En tiempos donde no era tan común adaptar historietas a la pantalla grande, Alex Proyas (de origen egipcio) tuvo su primer acercamiento a la dirección con El Cuervo (The Crow, 1994) producida por Miramax. Si el nombre te suena es porque dirigió luego la película de culto Ciudad en tinieblas (Dark City, 1998), Yo, robot (I, Robot, 2004) y Dioses de Egipto (Gods of Egypt, 2016), entre otras.
Claro que su primera experiencia no fue para nada sencilla.
El Cuervo nació en 1989, como un cómic de superhéroes independientes editado para la editorial Caliber y apareció por primera vez en Caliber Presents #1 en una historia llamada “Inercia”, que es una suerte de precuela a la historia oficial. Luego pasó por varias editoriales hasta convertirse en una historia de culto por la película de 1994.
La historia cuenta la trágica situación de Eric y su prometida Shelly, ambos son asaltados por una banda luego que su auto se descompone en la mitad de un barrio oscuro. A Eric le disparan en la cabeza y lo dejan paralizado para que sea testigo de cómo golpean, violan y asesinan a su mujer. Al llegar al hospital fallece, pero es revivido por un cuervo para cobrar venganza.
El escritor estadounidense James O’Barr es el creador de la historia, y está basada en una situación que vivió a sus dieciocho años, cuando su prometida falleció al ser embestida por un conductor borracho.
Esta maldición también se transportó al celuloide: el actor que protagonizaba la primera adaptación cinematográfica del cómic -Brandon Lee, hijo de la leyenda Bruce Lee- muere el 31 de marzo de 1993, ¿el motivo? La pistola que estaban usando en el rodaje disparó una bala real atascada que le perforó el abdomen. El joven de 28 años no llegó a finalizar el rodaje (sólo restaban ocho días), que estuvo a punto de cancelarse por esta situación.
Se decidió grabar en sombras, con dobles o modificando levemente la historia, todo un desafío para el director novel Proyas. Quién disparó el arma (que se suponía tendría balas de fogueo) fue el actor Michael Massee, una cara reconocida como villano que confesó nunca ver la película y se retiró un tiempo, antes de volver de esa situación de la que “uno nunca puede recuperarse” en sus palabras.
¿Lo peor de toda la situación? Brandon Lee se había casado 17 días antes del accidente, lo que crea muchas similitudes con la historia original.