Sor Juana, la mujer que brilló cuando sólo se les permitía a los varones y dijo que el sexo no es parte de inteligencia

Fue monja pero también una escritora cuyo legado sobrevive cuatro siglos después. Le insistían para que se dedicara sólo a tareas espirituales pero reclamó el derecho de las mujeres a acceder al conocimiento.

Guardar
Por su enorme inteligencia, a los 15 años Sor Juana ya había sido invitada a participar de una corte.
Por su enorme inteligencia, a los 15 años Sor Juana ya había sido invitada a participar de una corte.

Mujer genial, estudiosa insaciable y magnífica escritora, sor Juana Inés de la Cruz, la gran figura de las letras novohispanas del siglo XVII, fue también defensora del derecho de la mujer para acceder al conocimiento, y precursora de las causas feministas.

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana nació el 12 de noviembre de 1648 (¿o 1651?) en San Miguel Nepantla, México. Fue una niña prodigio, una adolescente brillante y una talentosa monja que dejó un invaluable legado a las letras hispanoamericanas.

Gracias a su inteligencia y a su carisma supo sortear los obstáculos y ahondar en el estudio de las disciplinas más importantes de su época, como las letras, la astronomía, la alquimia, la música y la arquitectura, entre otras. Todo esto lo realizó además de desempeñar con acierto sus tareas en el convento.

Denuncias en verso

Su vida da testimonio de sus ideas, avanzadas para un siglo en que las estructuras del poder eran regidas por varones y el papel femenino se limitaba a roles domésticos y sociales, alejados del estudio. Sor Juana tuvo consciencia de esta desigualdad y del injusto trato a la mujer y lo denunció en sus textos.

Entre otras creaciones, Sor Juana escribió villancicos. (Foto: captura Youtube/ Escuela de Humanidades y Educación Tec de Monterrey)
Entre otras creaciones, Sor Juana escribió villancicos. (Foto: captura Youtube/ Escuela de Humanidades y Educación Tec de Monterrey)

El ejemplo más famoso de esta consciencia lo constituyen sus famosas redondillas –estrofas compuestas de cuatro versos, normalmente octosílabos–, que muestran la inequidad en las relaciones amorosas, y visibilizan la forma en que la mujer era sometida injustamente.

Hombres necios que acusáis

a la mujer sin razón

sin ver que sois la ocasión

de lo mismo que culpáis (…)

Este poema denuncia cómo, a fin de cuentas, la mujer es señalada como culpable sin importar la actitud que sostenga ante las pretensiones masculinas. Al referirse a los varones, el poema agrega:

Con el favor y el desdén

tenéis condición igual,

quejándoos, si os tratan mal,

burlándoos, si os quieren bien (…)

Derecho al estudio

No sólo en sus octosílabos sor Juana mostró tales injusticias. En otros textos dejó pruebas, inteligentes y sólidas, de su postura en favor de los derechos de la mujer, contraviniendo las costumbres sustentadas por los discursos que emergían del poder político, de la organización social y de la jerarquía eclesiástica de la Nueva España.

Su resplandor inevitable y su innegable talento ganaron la admiración (y a veces la envidia) de sus contemporáneos. Pero también el favor incondicional de la marquesa de Mancera, Leonor Carreto, virreina entre 1664 y 1673, quien la invitó a la corte cuando Juana tenía alrededor de 15 años; así como el de la condesa de Paredes, María Luisa Gonzaga Manrique de Lara, virreina entre 1680 y 1686, quien cultivó con ella una muy estrecha amistad y promovió en España la publicación de sus primeras obras.

Que la inteligencia no tiene sexo lo tenía claro sor Juana. En 1682, en la carta con la que despide a su confesor, el padre Antonio Núñez de Miranda, queda de manifiesto su férrea defensa del derecho de la mujer al estudio y al conocimiento. El párroco la había presionado largamente para que abandonara la escritura de versos y dedicará+a su vida sólo al cultivo espiritual. Sor Juana, en su misiva, se duele de tal insistencia y defiende el derecho de la mujer a cultivarse:

“No ignoro que el cursar públicamente las escuelas no fuera decente a la honestidad de una mujer […] pero los privados y particulares estudios ¿quién los ha prohibido a las mujeres? ¿no tienen alma racional como los hombres? Pues ¿por qué no gozará el privilegio de la ilustración como ellos? ¿no es capaz de tanta gracia y gloria de Dios como la suya?”.

El claustro en el que sor Juana se desempeñó como monja de convento luego fue usado como universidad. (Foto: Twitter)
El claustro en el que sor Juana se desempeñó como monja de convento luego fue usado como universidad. (Foto: Twitter)

Pionera en la búsqueda de la equidad y precursora de las luchas feministas, postuló la igualdad de hombres y mujeres. Para mostrar el valor de las virtudes femeninas, las realza en varios escritos, como lo hace, por ejemplo, en las cartas aquí descritas y en el poema dedicado a la duquesa de Aveiro, María Guadalupe de Lencastre, amiga suya y destacada intelectual del Barroco hispano, a la que describe como:

(…) claro honor de las mujeres,

de los hombres docto ultraje,

que probáis que no es el sexo

de la inteligencia parte.

De sor Juana a sor Filotea

Otro testimonio de su defensa del derecho femenino a los estudios y al conocimiento quedó plasmado cuando el obispo de Puebla y amigo epistolar suyo, Manuel Fernández de Santa Cruz, publicó con el título de Carta Atenagórica (1690), y sin consentimiento de la monja, un escrito que ella le había enviado a instancias suyas, donde contradecía lo que el renombrado teólogo Antonio de Vieyra había expresado en el Sermón del Mandato (1650) en torno a las finezas de Jesucristo.

La Carta se publicó acompañada de un texto que Fernández firmó con el seudónimo de sor Filotea, en donde comentaba los argumentos de sor Juana y le recomendaba dedicar sus esfuerzos a las letras espirituales más que a las mundanas. “Lástima es que un tan gran entendimiento, de tal manera se abata a las rateras noticias de la tierra, que no desee penetrar lo que pasa en el Cielo”, decía, entre otras cosas.

La publicación de ambos documentos causó revuelo en la Nueva España y tuvo repercusiones en una lucha de poder que libraban el obispo de Puebla y el arzobispo de México, Francisco de Aguiar y Seijas, cuyo teólogo favorito era, precisamente, Antonio de Vieyra.

Una escultura homenajea a Sor Juana en el Paseo de las Heroínas, en Ciudad de México. (Foto: Twitter/@Claudiashein)
Una escultura homenajea a Sor Juana en el Paseo de las Heroínas, en Ciudad de México. (Foto: Twitter/@Claudiashein)

Sor Juana, dolida, reaccionó a la Carta con su Respuesta a Sor Filotea, un texto intenso y apasionante donde sintetiza su vida, refiere su inclinación al estudio y muestra la grandeza de la mujer al enumerar a una treintena de ellas muy notables. Pero lo más trascendente es el fervor con el que defiende el acceso femenino al conocimiento:

“Lo que sólo he deseado es estudiar para ignorar menos: que, según San Agustín, unas cosas se aprenden para hacer y otras para sólo saber. […] Pues ¿en qué ha estado el delito?”

En el mismo documento reclama el derecho de… ¡hacer versos!: “Pues nuestra Iglesia Católica no sólo no los desdeña, mas los usa en sus Himnos”. Con solidez, rechaza la creencia de que las mujeres por ser mujeres “por tan ineptas están tenidas”, mientras los hombres “con sólo serlo piensan que son sabios.

La Respuesta fue publicada póstumamente, en 1700. Cinco años antes, sor Juana había fallecido víctima de una epidemia que alcanzó al convento. Desde entonces, el texto ha sido analizado y comentado por numerosos estudiosos y críticos, y se considera fundamental para comprender y contextualizar la vida de la monja jerónima.

Sor Juana no sólo argumentó, sino que con su propia vida dio testimonio de la grandeza de la mujer, dejó una huella perenne en las letras y mostró su esplendor en un siglo en el que sólo a los hombres les era permitido brillar.

The Conversation

Este artículo fue originalmente publicado por The Conversation.

Guardar

Últimas Noticias

Otro Álvaro Pombo, un país que ardía: el último libro del ganador del Premio Cervantes cuenta recuerdos de la Guerra Civil Española

El personaje principal de “Santander, 1936″, es el tío del escritor, que en ese entonces acababa de volver de Francia. Agitación política y sus consecuencias
Otro Álvaro Pombo, un país que ardía: el último libro del ganador del Premio Cervantes cuenta recuerdos de la Guerra Civil Española

“Un país bañado en sangre”: Paul Auster advirtió sobre el peligro de las armas libres en Estados Unidos más de un año antes del atentado a Trump

El autor contando que su abuela mató a su abuelo de un tiro. Pero el libro, que tiene menos de cien páginas, va mucho más profundo. Allí el autor, que murió en mayo, dice que los norteamericanos tienen veinticinco veces más posibilidades de recibir un balazo que los ciudadanos de otros países ricos
“Un país bañado en sangre”: Paul Auster advirtió sobre el peligro de las armas libres en Estados Unidos más de un año antes del atentado a Trump

Moisés Naim: “Hoy la democracia está bajo ataque a nivel mundial, es una forma de gobierno en peligro de extinción”

El columnista venezolano, uno de los más leídos en castellano, publica un nuevo libro, “Lo que nos está pasando”. Habló con Infobae sobre sus temas principales: las nuevas estrategias dictatoriales, el rematch electoral entre Joe Biden y Donald Trump, el combo del populismo, la polarización y la posverdad y la sensación generalizada de vivir un periodo de crisis histórica
Moisés Naim: “Hoy la democracia está bajo ataque a nivel mundial, es una forma de gobierno en peligro de extinción”

Así son los jóvenes escritores de Lisboa que llegarán a Buenos Aires: fútbol, diversidad y mestizaje

Yara Nakahanda Monteiro, Bruno Vieira Amaral y Afonso Reis Cabral estarán en la Feria del Libro porteña. Aquí comparten expectativas sobre su encuentro con autores y editores argentinos
Así son los jóvenes escritores de Lisboa que llegarán a Buenos Aires: fútbol, diversidad y mestizaje

De Lisboa a Buenos Aires: Lídia Jorge invita a las nuevas escritoras a mirar al pasado para ver el futuro

La aclamada escritora portuguesa, que estará en la Feria del Libro, reflexiona sobre el papel de la literatura en la denuncia del machismo y la represión, destacando similitudes y diferencias entre continentes
De Lisboa a Buenos Aires: Lídia Jorge invita a las nuevas escritoras a mirar al pasado para ver el futuro