El ciclo de la ciencia ficción y los ataques extraterrestres nunca decae. Se repite incansablemente en el tiempo, acomodándose a las coyunturas y ofreciendo una fotografía de los momentos históricos.
“Es prácticamente imposible que nos encontremos solos en el Universo”. Esta frase practicada hasta el hartazgo, hoy tiene un nuevo significado luego de la confirmación en el Capitolio por parte de integrantes de la NASA que existen elementos y restos orgánicos “no humanos” en poder de Estados Unidos.
Antes, La guerra de los mundos (The War of the Worlds, 1953) planteaba un escenario utópico y lúdico, que permitía jugar con escenarios imposibles vestidos de entretenimiento para evadirnos de la realidad. Hoy la realidad es otra. Y la serie de Apple TV+, Invasión, parece un paso natural en ese universo.
Puntos de vistas en un mundo en decadencia
La serie se estrenó en 2021, habiendo comenzado su producción en 2019 (con varios cambios de directores y guionistas en el transcurso) y con el problema del COVID-19 en el medio que detuvo el rodaje por meses.
Un rodaje que también tuvo la dificultad de ser extremadamente cosmopolita.
Invasión, creada por Simon Kinberg (el productor detrás de las películas de X-Men) y David Weil (la cabeza detrás de la serie de Amazon Prime, Hunters) parece beber de estructuras reconocibles, pero adaptadas al género.
La acción se desarrolla en diferentes países del mundo, permitiendo ser testigos de lo que ocurre con un evento de características bíblicas. Cómo sucedía en la serie Héroes (Heroes, 2006), creada por Tim Kring, la narrativa se descompone entre diferentes personajes que no tienen ningún tipo de relación; esto permite que no esté unificada la reacción frente a lo que acontece.
Porque uno de los puntos mejor trabajados de Invasión es evitar la espectacularidad. Como espectadores, estamos acostumbrados a que los personajes frente a una invasión extraterrestre tienen claramente definido su rol: están los que ofician de héroes, los que se vuelven locos y piden en la punta de un edificio que se los lleven con Elvis, quienes huyen de las urbes, los que se van a su búnker preparado muchos años antes… pero somos seres humanos y no reaccionamos así.
Si algo nos enseñó la pandemia es que primero esperamos, luego nos sorprendemos, luego tratamos de entender y finalmente reaccionamos. ¿Y cómo se aplicaría entonces frente a la confirmación de la llegada de vida extraterrestre?
Personajes y antagonismos
El ritmo, los tiempos, el clima, los silencios… todo se maneja muy similar a las grandes series de ciencia ficción de la cadena inglesa BBC. El foco no está puesto en los efectos visuales o en las escenas de acción, nos metemos de lleno en lo que les ocurre a los personajes elegidos para llevar la antorcha de la narrativa en una porción del tiempo, hasta pasársela al siguiente.
Yamato (Shiori Kutsuna) con su postura negacionista por amor, Aneesha (Golshifteh Farahani) con su frustración por la traición, Caspar (Billy Barratt) por su pasado familiar y el acoso de los bullies, Cole (Shamier Anderson) por su miedo a encarar su pasado y el dolor que eso conlleva, cada uno de ellos -algunos de los protagonistas multicorales que engalanan la serie- representan arquetipos de situaciones reales, envueltas en un momento excepcional de la historia de la humanidad.
De una u otra manera, se conectan con el gran entramado. Ofrecen sus claroscuros, sus inseguridades y miedos, y ponen sílabas al fraseo sorprendido de la humanidad ante lo que están descubriendo.
Al igual que en las series de la BBC, lo que sucede es crudo. Los personajes que obran incorrectamente lo hacen hasta el fondo mismo de la oscuridad propia, y eso nos pone en espejo de lo que podría pasarnos a nosotros. Sin embargo el gran problema al enfrentar la serie es que el punto de conflicto es entre los mismos personajes y su entorno, y no tanto con la invasión que pone el título.
Eso lleva a que se atomice el conflicto y carezca de un motor que lo guíe y le de estructura al relato. Todos parecen ser flashes de situaciones dramáticas regulares de los personajes en una situación especial que parece pasarle al costado.
Invasión Secreta
Los extraterrestres que propone la serie son una suerte de mente en colmena que visten formas similares a células malignas. Un cuerpo redondo con pinches que crecen y disminuyen a medida que son enfrentados.
Dejan a su paso una sustancia capaz de colonizar el espacio que les rodea, y parecen tener la capacidad de desaparecer gente. Pero todo esto es algo que asumimos para el final de la serie.
Al estar todo contado desde el punto de vista de este heterogéneo grupo internacional, el manojo de información se deshace entre los dedos al momento de querer sostenerlo. Uno va recabando información a cuentagotas y adquiriendo conocimientos a la par de los personajes.
La falta de una voz “explicativa” es un elemento muy pocas veces utilizado en producciones de Estados Unidos (por esa necesidad de pasteurizar y dar por entendido todo), y puede ser desafiante para el espectador: una forma de armar el rompecabezas junto con los protagonistas. Pero el hecho de fragmentar también las voces y que no tengan cohesión, nos pone frente al escenario de estar entrando en una situación de entendimiento, y ser eyectados en la secuencia siguiente para arrancar de cero al cambiar la focalización a otro personaje.
La invasión es tan secreta para los protagonistas, como para los espectadores.
Siempre hay momentos para correr
Sin embargo, existen algunos buenos momentos genéricos de enfrentamiento al colectivo extraterrestre. En ellos, los efectos visuales cumplen al apoyarse en situaciones posteriores al hecho en sí mismo.
Mientras que en La guerra de los mundos (War of the Worlds, 2005) Steven Spielberg nos mostraba una persecución siguiendo a un automóvil por el medio de un barrio atacado por extraterrestres patilargos gigantes, Invasión llega cinco minutos después a ver las consecuencias de ese ataque.
El encuentro nunca es multitudinario, nunca vemos a más de cuatro entes no terrestres atacando al mismo tiempo a los personajes. Lo que podría ser tomado como un recurso para ahorrar, termina agregando valor a la propuesta de la visión humana y realista de un ataque de estas características: ninguno de los personajes es Tom Cruise salvando a su hija.
Hacia el final, algunas líneas se encuentran (de manera un tanto arbitraria) y algunas dudas se cierran para dar paso a nuevas incógnitas que serán reveladas en la segunda temporada.
Invasión es una serie con sentido de pertenencia al mundo posmoderno de hoy: sobre-informado pero a la vez alienado, violento pero a la vez temeroso, extrovertido pero con secretos. No existen grandes héroes de acción que vayan a salvar a todos, sino que somos simplemente personas tratando de sobrevivir a un mundo que está -incluso- un poco peor que antes.
La nueva temporada, según el trailer, arranca unos seis meses después. La segunda ola está en su apogeo y la guerra silenciosa ya no lo es tanto. Se terminó la Guerra Fría con los aliens, es momento de la revolución. Veremos cómo lo cuenta.
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