer cuáles son los tres pilares que componen la experiencia del juego: por un lado tenemos el clásico modo historia, luego está el juego de peleas en sí, y finalmente tenemos la progresión del jugador que define a Mortal Kombat 1 como videojuego. Cada uno de estos aspectos tienen sus pro y sus contras, y en algunos la disparidad se nota más que en otros, pero en conjunto forman lo que podría ser la mejor entrega de Mortal Kombat, si tan solo NetherRealm Studios pudiese pulir las imperfecciones que presenta.
El modo historia es para muchos el atractivo principal del juego. Desde la entrega del año 2011, simplemente titulada Mortal Kombat, la narrativa se convirtió en un aspecto clave de la serie. Lejos quedaron las migajas de historias que podíamos obtener completando el modo arcade con cada personaje, y desde aquel entonces las historias de la serie fueron mucho más estructuradas y cinemáticas. Mortal Kombat 1 continúa ese estilo narrativo y ofrece una de las historias más interesantes de la saga hasta ahora.
Luego del final de Mortal Kombat 11 y su expansión Aftermath, Liu Kang se convirtió en el nuevo guardián del tiempo y tomó la decisión de reiniciar el universo. Gracias a sus poderes divinos, el héroe de Mortal Kombat hizo todo lo posible para que en esta nueva era ninguno de los villanos que aterrorizaron al mundo a lo largo de la serie tenga la posibilidad de poner nuevamente en peligro a la gente. En gran medida, Liu Kang consiguió lo que buscaba, pero tal como lo muestra la introducción de la historia, fuerzas externas están intentando que estos villanos, como Shang Tsung, reclamen el destino que originalmente les correspondía.
Sencillamente, Mortal Kombat 1 cuenta una historia que todo fan de la serie terminará amando, en mayor o menor medida. Muchos de los personajes icónicos de juegos anteriores regresan en nuevos contextos: Sub-Zero y Scorpion no son rivales, a tal punto que en esta historia son hermanos; Shao Kahn no es emperador, sino un general bajo el mando de Sindel; Raiden pasó de ser un dios del trueno a un granjero humilde que deberá probar que tiene lo necesario para ser un defensor de EarthRealm.
Estas nuevas historias no solo tienen guiños a las versiones originales de los personajes, sino que también sirven como redención para aquellos que en otros juegos no eran más que carne de cañón. Dos de los personajes más destacables del modo historia son Baraka y Reptile. En entregas anteriores, ninguno de los dos nunca fue más que un secuaz para el villano de turno, pero en Mortal Kombat 1 ambos tienen sus historias con trasfondos únicos y son tratados por la narrativa como héroes.
La trama principal hace muy buen uso de estas reimaginaciones de personajes viejos y eso es un punto clave que el mismo juego reconoce explícitamente. Mortal Kombat 1 puede ser un reinicio de la historia, pero al mismo tiempo es una continuación de Mortal Kombat 11 y de todos los juegos anteriores. Varios hechos y personajes del juego anterior son mencionados en esta historia y, quizás lo más interesante, muchos conceptos de la era de PlayStation 2 resurgen en Mortal Kombat 1. La única queja que puedo tener es que la duración de la historia no le alcanza para establecer mejor estas ideas, pero el intento es más que satisfactorio.
Aquel grupo de juegos es quizás visto con muy poco cariño en general, pero eso no quita que el valor nostálgico que presentan es muy alto. Mortal Kombat 1 se apoya más de lo que se esperaba en su era de PlayStation 2, y varios de los personajes presentes en este título hicieron su última aparición hace 17 años en Mortal Kombat: Armageddon: Nitara, Ashrah, Reiko, Havik, Li Mei. El regreso de estos luchadores es una gran noticia para muchos de nosotros, especialmente porque Mortal Kombat 1 les hace justicia en lo jugable.
A diferencia de Mortal Kombat X y Mortal Kombat 11, este juego deja de lado la idea de variaciones de personajes. En Mortal Kombat 1, cada personaje tiene su lista de movimientos y no hay que estar pensando qué versión de ese personaje nos parece mejor. Donde sí se encuentra esa variedad es en el sistema de Kameo Fighters. Además de nuestro personaje principal, elegimos un segundo personaje que nos asiste en batalla, y cada uno de los 15 Kameo Fighters tiene al menos tres movimientos diferentes que cumplen diferentes funciones, ya sea ofensivas, defensivas o algunas muy únicas.
Si bien en un principio puede costar acostumbrarse al sistema de los Kameo Fighters por lo diferente que es a lo que hacen juegos como Marvel Vs. Capcom o Dragon Ball FighterZ, una vez dominado, Mortal Kombat 1 presenta la mejor jugabilidad de la serie. Ahora que no están restringidos por diferentes variaciones, los personajes se sienten como las mejores versiones de sí mismos, y los que regresan después de años de ausencia tienen estilos de pelea que se diferencian muy bien de sus pares modernos, además de mantener en líneas generales la identidad que tenían en la era de PlayStation 2.
Así como la historia reivindica a varios personajes que parecían olvidados, la jugabilidad de Mortal Kombat 1 hace lo mismo con otros. Rain, por ejemplo, siempre fue presentado como el ninja hechicero, pero eso nunca se tradujo en su jugabilidad. Ahora, este personaje hace tan buen uso de su magia para controlar el agua que parece un personaje salido de la serie Avatar. Kenshi, el samurai ciego, estuvo acompañado en las últimas entregas de un espíritu que no sumaba demasiado en batalla. En Mortal Kombat 1, el espíritu puede controlarse en simultáneo con Kenshi, convirtiéndolo en el personaje más complejo del juego.
Al igual que sucede en otras series de juegos de pelea, cada personaje en Mortal Kombat 1 tiene una identidad propia. Este era un problema que la serie tenía hace años, y finalmente los personajes dejaron de sentirse como una colección de movimientos mejores o peores que otros. A esto lo ayuda todavía más el apartado visual del juego. Siempre y cuando no se mire la versión de Nintendo Switch, Mortal Kombat nunca fue más hermoso que ahora. Los diseños de los personajes están altamente detallados, y le brindan todavía más personalidad a cada uno.
Lamentablemente, si uno quiere aprender qué es lo que hace tan único a cada personaje en lo jugable, es ahí donde empiezan los problemas más serios del juego. Mortal Kombat 1 cuenta con tutoriales extensos, que en gran medida repiten lo que tan bien hizo Mortal Kombat 11. Allí, incluso alguien que no tiene experiencia en juegos de pelea puede aprender desde lo más básico hasta lo más complejo. Hoy en día son varios los juegos que explican cómo leer los datos de frames y toda la terminología que se deriva de esos conocimientos, pero Mortal Kombat fue una de las primeras series en hacerlo.
Sin embargo, Mortal Kombat 1 toma algunas decisiones muy extrañas que retroceden y deshacen lo que Mortal Kombat 11 había hecho tan exitosamente. El juego nuevo no cuenta con tutoriales específicos para cada personaje como sí lo hacía la entrega anterior, algo que es más necesario que nunca considerando lo diferentes y complejos que son los luchadores de esta entrega. Sí tiene una serie de desafíos de combos, pero ninguno de esos combos son prácticos para peleas reales, y no explican en qué clase de situaciones podrían ser útiles como sucedía en Mortal Kombat 11.
Para colmo, Mortal Kombat 1 eliminó funciones que los juegos de NetherRealm Studios tenían desde hace años. Cada personaje tiene una extensa lista de movimientos, con decenas y decenas de combos y movimientos especiales. Anteriormente, uno podía fijar estos movimientos en pantalla para evitar navegar el menú de pausa y así hacer que aprender a usar un personaje sea mucho más dinámico. Por alguna razón, esta función no existe en el juego y, sumado a la falta de tutoriales por personaje, hace que dominar un luchador sea un procedimiento arduo y tedioso.
Una vez terminado el proceso de aprender un personaje, el siguiente paso lógico es probar sus habilidades luchando contra otra gente online. Por suerte, en este aspecto el juego cumple, aunque también tiene defectos que pulir. Desde el vamos, a diferencia de lo que es normal en el género, Mortal Kombat 1 no permite entrenar mientras nos busca partidas. Más allá de eso, la calidad de las conexiones es muy buena, siempre y cuando ambos jugadores estén utilizando cable de red. Cuando uno de los dos se encuentre con conexión WiFi, las partidas pueden ser muy inestables.
Aquello no debería ser un problema si uno pudiese elegir si acepta o no la partida, ya que el juego muestra qué método de conexión usa cada jugador. Sin embargo, Mortal Kombat 1 no permite rechazar partidas una vez que las encuentra: cuando el juego nos elige un oponente, no hay otra opción más que aceptar, y se nos especifica que si nos desconectamos seremos penalizados. Así, uno no puede evitar partidas con malas conexiones, y la única opción es perder a propósito, ya que incluso el ganador no puede elegir si quiere seguir jugando o no; si el perdedor elige una revancha, el ganador está obligado a aceptar.
Para tomarse un descanso de las partidas online, el juego ofrece otros dos modos aparte de la historia principal. Las torres arcades clásicas de Mortal Kombat están de regreso, y cada una nos presenta un fragmento de historia de nuestro personaje. Históricamente, estos finales de arcade eran en su mayoría historias alternativas, pero en este juego son continuaciones de la narrativa principal, por lo que vale la pena jugar este modo con todos los personajes.
Sin embargo, el atractivo principal del juego es el modo Invasiones, y este es por lejos el aspecto más divisorio del juego, ya que la progresión se encuentra en mayor medida atada a este modo. En Mortal Kombat 1 existen cuatro diferentes niveles a los que prestar atención: nivel de nuestro perfil, nivel de nuestro personaje, nivel de nuestro Kameo Fighter y nuestro nivel del modo Invasiones. Además, hay tres diferentes tipos de monedas: una moneda para usar en el Templo y obtener ítems al azar, una moneda para uso exclusivo en el modo Invasiones, y una moneda para la tienda de ítems de temporada.
El lugar ideal para conseguir todos estos diferentes tipos de experiencia y monedas es el modo Invasiones, que transforma la idea de las Torres del Tiempo de Mortal Kombat 11 en una especie de juego de mesa con elementos de RPG. Tanto el personaje que elegimos como nuestro Kameo tienen propiedades elementales, con ventajas y desventajas al estilo Pokémon, y a medida que subimos nuestro nivel de Invasiones podemos ubicar puntos en diferentes estadísticas como ataque, defensa o agilidad.
En teoría, esto no es una mala idea. Otros juegos del género presentaron este tipo de modos con mayor o menor éxito, pero las ideas que presenta Mortal Kombat 1 se sienten a medio terminar. Por un lado, Invasiones no presenta un mapa, por lo que es un juego de mesa en el que no se ve el tablero completo. El modo tiene cofres secretos y caminos bloqueados, pero cada tablero es demasiado extenso y retroceder para intentar encontrar estos elementos sin saber exactamente dónde están es muy tedioso.
Sin embargo, esto es insignificante en comparación con lo que son las peleas de Invasiones en sí. Ninguna de las ventajas elementales ni los puntos asignados a nuestros personajes importan demasiado cuando las peleas están repletas de modificadores que alteran el combate. Un enemigo puede ralentizarnos al golpearnos, arruinando nuestros combos. Bolas de fuego pueden caer del cielo, interrumpiendo nuestros ataques. Humo puede llenar la pantalla, bloqueando nuestra visión y haciendo que nuestro personaje comience a toser y no pueda completar sus golpes.
Los problemas de mapa y de las peleas hacen que Invasiones se sienta menos como un modo entretenido y más como un obstáculo. Esto se potencia cuando uno se da cuenta que la manera más rápida de conseguir experiencia para desbloquear Kameos nuevos o trajes para personajes es jugando Invasiones. Para colmo, las mejores opciones de personalización se encuentra exclusivamente dentro de Invasiones. Este modo podría mejorar con actualizaciones futuras, pero de momento estos problemas le restan a la experiencia.
Mortal Kombat 1 es un juego que me gusta mucho. Cada momento que no estoy jugando Mortal Kombat 1, me gustaría poder dejar todo para seguir jugando Mortal Kombat 1. Con su excelente jugabilidad, su gran elenco de personajes y su muy entretenida historia, esta podría ser la mejor entrega de la serie hasta ahora. Es por eso que cada defecto, minúsculo o no, se transforma en una mancha que no puedo ignorar.
Algunas cosas definitivamente tienen arreglo fácil, como la posibilidad de rechazar una partida antes de empezar, la falta de tutoriales específicos para personajes, o la ausencia de un mapa en Invasiones. No obstante, cada vez que pienso en ello no puedo evitar preguntarme: ¿en todos estos años de desarrollo, cómo se les pasó por alto a NetherRealm Studios estos detalles?
De todas formas, siempre está la posibilidad de mejorar. Reiniciar una serie de tantos años no es tarea fácil, algo que irónicamente Liu Kang demuestra en la historia del juego. Con defectos y todo, Mortal Kombat 1 es una muy buena base sobre la cual esta serie puede construir una nueva era, con un futuro que tiene el potencial de ser algo brillante.