A un nuevo golpe en contra de sus derechos humanos se enfrenta la comunidad LGBTIQ+ del mundo. En esta ocasión fue en Uganda en donde se penalizó de manera más severa la realización de algunas ‘actividades homosexuales’. De acuerdo con lo que aprobó el presidente de ese país, Yoweri Museveni, las personas que sean descubiertas ejecutando comportamientos de este tipo pueden llegar a ser sancionadas con cadena perpetua o, incluso, con pena de muerte.
En ese país ya era ilegal pertenecer a la comunidad sexualmente diversa, sin embargo, lo novedoso tiene que ver con la imposición de castigos mucho más drásticos y radicales. La prensa internacional y colectivos de defensa de los derechos humanos han calificado la decisión del mandatario como una de las más agresivas del mundo en lo que respecta a la comunidad LGBTIQ+.
De acuerdo con la directora adjunta para África de Human Rights Watch, Ashwanee Budoo-Scholtz, esta determinación en Uganda es el significado de dar pasos atrás. Aquel territorio, especificó, se encuentra dando “un paso en la dirección equivocada”. A ella se sumó el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, quien calificó las acciones como “deplorables”.
Lo que argumentan quienes defienden esta ley es que, al ser más severas las restricciones y los castigos, se genera una mayor protección a los derechos básicos de la comunidad. La presidenta del Parlamento, Anita Among, por ejemplo, celebró la realización de la determinación así: “Como Parlamento de Uganda, tomamos en cuenta las preocupaciones de nuestro pueblo y legislamos para proteger el carácter sagrado de la familia (...) Nos mantuvimos firmes para defender la cultura, los valores y las aspiraciones de nuestro pueblo”.
Lo que establece esta ley la pena de muerte a personas que sean encontradas como culpables del ‘delito’ de “homosexualidad agravada”. Este ‘crimen’ se refiere, particularmente, a personas que mantengan relaciones y que padezcan de VIH, la participación de menores de edad en actos sexuales o la participación de personas vulnerables.
Fue en marzo del 2021 cuando el parlamentario Musa Ecweru comentó “los homosexuales no tienen en espacio en Uganda”. El presidente Yoweri Museveni, en ese momento, dijo que ser gay sería una moda proveniente del occidente del mundo, además de ser una ‘desviación de lo normal’, entendiendo lo normal como una sociedad totalmente cisgénero y heterosexual.
Con cifras registradas hasta diciembre del 2022, los actos sexuales entre personas del mismo género pueden ser castigados con pena de muerte en las capitales de 11 países. En cada país el castigo se da bajo el argumento de diferentes delitos. Una persona homosexual, dependiendo las reglas de su lugar de origen, puede ser castigada por “crimen antinatural”, “sodomía” o “actos homosexuales”.
Las penas que pagan las personas que son condenadas pueden ir desde ser privados de su libertad en prisiones, ser sometidos a la horca, ser lapidados o hasta decapitados. En Irán y Arabia Saudita, por ejemplo, la pena de muerte es un castigo para las personas homosexuales. Por el otro lado, según cifras registradas hasta el último mes del año pasado, en 68 países del mundo, ser gay es considerado un delito.
Para el año 2021, según Naciones Unidas, “en unos 77 países, las leyes discriminatorias criminalizan las relaciones privadas consentidas entre personas del mismo sexo, por lo que pueden ser arrestadas, enjuiciadas, y encarceladas; incluso, en al menos cinco países, pueden ser condenadas a la pena de muerte”.
Según datos revelador por ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex), hay 63 Estados miembros de la ONU que, en la actualidad, tienen leyes que condenan la homosexualidad como un delito.
En África, continente en donde recientemente fue aprobada una ley para criminalizar la homosexualidad, hay 35 países aún criminalizan las relaciones homoparentales. Según Alistair Stewart, jefe de Defensa e Investigación de Human Dignity Trust, quien habló con el portal informativo BBC, el continente “es percibido como uno de los lugares más complicados para las personas LGTBI”.