Tercera en el puesto de ciudades más pobladas en Argentina pero afectada en los últimos años por el avance narco y el aumento en los homicidios, Rosario busca volver a posicionarse como un destino ideal para el lucrativo turismo LGBT+ local e internacional. “La idea es hacer de Rosario una ciudad cada vez más inclusiva, abierta y plural”, lo resume a Infobae la Licenciada Alejandra Mattheus, quien encabeza la Subsecretaría de Turismo de la Municipalidad y desde donde se impulsan ahora nuevas políticas dirigidas al buen recibimiento de las personas del colectivo. Al sureste de la provincia de Santa Fe, un lugar conocido como la cuna de la bandera nacional, decide apostar a un modelo de turismo basado en la integración y el respeto por las diversidades.
“Una buena manera de empezar es no presuponer que todas las personas son heterosexuales. Si tenemos en cuenta que la heterosexualidad es una de las orientaciones posibles, pero que también existen otras será más fácil interactuar y sentirse bien”, propone la Guía de Buenas Prácticas confeccionada por el Ente de Turismo, en donde se remarca la importancia de dirigirse a los turistas de la comunidad con un trato no diferencial sino digno, y es emblemática de este nuevo enfoque para la captación del turismo LGBT+, que en el 2019, último año antes del freno que supuso la pandemia, superó los 218 mil millones de dólares de ingresos en todo el mundo.
Vale recordar que Rosario ha sido una de las ciudades pioneras, durante los sucesivos gobiernos socialistas al frente de la provincia y a nivel local, en implementar política públicas en favor de la comunidad LGBT+, provocando un florecimiento de propuestas y establecimientos que apuntan al colectivo diverso.
A finales de mayo, un grupo de personalidades e influencers de la colectividad LGBT+ fueron invitados a conocer los atractivos de la ciudad, en una iniciativa realizada en conjunto con la siempre inquieta Cámara de Comercio LGBTQ (CCGLAR).
A lo largo de tres días, el grupo visitó los sitios más representativos de la ciudad, incluyendo el Monumento a la Bandera, un recorrido por el Boulevard Oroño, el Museo del Deporte Santafesino y el Museo Castagnino, además de una visita guiada por el histórico Teatro El Círculo. Es justo en frente al Monumento en donde se ve llamativamente iluminado el Palacio Vasallo, ahora sede del Consejo Municipal de Rosario. Posee una placa en donde se lee “El miedo solo sirve para perderlo todo”, una frase de Manuel Belgrano que invita a reflexionar la importancia de transitar sin temor por las calles de una ciudad que responde a las necesidades más urgentes de una comunidad perjudicada por el odio en espacios públicos. En señal de inclusión y respeto, la senda peatonal frente al Palacio lleva pintada desde el 18 de marzo del año pasado la Bandera del Orgullo Trans, una iniciativa de la Asociación Civil Varones Trans y No Binaries Santa Fe para conmemorar el Día Provincial de Promoción de los Derechos de las Personas Trans.
“Rosario es una ciudad que apuesta a ser, sobre todas las cosas, respetuosa con quienes nos visitan más allá de su identidad de género”, comentó la subsecretaria Alejandra Mattheus durante una cena para el grupo de personalidades porteñas LGBT+ realizada en la vermutería Belgrano, que se ubica en el barrio homónimo de las afueras del centro de Rosario.
Entre las opciones más populares para una salida nocturna diversa en Rosario, se encuentran Kika, un bar y centro cultural (o contracultural, como se autodefinen en su slogan) amplísimo en propuestas artísticas, y Club Mercury. Este último vino a ocupar el espacio de boliche gay favorito luego de que cerrara La Casa de Cristal, ubicado en la calle Pellegrini, cuyo momento de mayor esplendor había sido casi una década atrás.
“Afortunadamente la visibilidad y la lucha de muchísimos años han provocado cambios sustanciales en la vida social. De todas formas, no hay que quedarse solo con lo logrado porque existen actualmente muchos discursos tóxicos que alimentan el odio hacia nuestro colectivo. Es fundamental abrirse a toda la comunidad para no quedar remitidos a guetos”, dice a Infobae Sebastián, uno de los dueños fundadores de Kika, quien remarca la importancia de seguir abriendo el colectivo -que hasta hace no mucho años solo parecía agrupar a la comunidad gay.
Sin dudas la convocatoria de su centro cultural es el claro ejemplo de la transversalidad que defiende: por los alegres rincones de Kika, entre luces de colores y copas decoradas, personas de todas las edades e identidades de género bailan entre sí, totalmente sumergidas en la comodidad de un espacio libre de asperezas.
Aparte de la urgencia de generar espacios seguros, poner un foco especial sobre el turismo LGBT+ tiene otro punto de pertinencia: el ingreso de la ciudad a un lucrativo circuito internacional que mueve centenares de miles de millones de dólares durante todo el año.
Pablo De Luca es presidente de la CCGLAR, un organismo que impulsa estrategias para incentivar el turismo LGBT+ en la Argentina. Explica a Infobae que el 10% del gasto en turismo mundial pertenece a la comunidad de las siglas del arcoíris, y que ese 10% significa el 15% del total que se gasta en viajas. A todas luces, el turista LGBT+ viaja considerablemente más y gasta más dinero en los destinos que elige. Desantender los intereses de la comunidad implicaría, por un lado, profundizar la exclusión y, por el otro, desmotivar la actividad turística de un sector de la sociedad que ayuda a dinamizar la economía.
“Es uno de los segmentos que más derrame produce en la economía de los países a quienes visita. Fortalecer la oferta del turismo LGBT+ en Argentina es incentivar el derrame en la economía local y esto fundamentalmente produce la generación de empleos”, lo sintetiza Mattheus.
Diversión e historia
Cabe destacar que Rosario, además de ser un espacio seguro histórico para la comunidad LGBT+, posee una vibrante escena de artistas drags que hacen las delicias de los locales y visitantes todos los fines de semana en bares, centro culturales y teatros, una disciplina revitalizada en los últimos años gracias a la popularidad del programa RuPaul’s Drag Race.
Entre las reinas locales más populares, está Osquria, una drag queen con más de veinte años de trayectoria sobre los escenarios. Ha llevado a cabo eventos en conjunto con organismos públicos, como la Municipalidad de Rosario y la Subsecretaría de Políticas de Diversidad Sexual. Además de Osquria, otras dos grandes referentes en la ciudad son La Tati y La Lucero, que trabajan en conjunto organizando jornadas de bingo con el fin de generar un espacio de diversión y contención. El bingo, explican, es un símbolo con importante significación para la comunidad local, ya que se solían organizar este tipo de encuentros durante la década de los 80 con la finalidad de recaudar dinero para personas que estaban enfermas de sida.
La historia de la lucha colectiva de la comunidad está presente en muchos rincones de la ciudad. Durante una caminata por la Calle Recreativa junto a la costa del río Paraná, aparecen en forma de placas los distintos homenajes que el Consejo Municipal de Rosario decidió rendirle a importantes figuras del colectivo. En una de las placas se la conmemora a Lohana Berkins, la emblemática activista travesti argentina, mientras que en otra rezan los nombres de Claudia Pía Baudracco, activista histórica fallecida hace 10 años y una de las principales impulsoras de la Ley de Identidad de Género, y Ana Graciela Romero, militante de la Asociación Trabajadores del Estado dedicada a la visibilidad lésbica.
“Este tipo de acciones me parecen muy importantes porque la comunidad trans no suele ser apreciada y no suele sentirse segura, entonces resulta positivo comprobar que Rosario no solo ofrece muchas actividades para la comunidad LGBT+ sino que también recuerda su historia”, reflexiona Agustín Barletta, influencer, activista trans y director del área de comunicación externa en la fundación Trans Argentinxs.
Con una estrategia que apunta a hacer foco en sus atractivos actuales y su respeto por la diversidad, todo esto sin olvidar el pasado, Rosario busca que los turistas LGBT+ del mundo recuerden que es una ciudad inclusiva y moderna para visitar y disfrutar todo el año. Argumentos para lograrlo no le falta.
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