¿Cerveza inclusiva? El emprendimiento familiar que combina sabor artesanal con disidencias de género

Infobae habló con lxs fundadorxs de La Diversa, un colectivo mexicano que busca teñir con los colores del arcoíris un producto tradicionalmente asociado a la cultura heterosexual.

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La producción de cerveza es
La producción de cerveza es una de las actividades más rentables de la industria mexicana (EFE/EPA/ANDY RAIN)

Cuando pensamos en contracultura nos vienen a la mente punks con mohicanas o chaquetas de cuero. Pero hay muchas formas de hacer resistencia. En una casa de la colonia Euzkadi, en la Alcaldía Azcapotzalco, tres chicxs luchan contra el sistema de una manera deliciosa: a través de la producción de cerveza.

Su marca, La Diversa, es un emprendimiento que pone de manifiesto cómo en América Latina el sacar delante un proyecto de esta naturaleza es una historia de David contra Goliath. En la periferia de la capital mexicana, Julieta, Gabriela y Renné, una familia poliamorosa, encuentran en esta bebida la manera de vivir en resistencia.

En su propia casa han acondicionado una pequeña fábrica donde fermentan, embotellan y etiquetan un producto que además de saber bien, tiene una historia muy interesante detrás. La llegada de un bebé a esta familia fue el catalizador para impulsarlxs a encontrar una forma de solventar sus gastos.

Una triada neurodivergente, poliamorosa y sí: muy diversa

Si buscáramos en una enciclopedia la definición de “diversidad”, la historia de Julieta, Gabriela y Reneé funcionaría magníficamente.

Julieta (Yuye) Calderón es una mujer transexual con pronombres femeninos (ella, she, her), pansexual y no monógama. Autodidacta y self-made, autista con TDAH y TLP, ha trabajado en restaurantes en el área de cocina. En la colectiva Julieta es la maestra cervecera, quien propone las nuevas recetas, dirige todo el proceso de producción y se actualiza constantemente en ese apartado.

Gabriela Almanza es por su parte una persona de género fluido con expresión femenina, con cualquier pronombre (ella, él, elle). Es pansexual y no monógama. Cuenta con una licenciatura en Comunicación y Periodismo y estudios en Disidencia sexual y Administración de microempresas. Es autista con TDAH, TLP e Identidad Disociativa. En la colectiva Gabriela es quien se encarga de diseñar y corregir todo lo referente a la comunicación del proyecto (redes sociales, etiquetas, revisión de diseño, mensaje en entrevistas, diseños e ilustraciones), pero también da masajes, talleres de no monogamias y asesorías en emprendimientos.

Renee (Yun) Marquez es el tercer elemento de este equipo y es una persona NB (no binaria) con cualquier pronombre (ella, él y elle). Es pansexual, no monógama, con estudios truncos en psicología y estudios técnicos en gastronomía. Es autista y bipolar. En la colectiva Reneé se encarga de la parte de embarques: da la atención al cliente por DM, organiza fechas, coordina los envíos; también ayuda a revisar y mejorar las recetas durante los períodos de experimentación. En esta colectiva el trabajo de lxs tres es importante: se brindan apoyo, soporte y echan adelante un proyecto que desde la individualidad sería prácticamente imposible.

Una historia de emancipación y búsqueda

Expulsada de su hogar cuando salió del clóset como mujer trans, Julieta buscó su independencia económica a través del emprendimiento. Con Gabriela y Reneé, juntas eligieron el ramo gastronómico por tener una gran movilidad en lo comercial. Después de investigar varias opciones Julieta llegó a la comunidad de la cerveza artesanal. “Cuando lo platicamos vimos el gran potencial que está tenía para darnos de comer, pero también para ayudar a nuestra población: haciendo cerveza con mensaje e identidad LGBT+ para comenzar a derribar estereotipos, abrir conversaciones y armar comunidad. Era el mejor producto con posibilidades para romper barreras entre gente hetero y LGBT”, señalan. Es así como desde 2017 La Diversa nació de ser una nececidad hasta convertirse en una refrescante declaración de principios.

Una pequeña marca con un gran corazón

Con garrafones de cristal para fermentar, un refrigerador de helados adaptado por ellxs mismxs y embotellando y etiquetando con sus propias manos, Julieta, Gabriela y Renné han formado un microemprendimiento que lucha contra titanes. “La cerveza artesanal es un nicho muy diferente a la cerveza comercial: se hace en lotes pequeños. Nosotras estamos aún en nivel casero produciendo solo 17 litros por producción. Otras cervecerías artesanales hacen producción de 59 litros, un BBL, y aún siguen en el terreno amateur”, explica Gabriela.

Julieta, por su parte dice que ellxs no buscan meterse con Goliath a las patadas: se reconocen como una marca casera que tiene sus propios lineamientos. Irónicamente, a solo unos cuantos metros de esta casa enclavada en una zona industrial se encuentra un gigante cervecero: el conglomerado Heineken.

Cerveza inclusiva... La Diversa (Foto:
Cerveza inclusiva... La Diversa (Foto: Pável Gaona)

“Para ser consideradas profesionales necesitaríamos tener la capacidad de hacer 1 hectolitro (100 litros) por producción. La más grande cervecera artesanal del país es cervecería Hércules y su producción es de 500 hectolitros mensuales (50 mil litros) y nunca alcanzará la producción de una planta —solo una, imagínate— de Corona, que produce 2 millones de hectolitros mensuales”.

Dedido al tamaño de la produccion, la cerveza artesanal es pensada para llegar a poblaciones o comunidades relativamente pequeñas, quienes muchas veces la adoptan como parte de su identidad. “Es importante señalar que nosotrx no ‘fabricamos’ cerveza, cocinamos cerveza, y la ofrecemos como ofreceriamos unos chiles en nogada o un pozole: platillos que conllevan un proceso largo, llevan su ciencia y van impregnados con el amor y sazón de quien los hace”.

Es un proceso casero, pero no por eso menos complejo. Es algo que hacen como emprendimiento, pero también por cariño. “Desde la visión de cocinar se entiende entonces que busquemos los mejores materiales arriesgándonos a que los ingredientes sean más caros que una cerveza comercial. La cerveza comercial al fabricarse en masa explota a los campesinos no pagando lo justo y para abaratar costos tiene un porcentaje altísimo de maiz y poca cebada”.

Revalorando la historia femenina detrás de la cerveza

Esta tríada también lucha contra los estereotipos, pues actualmente mucha gente asocia la cerveza a los hombres cisgénero y heterosexuales. Pero la historia no siempre ha sido así: en los inicios, eran mujeres las que cocinaban la cerveza en los hogares. Incluso fue una monja la que descubrió el lúpulo adecuado para la correcta fermentación.

“En el terreno de las cervecerías artesanales nosotras no estamos abriendo camino, hay muchísimas otras que ya lo han caminado y se puede decir que nosotras estamos caminando en algo ya pavimentado. Parte de ese pavimento lo han puesto grupos y colectivas de cerveceras asociadas, como Adelitas Cerveceras, agrupación a la que nos acercamos y de la que somos parte. Por ese lado no hay estereotipo que romper porque nos sabemos parte de la labor”, puntualiza Gabriela.

El equipo del colectivo La
El equipo del colectivo La Diversa (Pável gaona).

En La Diversa cuentan con varias cervezas, algunas de ellas por temporada como la Memorias, que tiene notas de pan de muerto. Ellxs eligieron una en especial como estandarte para abrise camino en un mundo hetero y/o cisgénero. “Más que romper estereotipos como mujeres estamos más interesades en llevar la mariconería hacia el terreno heterosexual. Darle una cerveza La Jota [homosexual en slang mexicano] a un chico cis-hetero, que vea la etiqueta con su estridente color rosa, es un statement. Porque tal vez se asuste y piense que por tomarla se va a volver maricón, pero ya al segundo trago se va a dar cuenta que es una buena cerveza”, expresan entre risas.

“Queremos trabajar con y para nuestra comunidad y nos gustaría ser la cerveza que elijan tomar. Algo gracioso es que nuestras principales compradoras son mujeres de la diversidad (lesbianas, trans y bisexuales) y personas nb con expresión femenina”, agregan.

La importancia de visibilizar las neurodivergencias y las discapacidades

Quien entre a sus redes sociales se llevará una grata sorpresa: ellxs hacen gran parte de su comunicación a través de videos en los que utilizan LSM (Lengua de Señas Mexicana).

Los padres de Julieta, ambos, son sordos, así que la lengua materna de Julieta es la LSM. A través de su emprendimiento buscan dar visibilidad a realidades que han sido histórica y socialmente relegadas.

“Nuestro proyecto ya es una extensión de nuestra identidad, somos La Diversa, con todo lo visible y también lo invisible: nuestras discapacidades físicas y psicológicas. Lo más fácil para nosotras fue incluir en nuestro proyecto todas nuestras particularidades e intereses, nuestros “intereses restringidos” del autismo; nuestra necesidad de movernos, hacer cosas nuevas e investigar constantemente por el TDAH. También hemos tenido que considerar nuestros ritmos en nuestros procesos, como poner un solo día de envío y entrega para no cansarnos debido a nuestra sobrecarga sensorial al socializar y nuestra capacidad limitada de movernos por el Ehrles Danlos (articulaciones dobles que más bien son muy flexibles)”.

Para Julieta es muy difícil comunicarse en español tanto en lo escrito como en el habla, porque piensa en abstracto, en LSM. Comunicar algo para ella es muy complicado porque debe traducir todo lo que piensa y dice todo el tiempo desde el LSM. Hay empresas que han usado en LSM como herramienta de marketing, para mostrar un rostro inclusivo. Pero este no fue su caso. «Nosotrxs lo hicimos para que Julieta, literalmente pudiera hablar, comunicarse. Es un súper plus que gracias a que Julieta se está comunicando en su lengua materna podamos llegar a personas sordas o bien, a gente criada por personas sordas que también cuentan con dificultades para comunicarse».

Mucho más que cerveza

Dos de las líneas de
Dos de las líneas de la cerveza La Diversa, La Jota y Memorias (Foto: Pável Gaona)

Al ser una marca de cerveza pequeña, pensarla como un único ingreso sería insufiente para esta familia. Por ello ofrecen otros servicios en lo que se ya se ha constituido como la Colectiva La Diversa, donde ofrecen clases, talleres y hasta cortes de pelo para personas NB. De esta forma conjugan sus intereses y crean comunidad mientras construyen una alternativa económica.

“Unas cosas mantienen en movimiento a las otras: los masajes de Gabriela pagan medicamentos, servicios o sirven de inversión para todo lo de la cerveza. Ahora mismo andamos consiguiendo un segundo refrigerador en trueque por masajes. Los cortes de cabello y aplicaciones de tinte dan entradas para pasajes o bien para comprar comida. Los talleres nos mantienen en movimiento mental y nos dan chance de dar a conocer a la cerveza bajo la convivencia. La cerveza (por ahora) nos compra la multitud de medicamentos que requerimos para mantenernos estables y para mantener a Julieta viva (tiene problemas respiratorios fuertes)”, nos explica Gabriela.

A partir de esto, su emprendimiento ha mutado para ser justo como ellxs: poli. “Por todas estas actividades nos cambiamos el nombre de Cervecería La Diversa a Colectiva La Diversa, porque hacemos cerveza —y esto es lo que más nos deja e igual más nos piden—, pero también queremos dar de todo lo otro que somos y hacemos. Es una parte de nuestro AUTIcuidado (cuidado de autistas)”.

Una cerveza a la vez, Julieta, Gabriela y Reneé siguen luchando desde su trinchera, poniendo su cariño, sus ideas y sus principios en cada botella y cada sorbo que le ofrecen al mundo.

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