¿Pueden superarse las grietas? ¿Es posible tender un puente desde cada orilla para evitar que se sigan distanciando y, tal vez, lograr que se acerquen nuevamente, aunque sea un poco? Diálogos en espejo, el nuevo libro del escritor y periodista uruguayo Pablo Cohen, apunta a rescatar el “arte de la conversación” como herramienta clave para dejar atrás las diferencias.
Para eso, convocó a dos figuras de renombre que no rehuyen de sus discrepancias ideológicas pero que estuvieron dispuestas a entablar un diálogo en el que, más que sus disparidades, resalta el pensamiento en común: los historiadores Gerardo Caetano y Ana Ribeiro.
En esta obra, Cohen emplea su amplia experiencia como periodista para guiar un recorrido por momentos cruciales en la historia de Uruguay, desde la era de Artigas hasta la actualidad. Se exploran temas como la orientalidad, la socialdemocracia y la democracia republicana como parte fundamental de la identidad uruguaya, el papel del historiador en la era de la posverdad, la literatura como motor de una ética humanista posible, y el legado duradero de destacados pensadores.
Estas entrevistas profundas y atemporales entrelazan una variedad de elementos, y también abordan temas polémicos y contemporáneos, como el debate sobre la eutanasia, el fenómeno de lo políticamente correcto, el uso excesivo del marketing político, los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y las presidencias de Tabaré Vázquez, José Mujica y Luis Lacalle Pou.
A través del diálogo entre Caetano, Ribeiro y Cohen, el lector se sumerge en el arte de la conversación, casi hasta sentirse parte de la misma como un participante silencioso en la mesa, con la importante tarea de continuar ese diálogo más allá de las páginas del libro.
Ficha
Título: Diálogos en espejo
Autor: Pablo Cohen (con Gerardo Caetano y Ana Ribeiro)
Editorial: Planeta
Precio en digital en Argentina: $640
Prólogo a “Diálogos en espejo”, por Nelson Castro
Esquirlas de una esencia noble
Fue Eric Arthur Blair —conocido mundialmente por su pseudónimo: George Orwell— quien, en su profético libro 1984 —escrito entre 1947 y 1948— sentenció: «Quien controla el presente controla el pasado, y quien controla el pasado controlará el mundo».
Lo que Orwell buscó con esta frase genial fue alertar sobre los riesgos de los totalitarismos de cualquier signo —derecha o izquierda— que buscan dominarlo todo, fenómeno contra el cual él mismo luchó en la guerra civil española, una experiencia de la que dio cuenta en su obra Homenaje a Cataluña (1938).
En ese afán de dominación absoluta, el control y el intento de apropiación del pasado constituyen un punto clave. En la Argentina, por ejemplo, eso es algo que se comprueba muy bien a lo largo de toda la experiencia del kirchnerismo.
El dominio del pasado tiene un valor prospectivo muy importante. Si se tiene en cuenta que donde más se enseña el pasado es en la escuela, el intento por controlarlo con fines de adoctrinamiento se traduce en acciones concretas de índole público que utilizan las aulas como una herramienta fundamental para delinear el perfil ideológico de las futuras generaciones.
Por eso es que tanto el conocimiento del pasado como el aprendizaje de sus enseñanzas son tan importantes para la comprensión del presente y para la planificación del futuro de una sociedad. Quiero hacer hincapié en esa combinación: conocimiento y aprendizaje.
Por ello es incompleta la célebre frase «los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla», atribuida por algunos al poeta y filósofo estadounidense de origen español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás, y por otros al expresidente argentino Nicolás Avellaneda. La historia de la humanidad está llena de casos en los que, aun conociendo su historia, una sociedad ha repetido los mismos errores, demostrando así no haber aprendido nada de ellos.
Este contexto de trascendencia de la historia como herramienta imprescindible para comprender el presente y poder proyectar el futuro es el núcleo alrededor del cual gira el libro de mi querido amigo y colega Pablo Cohen, Diálogos en espejo, para el que convocó a dos estupendos, prestigiosos y muy bien conocidos historiadores: Ana Ribeiro y Gerardo Caetano. De las muchas cosas elogiables de la obra —cuya escritura es ágil, directa y clara—, quiero resaltar tres fundamentales.
La primera es el conocimiento profundo que los protagonistas tienen de la historia, es decir, de los hechos y de sus contextos. Eso le atribuye al libro valor docente.
La segunda es la honestidad intelectual que exhiben Caetano y Ribeiro, algo esencial para evitar la tentación de recurrir a una asertividad dogmática que entrañe el riesgo de caer no solo en la manipulación de los hechos como tales, sino también en la tergiversación de sus contextos.
La tercera es la erudición que se transmite en cada página de Diálogos en espejo. Es una erudición natural y despojada de toda solemnidad y vanidad. Eso le confiere al libro versatilidad, porque hace que sus protagonistas —Caetano, Ribeiro y el autor— se explayen sobre temas tan actuales como la eutanasia, el cuidado del medioambiente, u otros de vigencia pasional permanente en la cultura rioplatense, como el fútbol.
Uruguay es un país al que desde la Argentina miramos con particular atención. Habiendo tenido un origen común, habiendo sufrido los avatares de los caudillismos y de luchas y guerras internas de las dimensiones que representó la Guerra Grande, con el tremendo sitio grande de Montevideo, logró construir y consolidar un modelo de sociedad democrática cabal con líderes políticos que, más allá de sus diferentes personalidades y posturas ideológicas, han sido conscientes —sobre todo después de la última dictadura cívico-militar— de la importancia que la convivencia y el diálogo tienen para cimentar la cultura de la pluralidad y de la tolerancia. Ese es un patrimonio que hace de la República Oriental del Uruguay una nación distinta, a la que se ve en toda América Latina como un faro.
«La aspiración democrática no es una simple fase reciente de la historia humana. Es la historia humana», dijo el ex presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt. Es esta la esencia que Diálogos en espejo desgrana en cada una de sus páginas.