Elliot Page habla de lo que significa ser un actor trans en Hollywood: “Había una gran presión por ser alguien que no era”

“Las pruebas de vestuario para las películas me desgarraban las entrañas, eran garras acuchillando mis órganos”, dijo acerca de su interpretación de mujeres en algunas producciones

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Fue en diciembre del año
Fue en diciembre del año 2020 cuando Elliot, públicamente, confirmó que era un hombre trans, y que pasaría de ser Ellen Grace Philpotts-Page a Elliot Page

El actor canadiense Elliot Page ha estado presente en varias de las páginas de prensa internacional gracias a la publicación de su novela autobiográfica Pageboy. En medio de la ronda promocional de su libro, el actor ha hablado de temas coyunturales de su vida, entre ellos, lo que ha significado ser un actor trans en Hollywood. “Había una gran presión por ser alguien que no era”, sentenció en una entrevista otorgada a The Guardian.

Fue en diciembre del año 2020 cuando Elliot, públicamente, confirmó que era un hombre trans, y que pasaría de ser Ellen Grace Philpotts-Page a Elliot Page. “Quiero compartir con ustedes que soy trans, mis pronombres son él/elle y que mi nombre es Elliot. Me siento afortunado por escribir esto. Por estar aquí. Por haber llegado a este lugar en mi vida”, comentó por aquel entonces en sus redes sociales.

“Tengo miedo de la invasividad, el odio, las ‘bromas’ y la violencia. Para ser claro, no estoy intentando reventar un momento que es feliz y que celebro, pero quiero mencionar la imagen completa. Las estadísticas son pasmosas. La discriminación contra la gente trans es común, insidiosa y cruel, con terroríficas consecuencias”, manifestó.

“Me encanta ser trans. Y me encanta ser queer. Y cada vez que me acerco más a mí mismo y acepto quien soy completamente, sueño más, mi corazón crece más y yo crezco más. A todas las personas trans que lidian con acoso, autodesprecio, abusos y amenazas de violencia cada día: los veo, los quiero y haré todo lo que pueda para cambiar este mundo a mejor”, añadió en su momento.

“Siento abrumadora gratitud por la gente increíble que me ha apoyado en este camino. No puedo empezar a expresar lo increíble que se siente por fin amar quien soy lo suficiente como para seguir a mi auténtico yo”, agregó al anunciar el cambio de su identidad y la forma en la que ahora deberían referirse a él.

“Las pruebas de vestuario para
“Las pruebas de vestuario para las películas me desgarraban las entrañas, eran garras acuchillando mis órganos”, dijo acerca de su interpretación de mujeres en algunas producciones

En su charla con The Guardian aseguró que le pidieron, en varias ocasiones, no ser auténtico. “Obviamente, solo puedo hablar de mi experiencia, pero sí, mi experiencia es que hubo una presión intensa no solo para estar encerrado, sino para actuar, aparecer y actuar como alguien que no era y alguien que no soy”, aclaró.

“Cis, trans, lo que sea, no importa: era una constante que le dijeran al actor que no fuera tu yo auténtico y, francamente, me hizo sentir muy mal. Pienso en el grado de lo encerrado que estaba y estoy como: wow. Es como ver una película en mi cabeza. Era tan extremo, y también lo eran los sentimientos. Creí en ciertos puntos: ‘Esto es lo que va a ser toda mi vida’”, añadió.

Durante la grabación de Origen, recuerda, se enfermó. “El herpes salió de mi columna mientras rodaba Origen cuando tenía 22 años (...) En un reparto lleno de hombres cis, no entendía el papel en el que me encontraba (...) El herpes comunicó el estrés que sentía mi cuerpo, algo que mis palabras no podían”, destacó.

En su libro, además, recordó que fue víctima de comentarios violentos por su orientación e identidad sexual. “Tú no eres gay. Eso no existe. Solo tienes miedo de los hombres. Te voy a follar para que te des cuenta de que no eres gay (...) No estoy compartiendo su nombre a propósito. Se enterará de esto y sabrá que es él”, dijo el actor al hablar de una desagradable experiencia vivida en el año 2014, en Los Ángeles.

Reveló, además, como renunció a uno de sus papeles al ser obligado por la producción prendas femeninas. “Me imaginaba vestido de mujer de mediados del siglo XIX. El vestido, los zapatos, el pelo, pasaban ante mis ojos. Era demasiado después de haberme puesto la máscara para la temporada de premios (...) Me di cuenta de que si lo hacía, querría suicidarme (...) Las pruebas de vestuario para las películas me desgarraban las entrañas, garras acuchillando mis órganos”, recordó.

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