Esta campaña ha puesto en evidencia los prejuicios que siguen arrastrando muchos peruanos

El rechazo a la comunidad LGBTIQ+, la discriminación racial o la discriminación hacia las personas con discapacidad han sido las problemáticas elegidas para invitar a la reflexión.

Según Demus el 75% de peruanos no acepta las relaciones entre personas del mismo sexo están mal. (Foto/Orange)

El pasado 11 de septiembre, varios distritos de Lima amanecieron con enormes carteles que no pasaron desapercibidos. En todos había un elemento en común: el hashtag toma la vida sin prejuicios. Aunque cada uno tenía una temática distinta, era evidente que la consigna era visibilizar las ideas equivocadas que siguen existiendo en el Perú sobre diferentes comunidades vulnerables.

Pero, ¿de dónde salieron estos carteles? Manuel Ayllón, CEO de la agencia de comunicación Orange Latam explicó que esta campaña de intriga fue preparada para el lanzamiento de la nueva limonada rosada de la marca L’onda. Sin embargo, además de dar a conocer el producto, uno de sus objetivos principales fue también hacer publicidad con propósito de cambio.

Todo empezó con una encuesta realizada a más de un centenar de personas entre los 16 y 30 a años, en la que encontraron resultados preocupantes: 7 de cada 10 de peruanos han sido víctimas de los prejuicios en algún momento de su vida. Entre las comunidades más afectadas estaban la LGBTIQ+, la afroperuana y la de personas con discapacidad.

“Nos dimos cuenta que la situación es tan grave que no se va a resolver solo fortaleciendo la educación en los colegios ni promulgando leyes. Para lograr un cambio se necesita la participación masiva de todos. En ese sentido las empresas también podemos y debemos trabajar para lograrlo”, le dijo Manuel a Infobae.

Lamentablemente, las cifras le dan la razón. De acuerdo con la Encuesta nacional sobre exclusión y discriminación realizada por Demus, el 75% de peruanos considera que las relaciones entre personas del mismo sexo están mal y alrededor del 50% no estaría dispuesto a aceptar amigos homosexuales, lesbianas, bisexuales o trans tal y como son. La percepción de que ‘están confudidos’ es de las más comunes.

Cuatro de cada diez afroperuanos ha sufrido discriminación alguna vez en su vida. (Foto/Orange)

La misma encuesta también menciona a los afrodescendientes y señala que existen, sobre todo, varios estereotipos a nivel profesional ya que se les suele asociar como bailarines o cocineros.

Pero la problemática es, sin duda, estructural. Como revela el Centro de Estudios y Promoción Afroperuanos, la mitad de ellos han sido insultados al menos una vez en la calle y cuatro de cada diez ha sufrido discriminación en su lugar de trabajo, en tiendas y en otros espacios públicos. Pero lo más preocupante es que al menos un 70% evita ir al hospital por temor al maltrato.

Las personas con discapacidad también ven vulnerados sus derechos todos los días. Según cifras del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, uno de cada tres peruanos con discapacidad ha sido discriminado. El prejuicio más difundido es que su condición es una tragedia o una enfermedad y que la palabra discapacidad es sinónimo de incapacidad. Esto lleva a que se limiten sus posibilidades de trabajar, estudiar o de ejercer su sexualidad de manera libre y sana, por dar algunos ejemplos.

Todavía se cree que la palabra discapacidad es sinónimo de incapacidad. (Foto/Orange)

Para Andrea Burga, periodista y activista con discapacidad visual, a ellos siempre se les está cuestionando. Existe la idea de que no pueden ser autónomos, que son como niños y no pueden tomar sus propias decisiones.

“A nosotros la sociedad nos suele ver con pena, como si fuéramos una obra de caridad, no como personas. Cuando hago cosas que otras personas sin discapacidad hacen, como ir al hospital a ponerme un método anticonceptivo, la gente se sorprende. Conozco casos en donde incluso no les han permitido hacerlo. La vulneración a nuestros derechos está muy presente en lo cotidiano”, explicó.

Negando una realidad

La activista afroperuana Sofía Carrillo compartió una de las imágenes de la campaña en su cuenta de Twitter para invitar a sus seguidores a reflexionar sobre lo peligroso que puede resultar replicar prejuicios.

La avalancha de comentarios no se hizo esperar y hubo quienes le dijeron que se estaba victimizando. Además, aseguraron que el racismo ya no existe y que esa es una tara que el Perú superó hace muchos años. Al respecto, ella mencionó que no le deja sorprender el nivel de agresión al que pueden llegar algunas personas.

Ana Lucía Mosquera, su compañera en la lucha, dijo que denunciar los actos de violencia y discriminación no es asumir un rol de victimismo, sino por el contrario, tomar acción.

“Hemos recibido buenos comentarios, pero también han habido personas que han tildado la campaña de ideologizada o que han mencionado que queremos cambiar negativamente a la sociedad. Sabemos que los prejuicios son creencias arraigadas muy difíciles de cambiar, por eso mismo es que se tiene que seguir insistiendo”, Finalizó Manuel.

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