Por qué los baños sin género pueden ser una buena solución contra la discriminación

En Estados Unidos y otros países, la cuestión del acceso de las personas trans a los baños públicos se ha convertido en un tema de debate cultural y hasta político. Marico Carmona nos explicá cómo afecta esta separación por género a las personas trans y la importancia de políticas públicas para educar y combatir la transfobia.

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"Baños públicos y transfobia", por Marico Carmona.

Hace algunas semanas, un juez federal en los Estados Unidos bloqueó temporalmente dos directivas presidenciales que permitían a las personas trans acceder a practicar deportes y a usar baños y vestuarios según su género autopercibido.

Unos días después, en un campamento en Ohio, un varón trans de 20 años fue obligado por el dueño del lugar a usar el baño de mujeres. Una chica, molesta por su presencia, le gritó que ningún hombre debería estar ahí adentro. A la salida, tres hombres lo atacaron brutalmente y lo amenazaron de muerte. Cuando llegó la Policía, es él quien quedó detenido.

Pero este no es un problema exclusivo de los Estados Unidos. Casi todos los baños públicos del mundo están señalados con el género al que le corresponde usarlos, y esa división generalmente está fundada en la idea errónea de que género y genitalidad son lo mismo.

Para gran parte de las personas trans esto representa un problema a la hora de elegir sí les corresponde abrir una puerta de un monigote en traje, o de alguien que está usando vestido. Un hombre trans puede sentirse incómodo compartiendo el baño con varones cis, para una mujer trans puede ser problemático entrar a un baño y encontrarse con gente que piensa en ella como un hombre disfrazado. Y ni hablar sí se trata de una persona trans no binaria...

¿Cuál es la solución a todo esto? Bueno, puede que no sea una sola. Tal vez implementar baños públicos sin género asignado, por lo menos como tercera opción para quienes no estamos segures con las existentes. Tal vez cambiar los símbolos en las puertas y que, en vez de representar géneros, indiquen en qué baños hay cubículos y en cuáles mingitorios.

Lo que sin dudas es necesario y urgente es que las personas cis entiendan de una vez que la genitalidad no determina nuestra identidad. Y por eso mismo, que la educación sexual integral llegue a cada casa y escuela es fundamental para que podamos construir una realidad un poco menos violenta y más empática.

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