El artículo 22 de la Constitución Política del Perú señala que el trabajo es un medio clave para que una persona tenga calidad de vida. Lamentablemente, en la realidad, cuando hablamos de las personas trans, podemos decir que este ideal se quedó en el papel. En pleno 2022, esta comunidad todavía no tiene acceso a un empleo digno.
Según la última Encuesta Nacional de Derechos Humanos de Ipsos, solo 4 de 10 personas estarían dispuestas a contratar a una persona trans en sus empresas.
Gianna Camacho es la primera mujer trans peruana en asumir una jefatura en la Municipalidad de Lima. Un hecho histórico del que sin duda se siente orgullosa. Sin embargo, admite con tristeza que es la excepción a la regla: la mayoría de sus compañeras no tienen más opción que dedicarse a la peluquería o a la prostitución.
“Yo tuve que decidir entre posponer mi transición y seguir recibiendo el apoyo de mi familia para terminar mis estudios o revelar mi identidad y quedarme sin nada”, contó a Infobae la periodista y activista.
Aún cuando el anuncio demoró más tiempo del que tenía previsto, cuando le contó al mundo que no se identificaba con el género que le había sido asignado al nacer, perdió todo lo que había logrado.
“Me despidieron del trabajo, mi familia se alejó de mí y tuve que volver a construir una trayectoria desde cero, a pesar de que ya había acumulado bastante experiencia en mi carrera. Era como si la persona que había sido hasta ese momento hubiera muerto con todo y sus logros”, confesó.
Tuvieron que pasar casi cinco años para que su talento finalmente fuera reconocido. En ese tiempo, tuvo que esforzarse el triple que una persona cisgénero para llegar a lo mismo. Ahora que tiene un equipo a su cargo de alta responsabilidad y se desenvuelve en un lugar que respeta su identidad, sueña con que esto se convierta en la norma.
Por ahora, somos un país en donde la exclusión es la ley, ya que, según la Defensoría del Pueblo, el 95.8% de las personas trans ha sido, alguna vez en su vida, víctimas de violencia y solo el 5.1% ha terminado el colegio.
“No quiero que la gente conozca mi historia y la use como arma para negar que existe una discriminación sistemática. Mis circunstancias fueron particulares. La realidad es que muchas personas trans en nuestro país tienen que hacer lo que sea para sobrevivir”, reflexionó.
Gianna menciona que hay una práctica común en las empresas informales cuando se trata de emplear hombres o mujeres trans o no binaries y es que se les emplea en puestos en donde no tengan que dar la cara al público. La idea que todavía persiste en la sociedad es que dan mal aspecto y que ahuyentan a la clientela.
“Somos una comunidad muy resiliente. Esta una característica muy valiosa que las empresas se están perdiendo al excluirnos. Y lo único que necesitan es aprender a respetarnos. No se dan cuenta que eso no cuesta nada”, aseguró.
La autogestión como alternativa
Yefri Peña estuvo a punto de perder la vida dos veces, a manos de quienes no podían soportar que tuviera una identidad de género diferente a la norma.
Ella es una mujer trans que lleva más de diez años trabajando como promotora de salud y empoderando a otras a vivir en un mundo que no las ve como iguales.
También es la creadora de la Casa Trans de Lima Este, un refugio en donde todas han encontrado lo que en sus hogares no, amigas que las aconsejan, las ayudan y están dispuestas a apoyarlas si se enferman y no tienen cómo pagar el tratamiento, o darles asilo sino tienen donde dormir.
Desde aquí han creado un emprendimiento textil y utilizan su talento para diseñar y confeccionar ropa, mascarillas y otros productos que ahora ofrecen en un módulo ubicado en el Jockey Plaza. Esta iniciativa busca que su proyecto se sostenga en el tiempo, pero también darle oportunidades laborales a las que lo necesiten.
Una luz de esperanza
Presente es una ONG que trabaja para crear espacios seguros para la comunidad LGBTIQ+ en el Perú. Con el objetivo de acortar las brechas han lanzado un programa gratuito de empleabilidad y bolsa de trabajo para personas trans y no binaries.
“Queremos que Trabajo Presente sirva como un puente para que elles puedan acceder a un empleo digno y seguro, que corresponda con sus capacidades”, explicó su directora ejecutiva Pia Arenas.
Para asegurarse que estos espacios sean efectivamente seguros, capacitan a las empresas interesadas. No se trata solo de lanzar las convocatorias y esperar a que se haga el match, sino que una vez dentro, el uso del nombre social sea aceptado, que puedan acceder a los baños que les corresponden y que se respeten todos sus derechos.
Al mismo tiempo, tratan de acabar con la idea de que la experiencia laboral lo es todo, sino que existen diferentes formas de obtener habilidades que pueden servir para un puesto específico.
Pero les postulantes también reciben apoyo antes de ser entrevistades. Se les enseña, en caso lo necesiten, cómo armar un CV o cómo responder a preguntas que comúnmente se hacen en las entrevistas.
“Ahora nos encontramos haciendo un esfuerzo más grande para identificar nuestros próximos desafíos. Por ejemplo, hay mucho que hacer por la educación, no solo de nuestra parte sino también por parte del Estado, que debería trabajar en reducir el porcentaje de personas trans sin estudios básicos ni técnicos”, afirmó.
En 2021, OEFA se convirtió en el pionero al ser certificado por su gestión de talento con enfoque en la diversidad, pero desde Presente todavía están esperando que exista predisposición de otras instituciones para generar más cambios.
“No hay que esperar a que se dicte una ley para recién ponernos a pensar en cómo incluirles y cualquier empresa, ya sea pequeña, mediana o grande, privada o del Estado, puede hacerlo”, finaliza.
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