George Washington, Leonardo da Vinci e Isaac Newton, reconocidos entre otros “Grandes maricas de la Historia”

Empezó con hilos de Twitter. En ellos hablaba de Isaac Newton, William Shakespeare, Miguel Ángel Buonarroti. Todos tenían algo en común además de la grandeza histórica: una homosexualidad que se intentó ocultar. A veces lo hicieron ellos mismos; otras, sus contemporáneos o quienes contaron las hazañas de sus vidas. En las biografías de personajes ilustres la homosexualidad parecía una mancha vergonzosa y era lo último que se decía, si acaso se decía.

Grandes maricas de la historia busca revertir eso: mezclando humor, erudición, divulgación y rastreo de hechos, revive a personajes a la luz de sus brillantes trayectorias y de su sexualidad sistemáticamente negada. Su autor, Álvaro J. Sanjuán, conocido en Twitter como @Otto_Mas, hizo primero un blog con el tema, más tarde hilos en la plataforma y finalmente, durante el encierro de la pandemia, un podcast que ha ganado popularidad en los países de América Latina y en España. El 15 de septiembre estrena su tercera temporada en Spotify y publica un libro con estas historias ampliadas.

“Cuando vives en una ciudad mediana tirando a pequeña, llena de gente conservadora, te sientes mucho más solo”, dice Álvaro en referencia a su natal Burgos. El filólogo y podcaster cree que de haber nacido en Málaga, Barcelona o Madrid, hubiera conocido más hombres homosexuales como él. Ya desde entonces, dice, quiso saber quiénes más en el mundo podrían servirle de referentes “para que la vida fuera más sencilla, para no sentirse raro y discriminado”, dijo a Infobae.

En el libro figuran, en una sección sobre griegos y romanos, las hazañas homoafectivas y eróticas del rey Alejandro Magno y el emperador Adriano. Siguiendo la cronología, del período medieval se habla de Ricardo Corazón de León y Eduardo II de Inglaterra, y de Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci y Michel de Montaigne en el Renacimiento. En un capítulo sobre “Señores con peluca” aparecen Isaac Newton y George Washington, y en el capítulo de “Señores románticos (y tristes)” destaca el cuentista Hans Christian Anderson. Más adelante, se narra la vida de los científicos Karl Heinrichs Ulrichs y Magnus Hirschfeld, y los casos españoles de Antonio de Erauso (más célebre como Catalina de Erauso) y Miguel de Cervantes.

¿Todos ellos fueron homosexuales, miembros de la comunidad LGBT+ o, al menos, desafiaron la norma hétero? Sí; pero en sus época eran estigmatizados como sodomitas, criminales o sospechosos del pecado nefando. “Mucha gente reacciona mal cuando empiezas a hablar de visibilidad LGBT+. ‘Qué pesados, enseguida se ofenden’, nos dicen. Pero ellos son los que se ofenden cuando saco del armario a uno de estos personajes”, argumentó Sanjuán.

“Lo que quería hacer”, agregó, “era un acercamiento lúdico y divertido, que se viera que detrás de tal personaje hay una persona. Contar su vida, su legado y ademas decir que era homosexual. Lo que ha tratado de ocultarse siempre”.

Hay personajes, como Shakespeare o Miguel Ángel, cuyos poemas y cartas de amor fueron heterosexualizadas cuando el objeto de su amor era un hombre, y cuando era difícil omitir sus actos homosexuales, simplemente se trataban como si no tuvieran incidencia biográfica. “A todos, de alguna manera, se les ha borrado la homosexualidad. Cuando no era posible, se ignoraba cualquier cosa relativa a su vida sentimental. Andersen o Newton, por ejemplo, han sido mostrados como personajes asexuales”, detalló.

A partir de los estudios queer y de género llevados a cabo en universidades anglosajonas en los años ‘60 y ‘70 la situación comenzó a ser distinta. “Los investigadores empezaron a sacar del armario a un montón de personajes”, explicó Sanjuán. Hasta entonces, simplemente se habían borrado los rastros de la homosexualidad o se había evitado sacarlos a la luz. “En el caso de Washington, de su homosexualidad no se empezó a hablar sino hasta el siglo XXI. Hay estudiosos que han seguido a pie juntillas cada cosa que hizo, con quién estuvo, con quién no y qué pruebas se han destruido”.

Cuando no existen cartas o documentos, el ambiente de relaciones ofrece pistas sobre las formas de relacionamiento gay y clandestino de estos grandes. “Si se estudia su entorno, llama la atención el círculo social en que se movieron. En sociedades muy cerradas, si eras heterosexual no tenías necesidad de frecuentar homosexuales, especialmente al saber el peligro que se corría y que la justicia podía caerte encima”.

Una idea constante, tanto en el libro como en el podcast, es la naturalización de la heterosexualidad, mientras que de la homosexualidad se duda constantemente. “Parece que necesitaras miles de pruebas. Todo el mundo es heterosexual hasta que se demuestre lo contrario”, parafraseó Sanjuán. “Dar por hecho la heterosexualidad puede ser un problema. Si tal rey se acostó con otro, lo explican diciendo que estaba en las cruzadas y era un acto de camaradería. Cuando dos hombres se acuestan dicen que fue un desliz, pero eso es homofobia: buscar explicaciones para negar la homosexualidd, negándola y dando por hecho que está mal”.

Grandes maricas de la historia, que no pretende sacar del clóset a ningún personaje que otros estudiosos no hayan identificado, busca ahondar en sus vidas distanciándose del lenguaje académico. El libro también aspira a derribar mitos arraigados, como aquel que pinta a la antigua Grecia como un paraíso homosexual, cuando los actos homoeróticos sólo ocurrían dentro de las élites y la aristocracia, en un supuesto proceso educativo para los jóvenes.

“Desde el siglo IV literalmente han ido por nosotros”, dijo Sanjuán sobre la cacería de las disidencias sexuales perpetrada desde entonces por múltiples reinos y gobiernos. “Se nos dijo que la sodomía estaba mal y había que acabar con nosotros, y así ha sido: se han decretado leyes para acabarnos. Si alguien escribía una carta o un diario y era descubierto, podía acabar colgado, quemado o ahogado”, rememoró sobre el periodo anterior al siglo XX en Europa. De ahí el reto que entrañó su investigación y la importancia de visibilizar lo que ha sido mostrado como vergüenza y secreto y hoy, se sabe, es parte íntegra de muchas vidas.

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