Desde los inicios del cine los vampiros fueron una piedra fundamental para el género de terror, incluso antes de que Universal abriera el ataúd de Drácula para inaugurar su época dorada. A lo largo de más de un siglo, la pantalla grande demostró la perdurabilidad de este monstruo tan peculiar y presentó vampiros de todo tipo que van desde señores condes a niños, pasando por justicieros, jóvenes rebeldes y trabajadoras de la noche, por solo mencionar algunos.
El vampiro tuvo un fuerte impacto en la cultura popular y un sinfín de reinvenciones con Drácula: Mar de Sangre como una de las más recientes. Lo nuevo de André Øvredal llega a las salas esta semana y adapta libremente un capítulo de la famosa obra de Bram Stoker que lo inició todo. Por eso, con motivo de su estreno, hoy repasamos 5 películas con vampiros que no deberías dejar de mirar.
La noche del espanto / Fright Night (Dir. Tom Holland – 1985)
La noche del espanto o Fright Night en su idioma original, es uno de esos títulos que siguen manteniéndose muy bien con el pasar de los años. Poco antes de meterse con Child´s Play, el director Tom Holland, hizo con esta película de vampiros lo mismo que John Ladis por los hombres lobo. Una comedia de terror que regresa a reclamar el lugar del subgénero en un momento en el que cines de monstruos estaba en decadencia y era suplantado por los slasher de turno.
En La noche del espanto la historia sigue a un joven aficionado a las películas de terror que no logra llevar la relación con su novia al próximo nivel. Pero esta preocupación queda relegada a segundo plano cuando comienza a sospechar que su nuevo vecino podría ser un implacable vampiro.
Con un equilibrio perfecto entre comedia y terror, La noche del espanto es una propuesta que funciona como una versión subversiva y descontrolada de La ventana indiscreta, utilizando el vampirismo como metáfora del descubrimiento de la propia sexualidad. Pero, además, a través de efectos prácticos sumamente grotescos y creativos, presenta unos vampiros y transformaciones formidables con planos que quedan grabados en la retina. Entretenimiento liviano, pero sólido a base de sintetizadores, actores carismáticos y unos buenos sustos.
Los muchachos perdidos / The Lost Boys (Dir. Joel Schumacher - 1987)
Hacia finales de los ochenta el diseñador de moda y cineasta, Joel Schumacher inyectó sangre fresca dentro del género de vampiros e impulsó a dejar sus capas de lado para acercarlos a una nueva generación a través de su película Los muchachos perdidos.
Con un reparto compuesto por los rostros más atractivos de su época, chaquetas de cuero y problemáticas adolescentes, el director creó un argumento a favor de los chupasangres y estableció un nuevo modelo de vampiro. Esta vez, más parecidos a Billy Idol que al mismísimo Drácula. Pero, además, permitió que los jóvenes de aquella época se identificaran con estos personajes un poco rotos.
La idea de Los muchachos perdidos es una clara reinvención del cuento infantil Peter Pan, pero mucho más oscura. La película sigue la historia de una pandilla de jóvenes que no pueden crecer, razón por la cual se pasan el tiempo andando en moto o volando y siendo una molestia para los demás. Por momentos exagerada y algo angustiante, la película que presenta a un joven Kiefer Sutherland como villano principal, podría ser tranquilamente una de las primeras coming of age con colmillos.
Del crepúsculo al amanecer / From Dusk Till Dawn (Dir. Robert Rodríguez – 1997)
La primera colaboración entre Quentin Tarantino y Robert Rodríguez es una verdadera sorpresa para el género. Del crepúsculo al amanecer podría resumirse como un thriller policial con diálogos que parecen sacados de Pulp Fiction, que se convierte en una cacería brutal pasada la mitad de su segundo acto. Una película que combina acción, humor negro y elementos gore, sin ser necesariamente de terror.
Un verdadero festival de disparos y fluidos que no busca reinventar el género, sino rendirle homenaje a sus reglas con algunas decisiones acertadas que le aportan frescura. Ver esta película escrita por Quentin Tarantino y dirigida por Robert Rodriguez sin saber nada de su giro sería uno de los grandes placeres que ofrece el cine, pero ya sabemos por qué esta en esta lista: si, hay vampiros.
Aunque se trató de una producción relativamente económica, Del Crepúsculo al amanecer cuenta con un reparto de primera línea que incluye a George Clooney, Harvey Keitel, Juliette Lewis y Quentin Tarantino en los roles principales. En los papeles secundarios también se encuentran Salma Hayek, Danny Trejo, Tom Savini, Fred Williamson y el mismísimo Greg Nicotero, quien también se encarga de los efectos especiales.
Pese a una recepción tibia en la taquilla, Del Crepúsculo al amanecer se convirtió en un clásico de culto que, en años posteriores se expandió en varias direcciones creando un universo que incluye dos secuelas, un cómic, canciones originales, una serie de televisión con varias temporadas, e incluso, un videojuego.
30 días de oscuridad / 30 Days of Night (Dir. David Slade - 2007)
Dos años más tarde de su debut cinematográfico con Hard Candy, el director David Slate logró concretar el salto a la gran pantalla del cómic creado por Steve Niles, 30 días de oscuridad. Esta película, que cuenta con la producción de Sam Raimi además de los protagónicos de Josh Hartnett y Melissa George, sigue la historia de los residentes de un pueblito en Alaska que deben defenderse de una horda de vampiros cuando comienza la noche polar de treinta días. El verdadero “quien pudiera” de los chupasangres.
Con un presupuesto moderado para el género, 30 días de noche está plagada de acción y escenas brutales. El gore, la naturaleza despiadada de sus vampiros y un claustrofóbico escenario de supervivencia, resultan un verdadero acierto para esta adaptación que, a pesar de algunos defectos narrativos, consigue lo que se propone: hacer que los vampiros vuelvan a dar miedo.
Drácula de Bram Stoker / Bram´s Stoker Drácula (Dir. Francis Ford Coppola – 1992)
La obra de Bram Stoker, sin lugar a dudas forma parte de los cimientos del subgénero vampiros y el mismísimo Drácula ha aparecido en más de 300 películas en diferentes formas y estilos. Sin embargo, una de las adaptaciones más memorables y fieles del personaje podría tratarse de la llevada a cabo por Francis Ford Coppola en 1992.
Con un presupuesto de 40 millones de dólares, una suma bastante suculenta para aquella época en la que el género de terror conseguía recursos muy modestos, el director de El Padrino consiguió plasmar la esencia de la novela, e ir un poco más allá con una puesta en escena verdaderamente escalofriante.
Para conservar la naturaleza espectacular del “viejo Hollywood” y lograr un impacto real en los espectadores, Coppola decidió rodar su Drácula con efectos solo en el set y sin nada de postproducción. Es así, que el proyecto se valió de recursos tradicionales como grúas, maquetas, espejos, maquillajes, decorados falseados, además de un trabajo de luces y sombras sublime. El resultado fue un cuento de terror gótico con un ambicioso diseño de producción que le valió tres premios Oscar al Mejor Diseño de Vestuario, Edición de Sonido y Maquillaje.
Todo esto sin mencionar la escalofriante interpretación del conde titular por parte de Gary Oldman, actor del método que llegó a dormir por semanas en un ataúd para meterse de lleno en su personaje.
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