Seguramente hayas escuchado hablar alguna vez del pacto entre varones. Pero ¿qué es exactamente? ¿a quiénes afecta y cómo? Y sobre todo ¿hay alguna manera de romperlo?
El pacto entre hombres, o pacto masculino, es una alianza entre hombres cis heterosexuales basada en la complicidad. Se trata de un conjunto de prácticas que son producidas y protegidas por hombres y que provocan situaciones opresivas principalmente en mujeres y personas LGBT+.
Para decirlo de otra manera más clara: cuando los varones cis se juntan con otros varones cis normalizan conductas violentas. Esta dinámica es sin duda perjudicial para otres, pero también para ellos. Dado que tiene como principal objetivo sostener la ilusión de la masculinidad, la imagen del hombre fuerte que no llora ni sufre y además no deja lugar para poder expresar ningún tipo de emoción ni sentimiento. Romper con esta alianza de complicidad y silencio implica, de alguna manera, quedarse afuera, no ser “tan hombre”.
La imagen del pacto entre varones suele manifestarse muy evidentemente cuando algún acto violento, como un abuso sexual o un crimen de odio, se vuelve trascendente y aparece, por ejemplo, en medios de comunicación masiva.
Generalmente para los varones cis no resulta difícil desmarcarse del agresor y no reconocerse a sí mismo en él. Pero como ya sabemos, una violación o un asesinato de una persona de la comunidad LGBT+, es la expresión máxima del sistema en el que vivimos. Hay muchas otras agresiones que son más pequeñas y que todes normalizamos y colaboran a reproducir y sostener ese sistema.
Es ahí donde actúa el pacto masculino. Probablemente un varón cis que se escandaliza ante un acto de violencia no le diga nada a sus amigos cuando dicen algún comentario transodiante o machista. Porque pareciera no ser tan grave.
Y ahí también está la clave para romper con esta dinámica… empezar a hablar… entre ustedes. Cambiar el silencio por comunicación. Ponerle un límite al que hace chistes de putos o al que le insiste a una mujer para hacer algo que ella no quiere hacer.
Hablar de lo que duele, llorar, abrazarse.
Dejar de intentar ser ese hombre que les enseñaron a ser y construir una nueva masculinidad.
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