Una leyenda de la escena drag madrilena de las últimas dos décadas, Supremme de Luxe atraviesa por estos meses el que seguro es el mejor momento de su carrera, al encabezar la versión española del megapopular programa RuPaul’s Drag Race, el reality que ha llevado el arte del transformismo (incluyendo el lypsinc y el reading) a decenas de millones de hogares en todo el mundo.
Acompañada por la diseñadora Ana Locking y el dúo Los Javis, quienes han puesto nuevamente en el mapa mundial a la ficción española irreverente gracias al éxito de la serie La Veneno, el programa Drag Race España se ha convertido en un gran showcase no solo del talento de las reinas que compiten por la corona, sino de la propia Supremme, que ha sido presencia fija en distintos escenarios del Orgullo de Madrid y en locales de Chueca, pero que gracias a ser la cara de la nueva apuesta del imperio RuPaul -y la plataforma de streaming Atresplayer Premium- ha dado un salto cuántico en términos de masividad.
Con apenas un puñado de programas estrenados de la segunda temporada, Supremme habló con Infobae sobre los cambios para esta nueva serie (que ya incluyó momentos memorables como el desafío “Mujeres Almodovar”), la precariedad laboral en el mundo drag, y su recuerdo de su tiempo haciendo teatro en la ciudad argentina de Córdoba casi una década atrás.
-Nadie sabía cómo iba a funcionar la versión española de Drag Race y resultó ser un gran suceso, tanto de crítica como de audiencia. ¿Cuáles fueron los desafíos con los que se enfrentaron para hacer esta nueva temporada?
-El principal fue no confiarnos. Porque que le hubiese ido bien a la primera serie no significaba que a esta también, entonces eramos conscientes que no podíamos relajarnos y teníamos que poner toda la carne en el asador. Aunque por supuesto que saber que la adaptación funcionaba y que el público la había aceptado nos ayudó a estar más confiados y trabajar con más ilusión.
-¿La idea para esta nueva temporada fue superar a la primera en cuanto a nivel de producción, el casting de las participantes y los jurados invitados?
-No me atrevería a decir eso. Sí que la primera estuvo muy bien resuelta y tiene toda la magia de ser la inicial. Pero lo del nivel del drag es relativo porque depende de lo que cada cual entienda por bueno. Lo que sí creo es que las nuevas participantes tienen mucho nivel, son muy buenas artistas, tienen propuestas muy claras y definidas, y son muy originales. Y son muy diferentes a las de la primera edición. Tú no puedes comparar y decir “esta es la Carmen [Farala, ganadora de la primera temporada] de esta edición”. No se pueden comparar. Han venido a trabajar. Ya sabían con lo que se iban a encontrar, cómo es el programa, y quiénes las vamos a juzgar. Han estado todas muy implicadas, con una gran actitud, y eso se nota en el resultado. En el momento que vienen con esas ganas y dispuestas a aceptar todo lo que la competencia implica, pues queda un programa bonito que rinde mucho.
-La primera temporada ha sido especial para ti.
-La primera temporada tendrá siempre la magia de las cosas que se hacen por primera vez y nunca se van a repetir. Tiene ese encanto. Pero ahora tenemos un mayor nivel de producción. Por ejemplo, ya no hay cromas, todos son decorados reales, y cuando se hacen puestas en escena se intenta reproducir platós. Todo eso es un aporte y juega muy a favor del programa.
-Ese upgrade es muy visible en tus looks.
-Es que hemos tenido más tiempo para prepararnos. Y el equipo ya estaba formado, entonces ya nos conocíamos. Eso hace mucho. Principalmente José [Luis Díaz] de It Spain [N.del E.: conocido diseñador español) ha tenido más tiempo para trabajar, y yo también para proponer cosas. Se ha incorporado Miss Claudia Suárez en el maquillaje. Hemos hecho un trabajo más en conjunto. Para la primera temporada nos contrataron por separado; nos entendimos muy bien, pero claro, ahora hablamos mucho más. Aparte tengo la ventaja -casualidades de la vida- que José es vecino mío, o sea que cualquier cosa voy al estudio un momento, probamos, o me muestra una tela. También trabajo con otros diseñadores. Pero sí, ha sido fundamental ese tiempo para poder definir bien los looks. Va todo más acorde, los diseñadores también me tienen a mí en la cabeza, ya saben cómo ando, cómo me muevo, cómo voy a estar sentada.
-Además de la inclusión de una mujer trans como participante, Juriji Der Klee, empiezan a incorporar temas con mucha naturalidad como el no binarismo, ¿cómo se dio esa evolución?
-Como yo pienso que deben salir las cosas: con naturalidad. Es decir, cuando alguien se siente o es de una determinada manera, en su vida cotidiana habrá situaciones en las que habla de eso y en otras en los que no lo hace. Acá igual, lo hablamos con naturalidad cuando así lo deseas. Y así es como debería ser siempre. Hay momento para la reivindicación, y claro que sí, hay que cuadrarse e ir, salir a la calle y protestar. Y luego hay que incorporar todo esto a nuestra vida diaria. La gente debe ver que hay distintas realidades y que todas son válidas y deben ser respetadas. Para mí has dicho una palabra clave: naturalidad. He tenido la suerte de criarme en una familia que siempre me contestó a todo lo que pregunté. Desde siempre he entendido que mi realidad es mía y me funciona a mí. Y que tu tendrás la tuya, que también es válida porque fundamentalmente te funciona a ti. Creo que simplemente con un poco de empatía es muy fácil convivir. Otra cosa es que existe gente con mucho prejuicio e historias en la cabeza que lo quiera complicar, pero no debería ser.
-El programa exhibe muchas realidades y ayuda a derribar prejuicios.
-Poder mostrar eso es muy importante, sí. Porque las personas que vivimos en grandes ciudades tenemos más espacios de comodidad o referencias más cercanas. Pero hay personas que viven en localidades más pequeñas o pueblos que tal vez sientan que están solas en el mundo. Y si este programa puede ayudar a esas personas a no sentirse tan solas, pues eso está muy bien. Que salgan temas como del que habló Sharonne, quien contó de la enfermedad de su padre y de cómo lo acompañó hasta su muerte, o que se hable sobre cómo a veces este trabajo tiene cosas muy malas, y a veces no tienes tiempo. Porque algo que dijo en esa discusión es una gran verdad: para gestiones o trámites, tener el día libre ayuda. O que Juriji de repente comente lo ordinario que le parece que alguien que conoce le pregunte si está operada o no, lo que realmente es una ordinariez. Son temas que salen y me parece que están muy bien que se discutan en el programa.
-Recientemente la periodista Ana Rox en Diario Público entrevistó a algunas drags de la escena madrileña y barcelonesa en un artículo denunciando la precariedad laboral en el mundo drag. ¿Qué opinás de este tema?
-Es verdad y yo lo vengo diciendo en todas las entrevistas desde la primera temporada, cuando me preguntaban si el programa va a revitalizar el drag. Ojalá que sí, pero -y espero equivocarme- creo que no sucederá. Hay una importante barrera con los empresarios pero también el ego de las artistas juega en contra, porque hay gente que trabaja por poco dinero con tal de estar ahí. No quiero culpabilizar ni generalizar, pero hay gente para la cual este no es su trabajo principal entonces no le da la misma importancia. No quiero cargar contra las artistas porque es verdad que la mayor parte lo padecemos, pero es cierto que la situación es precaria. Sueldos muy bajos para el nivel de exigencia. Malas condiciones técnicas. Es complicado. Ojalá que esto tuviera un giro, pero en España lo veo difícil porque no creo que los empresarios vayan a poner en valor lo que hacemos. O sea, ¡al menos que haya un camerino donde poder cambiarse! O que haya un buen sonido, una buena luz, o un buen escenario, que no tiene que ser grande. Tú puedes actuar en un bar, pero al menos que esté preparado, que se vea bonito. Porque en muchas ocasiones salimos a resolver más que a trabajar. Lo que es agradable cuando sales a trabajar es que tu voz se luzca y que el sonido esté por arriba del de la gente, así puedes manejar un poco al público. Que se te vea bien, con algunas luces que te acompañen. Pero la precariedad es real, sí.
-¿Pensás que Drag Race España puede abonar a este debate o por el contrario, ilusionará a algunas artistas drags mostrando una realidad que no es tal?
-A ver. Esto es como querer concursar en cualquier otro talent. Está bien que quieras participar y que te prepares para ello. Pero creo que centrar todas tus aspiraciones en una cosa es muy arriesgado. Es como si yo dijera, “sólo quiero actuar en una serie”. Pues no, le estaría cerrando la puerta a muchas otras formas de ganarme la vida con mi arte: cine, teatro, café concert... Pero por supuesto, si entras al programa te va a dar ciertos beneficios durante un tiempo, que pueden durar o no. Pero me parece arriesgado enfocarte solo en eso. Imagínate que te preparas mucho y entran doce y tú no entras. Dime, ¿qué haces ese año? ¿te quedas en tu casa mirando los vestidos? Por eso hay que hacer las cosas con prudencia. Tu propuesta escénica tiene que ser tuya y tienes que hacerla porque quieres, independientemente de dónde la puedas desarrollar.
-¿Ha cambiado tu vida la popularidad del programa?
-Lo que ha cambiado es que lo que hago llega ahora a más gente. Pero mi trabajo es igual. Es ir al plató y grabar lo que toque. O salir a un escenario a divertir al público. La diferencia es la recepción, y que las audiencias son más grandes. Y que lógicamente las condiciones laborales son mejores. Pero yo sigo con mis actuaciones, sigo cantando mis canciones y hablando con la gente.
-¿Existe un fuera de escena Supremme de Luxe con tu compañera Ana Locking, como sucede entre RuPaul y Michelle Vissage?
-Pues mirá, conocía a Ana por su trabajo, que me encanta. El programa nos dio la oportunidad de conocernos mucho, de vernos más, de cuando sale el programa quedar en su casa con amigos y ver el episodio tranquilamente, con los teléfonos apagados. O cenar juntas, porque tenemos una linda amistad. Los cuatro integrantes del jurado hemos congeniado genial. Es verdad que Los Javis [Javier Calvo y Javier Ambrossi] no tienen mucho tiempo, y quedar con ellos físicamente es difícil. Sin embargo están muy presentes y muy pendientes ya que tienen mucho manejo de redes y todo eso. Tenemos opiniones diferentes y eso enriquece. Nos entendemos muy bien.
-Hablando de los creadores de La Veneno, ¿cómo ha sido trabajar con Paca La Piraña, una de sus estrellas, en la gira del Gran Hotel de las Reinas?
-Ha estado muy bien. Nunca había trabajado con Paca y lo que se veía en la función era lo que nos pasaba. Estábamos juntas todo el tiempo. O compartíamos camerino, o estábamos una al lado de la otra porque nos tenían cerca del escenario, a mí porque me tenía que cambiar rápido y a Paca para que anduviera menos, que no tuviera que subir o bajar escaleras. Me he divertido mucho. Aparte Paca es súper profesional. Improvisa mucho y mete sus cosas, pero ella se aprende sus textos bien, es super puntual…y a veces dice lo que le sale del “mismísimo”. Creo que hacemos buena pareja cómica.
-Por último, ¿hay planes para que Drag Race España gire por Latinoamérica?
-Ojalá se pueda. Como producción no sé aún si se han tocado esas plazas, pero a mí personalmente me encantaría volver a la Argentina, donde estuve haciendo teatro en formato pequeño en la provincia de Córdoba. Me gustaría mucho regresar.
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