El panorama musical es un vasto espectro de sonidos, personalidades y movimientos que, a lo largo de las décadas, han marcado el pulso cultural de generaciones. Dentro de este universo inabarcable, tres figuras resaltan por su impacto trascendental en la música y la sociedad: Duran Duran, The Velvet Underground y Dolly Parton.
A través de tres libros con distintos géneros y registros, se explora la huella indeleble que cada uno de estos íconos dejó en su respectiva época y cómo su legado continúa influyendo en el ámbito artístico actual. Transformaron la música y reflejaron los cambios de una sociedad en constante evolución y ahora es tiempo de conocer los secretos mejor guardados de las figuras que hicieron nuestra educación sentimental.
De película
El libro Please, please tell me now es la biografía que Stephen Davis escribió a partir de entrevistas a los miembros de Duran Duran, el quinteto británico próximo a la new wave más romanticona. Editado por Cúpula, el libro reconstruye el fenómeno de la década de los ochenta y primeros noventa, con más de cien millones de discos vendidos gracias al tirón de temas tan pegajosos como Notorius, The Wild Boys, Rio u Ordinary World.
Nick Rhodes y John Taylor fueron los impulsores de esta banda pop pero la historia del nombre de la banda es curiosa. Según Please, please tell me now, Duran Duran que tomó el nombre de un personaje de la psicodélica Barbarella, filme protagonizado por Jane Fonda. En ese entonces, Rhodes y Taylor eran dos jovencitos de Hollywood -un barrio de clase media de Birmingham, nada que ver con California- amantes del glam de Bowie y Roxy Music, que convencieron al cantante Simon Le Bon, a Roger Taylor y Andy Taylor para formar un conjunto de salón que tuvo el honor de ser el preferido de Diana de Gales.
Los Duran Duran, recoge el trabajo de Davis, se hicieron mayores durante el “thacherismo” como un grupo de sonido sintético marcado por la moda y los estilismos nada casuales de sus integrantes, mucho maquillaje, mechas y complejas estructuras capilares.
Una afición por el lujo visual que mostraron hasta el hastío en sus icónicos y carísimos videoclips (MTV los hizo suyos de inmediato) y que provocó que cuando la belleza, por esa temida ley biológica, comenzó a ajarse y la música eligió derroteros menos pulcros, la banda entrara en declive de popularidad, a pesar de que sigan en activo dentro del rentable mercado de la nostalgia ochentera.
La “perversión” del rock
En el otro lado del péndulo musical está el libro The Velvet Underground. El grupo que pervirtió la música rock, del periodista español Rafa Cervera. El libro se centra en la banda creada en 1965 por Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison, junto a la pionera batería de Moe Tucker y la lánguida voz de Nico, en aquel Nueva York donde Andy Warhol, mentor de este extraño combo, actuaba de maestro pop de ceremonias, y que les “regaló” además la mítica imagen de la banana de la portada de su primer álbum.
Una formación a la que Cervera dedica un relato transversal y atípico sobre la génesis, cumbre y disolución de “El grupo que pervirtió la música rock”, según apostilla el autor en el título del libro publicado también por Cúpula, editorial especializada en este género.
La banda liderada por Reed -tras sus pugnas con el genio galés de Cale que dejó la formación cansado de la lucha de egos- se sitúa siempre en el pódium, peldaño arriba o peldaño abajo, de casi todas las listas del parnaso musical.
La banda The Velvet Underground combinó el pop y la vanguardia en una carrera breve pero intensa (apenas cinco años si el abandono de Reed puede considerarse el fin real), que se anticipó al punk y al glam y cuya senda siguieron luego (o al menos lo intentaron) multitud de bandas: Blondie, Sonic Youth, Jesus & Mary Chain, por citar algunas.
Cervera, “desde la pasión pero con mirada agnóstica”, quiso otorgar lirismo a las historias de los miembros de la urbana Velvet, creadores “inmortales y originales” -ahí están I’ll be your mirrow, Sweet Jane, I’m Waiting for The Man, Femme Fatale- y de los que resume en una frase: “más de medio siglo después, no hay ningún otro grupo que haya hecho lo que ellos hicieron”.
El ícono estadounidense
Dolly Parton es Estados Unidos es una afirmación que seguramente incomodará a muy pocos habitantes de ese enorme país de contrastes, polarizado hoy en mundos, parece, irreconciliables.
La periodista Beatriz Navarro, corresponsal de La Vanguardia en Washington de 2018 a 2021, es la autora de Dolly Parton. Un retrato americano. El libro, publicado por RBA, no es una biografía común sino más bien, un estudio-crónica sobre los grupos, disímiles y compartimentados, que la veneran.
Navarro revela cómo esta actriz y cantante de country rubia platino (no es una descripción frívola, sino un elemento básico de su ADN) se alza como un ícono a ambos lados del ring ideológico, tanto para las feministas, los defensores de los derechos LGBTI+ o de los más desfavorecidos, como también para los paladines de la América profunda, religiosa y monocolor que sólo lee la Biblia y ven en ella un espíritu genuino.
Nacida en una familia muy pobre en los Montes Apalaches, Parton es, además, a sus casi 78 años, una filántropa y empresaria ―cuenta con un parque de atracciones en torno a su figura― y quizás el más claro epítome de lo que significa el sueño americano de una mujer libre (en su exuberante sexualidad y creencias) que ha sabido construir su imagen y posiblemente también su legado.
Fuente: EFE