La muerte en el frente del reconocido poeta convertido en soldado Maksim Krivtsov ha provocado tristeza y conmoción en Ucrania, donde el mundo de la cultura y la sociedad civil en general le rinden homenaje y alaban su larga trayectoria como combatiente voluntario contra la agresión rusa.
“El poeta Maskim Krivtsov ha muerto hoy”, escribió el domingo 7 de enero en su cuenta de Facebook el también escritor Liubko Deresh, que no ofreció detalles sobre las circunstancias. La muerte del combatiente, que tenía 33 años, también ha sido confirmada por su propia madre y por el PEN Ucrania.
Según la nota publicada por la rama ucraniana de este colectivo de escritores con presencia en más de cien países, el poeta participó en 2013 y 2014 en las acciones de protesta callejeras que se saldaron con más de un centenar de manifestantes muertos y acabaron derrocando al último presidente prorruso de Ucrania, Víktor Yanukóvich.
Krivtsov se enroló después como voluntario para combatir a los separatistas leales a Moscú que declararon dos enclaves independientes prorrusos en parte de las regiones de Lugansk y Donetsk, en el este de Ucrania.
Tras tomar parte en las hostilidades, el poeta trabajó en un centro de rehabilitación física y mental de veteranos de esta guerra. Con la invasión a gran escala de Ucrania lanzada por el Kremlin el 24 de febrero de 2022, el literato volvió al frente con el Ejército de su país, según la nota del PEN.
Krivtsov ha publicado varios poemas sobre la guerra que han sido incluidos por el PEN en la lista de los mejores libros ucranianos de 2023.
Pero el poeta no es el primer escritor asesinado desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania hace casi ya dos años, el 24 de febrero de 2022. En julio de 2023, la escritora ucraniana de 37 años Victoria Amelina murió por las heridas del misil que cayó en una pizzería de Kramatorsk.
Amelina resultó mortalmente herida cuando acompañaba en el este de Ucrania al escritor colombiano Héctor Abad y al antiguo comisionado por la paz Sergio Jaramillo. La escritora había puesto en pausa su trabajo como novelista después de que el ejército ruso invadiera su país para documentar los crímenes de guerra de las fuerzas ocupantes.
“Se veía raro verte a ti, una intelectual dulce e increíble, llevando un chaleco antibalas. No eras un soldado y yo pensaba que nada podía pasarte porque lo único que estabas haciendo era mostrar al mundo nuestro país”, escribió Oleksandra Slavkovka, del Ayuntamiento de Leópolis y amiga de Amelina, mientras se conocían cientos de homenajes a esta estrella literaria emergente.
Fuente: EFE