Billy Porter, actor de Pose y una de las figuras queers más importantes de los últimos años, debutó como director de cine.
La película se llama Anything’s possible y, si bien en es una comedia romántica que transcurre en un colegio secundario, no es otra historia más sobre adolescentes que se enamoran, ni sobre chicas malas que aprenden a ser buenas.
Pero, ¿qué es lo que la diferencia?
En primer lugar, la trama. Kelsa es una chica trans para la cual su identidad es importante pero no define quién es, y está tratando de atravesar la adolescencia como una persona más. En la clase de pintura del colegio conoce a Kahl, un chico simpático y encantador, y el crush es instantáneo.
Anything’s possible viene a proponer un cambio en cómo se cuenta la adolescencia de las personas trans. Lejos de la tragedia y el sufrimiento, Kelsa se enamora y experimenta el romance como cualquier otra persona cuando es joven.
Otro elemento importante y novedoso es la representación de personas LGBT+ provenientes de distintas culturas. Kelsa, además de ser trans, es afroamericana. Lo que la diferencia de los personajes queers que estamos acostumbrados a ver, que suelen ser blancos, sobre todo sí son adolescentes. Y cuando no, casi siempre son personajes secundarios.
La guionista de la película, Ximena García Lecuona, también es una mujer trans y eso es notorio en el resultado final y en la diferencia de otros contenidos similares.
Anything’s possible nos muestra la realidad de cómo es atravesar el secundario siendo una persona de la comunidad LGBT+ y a su vez nos invita a imaginar otra adolescencia para las personas trans. Una en dónde podamos explorar nuestra identidad y atravesar esos años con más libertad, con más posibilidades... como hacen todes.
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