Jeffrey Dahmer: el asesino que frecuentaba lugares de ambiente gay para elegir a sus víctimas

“El Carnicero de Milwaukee” asesinó alrededor de 17 hombres jóvenes, específicamente afroamericanos y homosexuales, pero no solo los mató, sino también se los comió

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“La policía, tras detenerlo, lo
“La policía, tras detenerlo, lo describió como un joven de tez pálida que se presentó a la vista de los agentes lloroso y asustadizo”, menciona el libro Crónica negra del siglo XX, escrito por José María López Ruíz. (Foto: Reuters)

Netflix estrenó una nueva serie sobre Jeffrey Dahmer inspirada en hechos reales, un asesino serial que terminó con la vida de 17 personas (entre ellas adultos y jóvenes), pero ¿cuál fue su relación con la comunidad LGBT+?

“La policía, tras detenerlo, lo describió como un joven de tez pálida que se presentó a la vista de los agentes lloroso y asustadizo”, menciona el libro Crónica negra del siglo XX, escrito por José María López Ruíz.

Un elemento muy particular de Dahmer fue el ataque perpetuado a 17 hombres jóvenes, específicamente afroamericanos y homosexuales (o de ambas características), pero no solo los mató, sino también los degustó. Aunque uno de ellos escapó.

Esta última víctima salió vivo de los terrores que muchos no habían podido contar, pero al momento de que los oficiales lograron capturarlo, gracias a la desesperación de la persona, se descubrió el horror.

Razón por la cual, empezó a tener distintos apodos: “El Caníbal de Milwaukee”, “El Carnicero de Milwaukee” o “El Monstruo de Milwaukee”.

Una infancia, inesperadamente, tranquila

En su adolescencia sus padres
En su adolescencia sus padres se divorciaron, su papá se casó nuevamente y éste le dijo que se fuera a vivir con él, lo cual aceptó. De igual forma le pidieron que se inscribiera a la Universidad de Ohio, pero él lo dejó por su alcoholismo.

Sus padres, Lionel Herbert Dahmer y Joyce Anette Flint, le daban mucho amor a su hijo, además de darle todo: educación y buena vida social. A diferencia de otros asesinos seriales que sufrieron en su infancia de maltrato físico y psicológico, Jeffrey fue todo lo contrario.

Como consecuencia del trabajo de su padre (quien era químico), se mudaron muchas veces, pero en 1967 pasó el resto de su infancia y adolescencia en Ohio, lugar donde iba de pesca con su padre y al atrapar a los peces le gustaba abrir el canal para ver como morían (a la edad de 10 años).

Incluso se la pasaba caminando sobre la carretera para poder encontrar algún animal muerto, este lo llevaba a su casa y los abría.

En su adolescencia sus padres se divorciaron, su papá se casó nuevamente y éste le dijo que se fuera a vivir con él, lo cual aceptó. De igual forma le pidieron que se inscribiera a la Universidad de Ohio, pero él lo dejó por su alcoholismo.

En 1978, inició su vida en Milwaukee con una cámara Polaroid con la que empezó a tomar fotografías, pasatiempo clave que en un futuro lo delataría.

Ya en el estado encontró a un chico laosiano, de 13 años, el cual Dahmer le pidió que posara, pero este tuvo miedo y lo acusó con sus padres, quienes fueron a denunciarlo y en 1979 fue declarado culpable, aunque solo estuvo 10 meses encarcelado.

El despertar de “El carnicero de Milwaukee”

Jeffrey tenía el interés en las personas que usaban el autostop (usuarios que buscan viajes gratuitos) ya que eso le permitía llevar a hombres a su casa y así tener relaciones sexuales, pero una persona a quien recogió quiso irse, pero Dahmer no lo permitió y lo mató.

Cuando recogió a Steven Hicks y éste no estaba interesado en algo sexual, Dahmer lo golpeó en la cabeza para después violarlo y asesinarlo, lo desmembró y cada parte de su cuerpo lo colocó en bolsas de plástico.

Subió a su auto para tirarlas en la carretera, pero la policía lo detuvo y le preguntó por esas bolsas, a lo que Jeffrey les comentó que era basura y lo multaron por exceso de velocidad.

Al llegar a casa fue al sótano y las escondió en una tubería. En esa época se alistó al ejercito y se fue, no fue sino hasta su regreso cuando los desenterró, rompió los huesos y los esparció en un matorral.

Con su primer asesinato trató de acercarse a la iglesia para mantenerse en estado de celibato, reprimió sus deseos sexuales-homicidas durante 10 años, pero mientras pasaba el tiempo pensó que podría satisfacer sus deseos sexuales, razón por la cual frecuentaba lugares de ambiente gay.

Su modus operandi era: invitar a las víctimas a ver pornografía o a sacarse unas fotos, los drogaba, estrangulaba, violaba y se masturbaba encima del cuerpo. Tomaba fotografías del cadáver y de cada etapa del desmembramiento.

A veces solía utilizar ácidos para convertirlos en una especie de zombi y que hicieran lo que él les pidiera y así no tener quejas de parte de sus víctimas, pero al despertar buscaban la manera de irse, aunque este las mataba.

Apartamento de North 25th Street

Nueve de las víctimas eran
Nueve de las víctimas eran afroamericanos, pertenecían a minorías étnicas y le atraía un determinado tipo de cuerpo antropométrico. Algunas de ellas fueron menores de dieciocho años y los ubicaba en bares gay y en la calle.

Entre 1978 y 1991 Dahmer mató a diecisiete jóvenes: doce de ellos murieron en su departamento y tres en la casa de su abuela. Las dos primeras víctimas las asesinó en el hogar de sus padres, Ohio.

Nueve de las víctimas eran afroamericanos, pertenecían a minorías étnicas y le atraía un determinado tipo de cuerpo antropométrico. Algunas de ellas fueron menores de dieciocho años y los ubicaba en bares gay y en la calle.

Una vez que los llevaba a su departamento 924 los mataba, desmembraba parte de su cuerpo y “lo que captaba con la Polaroid eran los miembros arrancados de quienes fueron sus víctimas”, menciona el libro.

El 22 de julio de 1991 dos agentes iban patrullando por una zona marginal en Milwaukee, ahí fue donde encontraron a un hombre afroamericano caminando y este los llevó a la casa de Dahmer, el asesino trató de excusarse con el uso de alcohol y juegos eróticos, pero un policía decidió entrar a su casa y vieron las fotografías.

Ese mismo policía abrió la puerta del refrigerador y se dio cuenta que lo que estaba en las fotos era parte del refrigerador: “cabezas humanas, manos, penes en una olla, carne humana en el congelador, tarros con genitales en conserva, cloroformo y la que quizá fuese la más macabra colección de fotografías jamás reunida”, menciona el libro Crímenes, los casos más impactantes de la historia, de Nick Yapp.

“Practicó lobectomías a algunas de sus víctimas inconscientes. Se dice que en una ocasión abrió un agujero en el cráneo de una de ellas y vertió una solución de ácido clorhídrico en el interior”.

Cuando lo llevaron a juicio lo protegieron con una barrera de 6 metros de alto y lo condenaron a 957 años, pero al ser encarcelado y cumplir dos años en la cárcel fue asesinado por otro convicto.

La adquisición de las cosas de Dahmer, como las herramientas, fotografías y la nevera, fue destruido. La ciudad de Milwaukee destinó USD 400 mil en su destrucción para evitar que se creara una colección con ellos.

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