No existe el “contagio social” entre adolescentes transgénero, confirmó un estudio

La revista “Pediatrics” refutó la teoría, que ha servido para impulsar leyes antiderecho en EEUU. Los investigadores subrayaron la importancia de no usar esa idea errónea “para prohibir la atención médica de afirmación de género”

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En al menos tres estados de EE. UU. se ha buscado prohibir los derechos de la población trans últimamente.
En al menos tres estados de EE. UU. se ha buscado prohibir los derechos de la población trans últimamente.

La tesisis del “contagio social” entre adolescentes transgénero, utilizada en los últimos años para legislar en contra de la atención médica de las personas trans en algunos estados de Estados Unidos, ha sido desmentida nuevamente por un estudio.

En un artículo publicado a comienzos de agosto, la revista Pediatrics cuestiona la teoría difundida en 2018 por la doctora Lisa Littman, por entonces profesora de la Universidad de Brown, quien sostuvo que la “disforia de género de inicio rápido” —término acuñado en su investigación—, se expandía a través de la influencia social entre adolescentes que se encuentran en conflicto con su identidad de género o su sexo asignado al nacer. A raíz de esto, su tesis advertía sobre un supuesto aumento de las personas identificadas como transgénero en los últimos años.

Aunque ya había sido duramente cuestionada por otra colega de la misma universidad, el nuevo estudio determina que —contra lo descrito por Littman, quien se basó en testimonios de padres—, en realidad ha habido una disminución de adolescentes identificados como trans o de género diverso en el período 2017-2019.

A los investigadores les alarma que las teorías infundadas sustenten proyectos de leyes en contra de la población diversa. (Spencer Platt/Getty Images)
A los investigadores les alarma que las teorías infundadas sustenten proyectos de leyes en contra de la población diversa. (Spencer Platt/Getty Images)

La publicación de la Academia Nacional de Pediatría (APA) estadounidense incluyó información de adolescentes de entre los 12 y los 18 años pertenecientes a 16 estados de ese país. También datos de una encuesta bienal de estudiantes de secundaria elaborada por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en ese país.

De los 91.937 adolescentes encuestados en 2017, el 2,4% (2.161) se identificó como trans o de género diverso; en el año 2019, de los 105.437 casos estudiados, solo 1.604 (1,6%) afirmaron ser parte de esta población.

Otro aspecto ampliamente cuestionado de la investigación de Littman propone que el “contagio social” afectaría aún más a las personas del sexo femenino. Contrariamente, el reporte reciente indica que los adolescentes transgéneros asignados en su nacimiento con el sexo masculino son mayoría en comparación con las del sexo opuesto en los resultados de ambos años.

La disforia de género no se "contagia", confirmó la APA. (Movimiento de Juventudes Trans)
La disforia de género no se "contagia", confirmó la APA. (Movimiento de Juventudes Trans)

“La hipótesis de que los jóvenes transgénero y de género diverso asignados al sexo femenino al nacer se identifican como transgénero debido al contagio social no resiste el escrutinio y no debe usarse para argumentar en contra de la provisión de atención médica que afirme el género para los adolescentes”, dijo el doctor Alex S. Keuroghlian, líder del estudio, en un comunicado citado por NBC News.

Una de las motivaciones de la revista científica ha sido profundizar en la información de clínicas pediátricas de género, pero ahora a través de “una muestra más grande y representativa que las reclutadas en clínicas anteriores”.

La publicación sostiene además que “no se puede subestimar el efecto nocivo de las hipótesis infundadas que estigmatizan a los jóvenes TGD [transgénero o de género diverso]”, sobre todo los planteamientos de la llamada “disforia de género de inicio rápido”, sacada relucir en los debates políticos actuales. “De hecho”, agrega, “los legisladores han utilizado esa noción para prohibir” que jóvenes transgénero y de género diverso reciban atención médica de afirmación de género.

La teoría del "contagio social" no debería afectar el acceso a la salud de los menores trans.
La teoría del "contagio social" no debería afectar el acceso a la salud de los menores trans.

Este tipo proyectos legislativos “anti-trans” se ha incrementado en Estados Unidos en el último tiempo: de uno solo presentado en el año 2018, aumentaron a 36 solo en 2022, según un análisis de la NBC News. Los gobernadores de Alabama, Arkansas y Tennessee han conseguido convertir algunas restricciones en leyes, aunque en los dos primeros estados los jueces han evitado hasta el momento que las medidas entraran en vigor.

Ya en 2019, otra profesora de la Universidad de Brown, Arjee Javellana Restar, arremetía contra la tesis sobre la “disforia de género de inicio rápido” al declarar que desde hace años “identificarse como transgénero no es una enfermedad ni es considerado un trastorno mental” por diversas entidades médicas estadounidenses y la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Si bien la angustia asociada con la disforia de género es diagnosticable, eso no debe usarse para la estigmatización o la patologización”, agregó.

Cabe aclarar que el controvertido estudio no se fundamentó en las experiencias vividas por personas transgénero. Para llevarlo a cabo se recopilaron testimonios de padres de familia, quienes le permitieron concluir a la investigadora que sus hijos estaban experimentado la disforia de género durante y poco después de la pubertad. Asimismo, sostuvieron que el “contagio” ocurría en contextos sociales grupales que contaban con uno o varios integrantes identificados como transgéneros.

Los proyectos de leyes antitrans crecieron de 1 a 36 en cuatro años en los EEUU.
Los proyectos de leyes antitrans crecieron de 1 a 36 en cuatro años en los EEUU.

Los investigadores también sostienen que las teorías que dan por hecho la tesis del contagio social, difundidas por algunos medios de comunicación conservadores de Estados Unidos, buscan convencer que las personas optan por identificarse como trans o de género diverso para protegerse de una discriminación que ataca más fuertemente —segun la teoría— a quienes, siendo lesbianas, bisexuales o gays, son cisgénero o se identifican con su sexo de nacimiento.

Sin embargo, el estudio de la APA arrojó que los adolescentes trans tienen más posibilidades de sufrir acoso en ambientes como el escolar en comparación con otros jóvenes de la diversidad, y que sus tasas de suicidios también son mayores. “La idea de que los intentos de huir del estigma de las minorías sexuales impulsan a los adolescentes a declararse transgénero es absurda, especialmente para aquellos de nosotros que brindamos tratamiento a jóvenes”, manifestó el doctor Jack Turban, profesor de la Universidad de California.

Los reclamos que hacen los investigadores apuntan a que tanto los profesionales del ámbito médico como los legisladores, funcionarios públicos y medios de comunicación tengan en cuenta los resultados del estudio para no continuar defendiendo argumentos que contribuyan a estigmatizar y discriminar aún más a una población que lucha por ser reconocida en todo el mundo.

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