League of Legends es uno de los juegos más relevantes de la actualidad y así lo ha sido desde su lanzamiento en 2009. Una de sus principales características es que logró unir el sentido de la competitividad con la creación de un universo y narrativas que consiguieron impactar en la cultura popular. Por estos y muchos otros motivos, considero que el LoL es el rey de los esports y, al mismo tiempo, un baluarte fundamental cuando hablamos de la industria de los videojuegos.
¿Qué es League of Legends?
El LoL pertenece al género MOBA (Multiplayer Online Battle Arena) donde cinco jugadores se enfrentan a otros cinco jugadores. Las partidas suceden siempre en el mismo mapa llamado La Grieta del Invocador y el objetivo es simple: destruir el nexo enemigo.
Sin embargo, esto no es una tarea sencilla ya que para llegar a la base enemiga tendremos que destruir escalonadamente diferentes torretas que protegen su zona mientras defendemos las nuestras. El mapa se divide en tres carriles y una zona neutra que son por donde pasa toda la acción del juego.
La esencia del título es que existen actualmente más de 160 campeones para elegir con habilidades diferentes que le generan distintas fortalezas y debilidades. Esto hace que todas las partidas sean diferentes. Además, los jugadores no solo se tendrán que pelear entre sí, sino que también deberán recolectar oro y experiencia eliminando súbditos para subir de nivel y conseguir mejor equipación que el rival.
En League of Legends prima la estrategia y no siempre el equipo que consigue más asesinatos es quien gana la partida. El juego se divide en temporadas anuales que, año tras año, traen grandes actualizaciones en el balance y en todos los aspectos del juego, haciendo que se refresque su jugabilidad con el tiempo.
El curioso origen
En la industria de los videojuegos es muy habitual hablar de mods, es decir, cuando los usuarios crean y modifican contenido a partir del software original. Esto hace que exista una relación más directa entre el juego y su comunidad como así también permite alargar su vida útil y hasta lograr nuevas formas de juego.
Esto ocurrió con el género MOBA ya que nació de un mod del clásico Warcraft 3. Incluso, League of Legends llegó después que su competidor directo hasta el día de hoy Dota (actualmente DOTA 2). Es interesante señalar que si bien a lo largo de los años salieron otros MOBA, ninguno logró acercarse al éxito de estos dos títulos. Esto se debe a que lograron asentarse en la industria por llegar primeros, haciendo casi imposible que pueda nacer un competidor directo.
Juego competitivo vs deporte electrónico
Cualquier juego multijugador es competitivo siempre que haya un equipo que gane porque esto significa que hay otro que perdió y nadie quiere perder. Ahora, ¿qué hace que un juego competitivo se convierta en un esports? En primer lugar, que exista una estructura formal y profesional de forma que haya un ecosistema de torneos, equipos, jugadores y profesionales como psicólogos, analistas y casters entre muchos otros.
Por otro lado, la creación de narrativas y una audiencia orgánica que se interese por lo que sucede. Cuando vemos un partido de fútbol, no sólo estamos viendo once jugadores contra otros once jugadores sino que también se pone en la mesa la historia de los escudos que se enfrentan, el reencuentro de un jugador con otro, el historial de los técnicos y un montón de situaciones que dan mística y entretenimiento más allá del deporte en sí mismo.
Un referente de los esports
League of Legends cumple con estas dos facetas. Cada esport se maneja de manera diferente por lo que no es lo mismo la escena del LoL , la de Counter-Strike o la de Dota 2. En este caso, Riot Games, su estudio desarrollador, maneja de manera directa los circuitos competitivos. Cada región cuenta con una liga propia y el gran objetivo de todos los equipos es llegar al Worlds, el mundial del juego y el evento de esports más importante de todos por la cantidad de espectadores.
Actualmente, hay algunas polémicas sobre el estado de las ligas y algunas decisiones de Riot Games en las que no voy a entrar en detalle en esta nota pero es importante saber que hay una discusión latente sobre la rentabilidad de estas competiciones. La LLA (Liga Latinoamérica) es el torneo principal de nuestra región y actualmente cuenta con dos equipos argentinos: Isurus y Leviatán.
La narrativa es un aspecto fundamental en el LoL como esports y es una de sus principales esencias. Su circuito competitivo que culmina en el mundial se lleva a cabo desde 2011 por lo que hay una historia detrás del montón de equipos y jugadores que pasaron por estos torneos. El Messi de League of Legends es el coreano Faker y muchos de los que consumimos este juego desde hace mucho tiempo tenemos un cariño especial por el equipo europeo Fnatic.
Para poner en números, el mundial del año pasado alcanzó el récord de más de 5 millones de espectadores simultáneos en todo el mundo. Cabe destacar que la final del Worlds se hace en estadios con público y que, además, cuenta con una ceremonia de inicio musical que siempre da que hablar por su nivel de producción. Incluso, en 2017, hicieron que un dragón recorriera el estadio en forma de holograma.
El lolcito y el fútbol
Hablando con amigos sobre el juego, uno me dijo que la mejor forma de definir las sensaciones de las partidas de LoL era comparándolas con el fútbol ya que no había otro que empareje esas sensaciones. Esto se quedó dando vueltas en mi cabeza hasta concluir que es cierto: las partidas profesionales de League of Legends se asemejan a los partidos de fútbol.
La primera relación directa es sobre la importancia de la individualidad y el trabajo en equipo. Tanto el fútbol como el LoL tienen un fuerte componente de las dos cuestiones. A veces triunfa el trabajo grupal y, a veces, una individualidad te puede ganar el partido. Tener al mejor del mundo como Faker o Messi no te garantiza salir campeón si el resto del equipo no acompaña. Sin embargo, si comenzamos a nombrar los partidos que cada uno de ellos se pusieron al hombro y fueron fundamentales para el triunfo la lista sería eterna.
De este mismo modo, los campeones que elige cada equipo para usar, así como también las características de los jugadores de fútbol, hacen que cada partida sea diferente. No es lo mismo en League of Legends plantear un equipo con dos tanques (personajes con mucha vida) o con otros con menos resistencia pero más enfocados al daño. En este sentido, en el fútbol no es lo mismo tener un delantero habilidoso o una torre de dos metros.
Finalmente, hay sucesos dentro de las partidas -como el factor azar o mismo la evolución de los campeones dentro del juego- que generan que el rumbo del encuentro sea cambiante y que cualquiera le pueda ganar a cualquiera. Un error individual, un error grupal o un acierto en el momento justo pueden darte la victoria. Todas estas situaciones hacen que, al menos para mí, cuando hablemos de LoL estemos hablando del esport más completo de todos.
Impacto cultural
A grandes rasgos, ya hablamos por qué League of Legends es un referente en el mundo de los esports, ahora toca mencionar su lado que lo vuelve un fenómeno social y cultural. Principalmente, es debido al universo que creó no solo dentro del juego sino también por fuera a través de novelas, cómics y cortos animados. En 2021, se lanzó la serie Arcane en Netflix que fue un éxito total y hasta ganó el premio Emmy a mejor serie de animación del año. Lo más increíble de esto es que si nos ponemos a pensar en el juego, las partidas duran entre 25 y 45 minutos (hay casos de más y menos) y dentro de ellas no existe una narrativa desarrollada, más bien se trata de frases aisladas que dicen los personajes. Sin embargo, desde el diseño en su creación y la historia de origen de cada uno, se fue creando una conexión con la comunidad y los jugadores que hace que exista un fanatismo hacia los personajes y su mundo, conexión que se ve en tatuajes, fan fictions y cosplays entre otro montón de cosas.
En los últimos años, Riot Games comenzó a lanzar otros títulos de otros géneros que también aumentan el lore de su universo. Algunos de ellos también están enfocados hacia lo competitivo -como Legends of Runeterra y Teamfight Tactics-, mientras que otros son experiencias más narrativas como The Mageseeker: A League of Legends Story, Hextech Mayhem: A League of Legends Story y Ruined King: A League of Legends Story.
En definitiva, tanto si queremos hablar de los esports como de la industria de videojuegos, League of Legends es un referente para ambos casos y un gran punto de análisis para entender la relevancia que tiene a nivel económico, de audiencia, de comunidad y de competitividad.
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