“Todo en esta historia es raro, se sale de lo común y, al mismo tiempo, dice mucho de todos nosotros y tiene muchos elementos con los cuales, yo creo, todos nos podemos identificar”, dice Sergio del Molino, el flamante ganador del Premio Alfaguara de novela 2024. Habla sobre Los alemanes, la novela galardonada en la XXVII edición del prestigioso reconocimiento literario y activa debates en tiempo presente.
Este jueves, en rueda de prensa global con periodistas de España y América latina, el escritor y periodista español se refiere a la narración de una historia poco conocida y oscura de España. ¿Cuál? Sobre las mutaciones del nazismo y las profundas consecuencias en el mundo actual.
Es que el pasado, parece, siempre vuelve. Los alemanes pone el foco en los más de seiscientos alemanes que llegan a Zaragoza procedentes de Camerún en 1916, en plena Primera Guerra Mundial. Esta comunidad se instalará “en una Alemania que se inventan ellos”. La muerte de Gabi Schuster, uno de esos inmigrantes, reúne a la familia, entre ellos Eva y Fede, quienes enfrentan el legado de su linaje a la par con el recuerdo de la mancha nazi que resurge en España.
Acompañado por el prestigioso jurado ―conformado por figuras literarias de renombre como Sergio Ramírez, Juan José Millás, Laura Restrepo, Rosa Montero y Manuel Rivas, y Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara― que eligió su manuscrito por unanimidad por sobre más de 800, del Molino se centró en algunas preguntas claves de su novela: ¿Cuándo caducan las culpas de los padres? ¿Los hijos de verdad heredamos sus culpas?
“Por mucho que te distancies de la herencia en algún momento te va cayendo y hay mucha gente que construye su identidad intentando huir de eso, incluso cambiando el apellido”, dijo el autor de La España vacía e hizo referencia a El jovencito Frankestein, la popular película de Mel Brooks en la que el nieto de Frankestein quiere cambiar su apellido.
Y siguió: “Hemos construido nuestras identidades y nuestra vida moderna sobre la ficción de que podemos huir de eso, de que es posible desprendernos. En la realidad yo creo que es muy difícil”.
En Los alemanes hay historias reales, aunque ficcionalizadas. Entonces, ¿los descendientes sientes vergüenza pública de esta herencia? “No han sido educados en ello, han sido educados en el orgullo. Han sido educados en la noción de que pertenecen a una estirpe diferente, a una especie de patriciado que se han inventado ellos”, señaló del Molino.
Según cuenta el escritor y periodista español, tenía claro desde hace mucho tiempo que su próximo libro iba a ser sobre este tema pero que no sería una novela histórica o sagas. La “revelación” llegó cuando encontró la vinculación del tema con la actualidad. “Es una novela tremendamente contemporánea”, repasaron los jurados sobre el acta.
Historia en tiempo presente
Consultado por Infobae Leamos sobre las implicancias de los temas de Los alemanes en los debates de hoy, del Molino dijo que “la novela interpela el presente de muchas formas”.
―¿Cómo dialoga esta obra con la actualidad? ¿Cuáles son los puntos para prestar atención para reflexionar sobre el presente?
―Vivimos una época en la que nos preocupa mucho la identidad, nos preocupa mucho la construcción del yo. Y, además, vivimos en una época de, paradójicamente, de mucha liquidez, en el cual aquellas señas de identidad que vertebraban las sociedades se han extinguido en buena medida, y las sustituimos por otras cosas, en ocasiones verdaderamente lamentables. De ahí vienen muchas de las reacciones degradantes políticas que estamos viviendo últimamente. El hecho de que vivamos en un mundo sin asideros hace que nos obsesione mucho la identidad. Y esta es una novela que trata sobre quiénes somos, sobre la construcción de la identidad a través del pasado, a través de la conciencia de dónde venimos y de qué hacemos con esa herencia y con ese legado.
Y siguió: “Uno de los debates contemporáneos que a mí más me interesan ahora mismo es la brecha generacional o el combate generacional que hay políticamente, al menos en España se da mucho, y creo que también se da en muchos otros países”.
“Mi generación, por ejemplo, creció en España con la democracia, y echa constantemente las culpas de todo lo que ha ocurrido a la generación precedente”, señaló del Molino.
¿Cuál es la generación precendente? El escritor español hizo referencia a la de los jurados que lo rodean y expresó que “todo lo que hicieron mal, todo lo que no fueron capaces de construir una sociedad como debe ser, y ahora estamos pagando las culpas de sus excesos, de su narcisismo, de su corrupción, de muchas de estas cosas”
Respecto a la relación con la novela, el autor dijo que ese reproche existe en el debate contemporáneo, implícito en los personajes de su narración, que “ expresa de una forma literaria algo que está en el aire, que se ve”.
Orgullo, prejuicio y nazismo
¿Existe en Los alemanes la contradicción respecto a las inmigraciones? ¿Está presente la tensión que pasa del reconocimiento de las generaciones pasadas, su aporte y el orgullo para las culturas y el desprecio en nuestras naciones por las inmigraciones actuales?
Al respecto, del Molino fue contundente: “Más que una contradicción, es una muestra de hipocresía. Nos gustan las migraciones asentadas, las migraciones del pasado, y las romantizamos, o las migraciones, como en el caso de estos alemanes del Camerún, que son migraciones de gente privilegiada, migraciones de gente que de verdad no ha tenido el desarraigo porque no ha tenido que enfrentarse a la privación material, ni al desprecio ni al racismo”.
Y agregó: “No es una historia de emigrados, es una historia de desubicados y de desarraigados, pero de desarraigados que pueden bregar muy bien con ello porque nunca han sentido el rechazo, la xenofobia y la pobreza. Nunca se han enfrentado al dilema de tener que ser aceptados por la sociedad que les recibe. Por tanto, no tienen nada que ver con la experiencia de la inmigración masiva”.
“Este es un desarraigo muy especial, muy peculiar, muy poco estudiado, muy poco visto. Y a mí me interesa mucho por por el lateral”, definió sobre los protagonistas de la novela y la historia poco conocida de alemanes en Zaragoza.
Otro de los temas que surgieron en la rueda de prensa es el del nazismo. “Hay nazis de una forma muy poco convencional”, contó el autor de La piel y Un tal González. “Cuando llega el Tercer Reich, se nazifican todas las colonias alemanas en el exterior de Alemania porque sufren una propaganda muy intensa por parte de Hitler. Es un objetivo propagandístico muy jugoso”, explicó, y profundizó sobre las comunidades alemanas de ese entonces en el exterior: “Echan mucho de menos en la grandeza imperial, que son derrotados de guerra, igual que Hitler, o sea que tienen ese resentimiento y esa idea de que el mundo les debe algo”.
Y volvió al presente: “Han mantenido un nazismo inconsciente, casi de segunda piel, que se mantiene y que se va manteniendo de generación en generación”.
Espejos incómodos
Los alemanes, dijo del Molino, también es una forma de reflexionar. Según expresó el escritor, la escritura es un modo de pensar y dijo que “escribimos para entendernos y para decir cosas de nosotros mismos que no nos atrevemos”.
“No creo en la escritura didáctica o en la escritura ejemplarizante que nos haga mejores o que nos enseñe cosas. Yo creo que las novelas nos tienen que ayudar a plantearnos preguntas y a ser conscientes de cuestiones que son relevantes para que nosotros pensemos sobre ellas”, afirmó.
Los jurados volvieron a destacar la maestría escrita la novela y cómo se desarrolla la trama sumamente compleja. “Es una novela muy original en todo”, dijo Rosa Montero y volvió sobre la actualidad de la historia galardonada al hacer referencia a otro debate presente en la sociedad: cómo el pasado puede culpabilizar en el presente. “Una novela con temas esenciales y básicos, que serían casi como tragedias griegas, pero que llegan hasta hoy”, definió la escritora y periodista.
Además, el ganador del Premio Alfaguara 2024 resaltó otro aspecto interesante de Los alemanes: “Estamos ante una historia en que la familia estalla en mil pedazos, si no viene ya reventada de antemano, y sólo se mantenían unidos los trozos por por una serie de ficciones”. Y sentenció: “Es una historia de disgregación absoluta de la familia”.