REVIEW | Asteroid City: La nueva película de Wes Anderson explora qué significa ser humano a través de su particular estilo

Con su cuidada estética elevada a la máxima potencia y una compleja estructura narrativa, Asteroid City es fiel exponente de la esencia del director

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ASTEROID CITY, lo nuevo de Wes Anderson, tiene lugar en una ciudad ficticia del desierto estadounidense alrededor de 1955. El itinerario de una convención Junior Stargazer/Space Cadet se ve interrumpido espectacularmente por cambios en el mundo.

Todo el mundo es un escenario,

Y todos los hombres y mujeres meros actores:

Tienen sus salidas y entradas;

Y un hombre en su vida interpreta muchos roles (...)

Como gustéis, William Shakespeare

Este conocido fragmento de la obra de Shakespeare podría ser tranquilamente la inspiración para la nueva película de Wes Anderson, en su versión más literal. Asteroid City es una obra de teatro, dentro de la historia de un dramaturgo, narrada a través de un maestro de ceremonias. El reconocido estilo intencionalmente artificial del director marida a la perfección con una puesta en escena teatral que recrea un pueblo de los ‘50 en el desierto de Estados Unidos, explorando la tragedia y las pasiones humanas, tal como lo hacía el famoso bardo inglés.

Wes Anderson también se preocupa por temas actuales y socialmente relevantes, como el autoritarismo, el estado del arte y el periodismo, las familias disfuncionales, el rol del trabajo en la vida del hombre común y el interés científico. En su nueva película, revisita algunas de las temáticas presentes en su filmografía, casi elevándolas al estatus de obsesiones. Pero además, se mete con un tema completamente nuevo en su obra y muy a tono con los tiempos que corren: la vida inteligente en otros planetas. Como si hubiera sabido que la cuestión estaría en agenda al preciso momento de su estreno, Asteroid City gira en torno a una de las preguntas que más intrigan a la humanidad.

Asteroid City, de Universal Pictures
Asteroid City, de Universal Pictures

Pero su acercamiento -a diferencia de muchas otras películas sobre el tema- es desde la curiosidad y la empatía, cualidades que suele desplegar en casi todas sus películas y personajes. Asteroid City es un pueblo desértico de Estados Unidos en medio de “los dorados años ‘50″, el período post-guerra en el que los norteamericanos disfrutaban de su idílica paz a fuerza de bombardeos nucleares, mientras comenzaban a competir con los rusos en una carrera espacial interminable. Ese tándem de obsesiones patrióticas se encuentra bien representado en la película, con pruebas de bombardeos, desarrollo de armas, la presencia de fuerzas militares y bases científicas de observación espacial.

El enfoque de Wes Anderson disfraza con inocencia una mordaz crítica a esa identidad yanquicentrista, reivindicada una y otra vez en Hollywood a través de las décadas. Es casi como si su excentricidad fuera el resultado de un método empírico de observación, que estudia las costumbres de su propio país con la curiosidad de un alienígena. Y quizás por eso mucha gente se siente alejada de esta película, o al menos eso dicen las críticas internacionales: Asteroid City eleva a la máxima potencia el estilo del director, al punto de que siente casi frío y “sin alma” como si se tratara de un estudio de las costumbres humanas vacío de sentimiento. Pero debajo de la superficie, es mucho más que eso.

Asteroid City, de Universal Pictures
Asteroid City, de Universal Pictures

Pocos son los directores que tienen un sello propio tan particular que pueden ser reconocidos por todos, incluso los que no miran o no disfrutan de sus películas. Esto podría considerarse una inmensa virtud dentro de un Hollywood que tiende a lo formulero. Pero en general, son acusados por la cinefilia de superficiales, de priorizar estilo sobre sustancia y forma sobre contenido. Sin embargo, en las historias de Wes Anderson hay una profundidad escondida en cada elección de encuadre, en cada frase aparentemente inofensiva y en cada uno de los profusos detalles de sus impecables composiciones. Incluso en su elección de colores, formatos y hasta de los actores que interpretan cada rol.

La cuestión es lograr conectar con esa historia y esa forma de contar, lo cual a veces puede resultar inaccesible bajo tantas capas de pintura color pastel, elencos plagados de estrellas y detalles aparentemente insignificantes. En sus últimas dos películas, para colmo, esa dificultad se incrementa con la elección de una estructura narrativa poco convencional. Mientras que en La crónica francesa (The French Dispatch, 2021), el director jugaba con el formato de revista y sus diferentes secciones, en Asteroid City (2023) construye una historia dentro de otra, como una muñeca rusa.

Asteroid City, de Universal Pictures
Asteroid City, de Universal Pictures

La ciudad en la historia principal es el escenario de una convención de niños genios, observadores astronómicos y potenciales inventores, que encuentran en ese lugar -en medio de la nada misma- revelaciones sobre la vida y la muerte, la calidez del primer amor, la noción de que no estamos solos en el universo y un sentido de pertenencia que no habían experimentado nunca antes. Hay una escena bellísima en la que estos chicos se juntan en ronda a jugar un juego tan nerd que los aliena de sus compañeros en la escuela, pero los congracia con sus pares, esos chicos y chicas con sus mismos intereses y capacidades.

A su vez, hay una profunda admiración hacia el oficio de la actuación: esas líneas interminables y complicadísimas que los niños prodigio memorizan en su juego, son las mismas que los actores memorizan en un trabajo. Líneas que, ensayo tras ensayo, van quedando en su memoria, algunas para siempre. Wes Anderson ama a sus actores y por eso los convoca una y otra vez para sus películas, además de lograr un perfeccionismo posible solo a través de la repetición. Jason Schwartzman, Edward Norton, Scarlett Johansson, Willem Dafoe, Tilda Swimton y Adrien Brody son algunos de los que vuelven a trabajar con el director, mientras se suman otros nombres reconocidos como Tom Hanks y Steve Carrell a sus filas.

Asteroid City, de Universal Pictures
Asteroid City, de Universal Pictures

Dividida en tres actos y sus correspondientes escenas, Asteroid City intercala el relato principal con el proceso de creación de la obra, filmado en formato 4:3 y en blanco y negro. Ambas elecciones responden al desarrollo audiovisual de la época, con los vibrantes colores saturados del Technicolor en el cine y los shows con presentador de la televisión. Al nivel de la obra, la historia se pregunta explícitamente por lo que nos convierte en humanos, no solo en contraste con los alienígenas sino también de cara a los sucesos más imprevisibles, como la muerte, el amor y las cuarentenas.

Probablemente inspirado por los vaivenes de la pandemia, Anderson se pregunta qué es lo que sale a relucir a nivel sociedad cuando estamos aislados del resto del mundo. Pero no ofrece respuestas, solo interpretaciones. Mientras tanto, presenciamos el detrás de escena de esa obra que representa la vida misma: los actores rompen personaje para preguntarse por sus motivaciones, el autor se encuentra fortuitamente con su intérprete soñado, el director atraviesa sus propias tribulaciones personales, convoca a sus estrellas y deja afuera a otras. Y ocasionalmente, se borran los límites entre realidad y ficción.

PUNTAJE: 8/10

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