La primera definición de la Real Academia Española nos deja afuera. Libro: “Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen”. Bueno, ¿un libro es un montón de papel? Puede ser, vamos a la etimología, ese estudio del origen de las palabras. Y resulta que “libro” viene del latín liber, que quiere decir “parte interior de la corteza de los árboles”. En el comienzo, bueno, el libro está ligado al papel. ¿Sigue así?
Volvemos al diccionario de la RAE y vemos que bajo “libro” hay una larguísima lista de particularidades. Como “Libro de la vida”, “Libro de honor”; “Libro de oro”; “Libro maestro” y así. Y entre todos esos, perdido entre varios, “Libro electrónico”. Un ebook, un libro electrónico, ¿cómo se define? Primero como “Dispositivo electrónico que permite almacenar, reproducir y leer libros”. Y luego como “libro en formato adecuado para leerse en un dispositivo electrónico”.
Bueno, entonces -como sucede en el papel- un libro electrónico es un objeto que permite leer “libros”. Es el objeto y el contenido. Me compro “un ebook” para leer “ebooks”.
¿A dónde queremos llegar? A que cuando pensamos en un libro, todavía pensamos sobre todo en papel entre dos tapas. Aunque hoy en día -cuando casi siempre tenemos algún dispositivo en la mano, cuando vivimos en espacios cada vez más chicos, cuando andamos por el mundo tratando de no pagar equipaje- el ebook es una opción. ¿Y cómo regalo? ¿Lo puedo regalar?
Regalar un ebook... ¿sin ebook?
Si la pregunta es técnica, la respuesta es “sí”. O, mejor: “sí, y es muy fácil”. Alcanza con crearse un usuario en una librería digital que lo permita -como Bajalibros- y enviarlo por mail al destinatario. Quien nunca lo haya hecho encontrará el camino intuitivamente o puede seguir esta guía sencillísima.
Entonces, la persona que reciba el regalo también deberá registrarse -es gratis, pero necesita tener un usuario para que sus libros se almacenen bajo ese nombre- y luego podrá bajarlo al dispositivo.
Y acá entramos en un tema: ¿hace falta “tener ebook”, tener un dispositivo especial para leer? ¿Hay que haber conseguido ese “objeto que permite leer libros?
Muchos habrán visto los “readers”: los hay de marcas famosas y otros “genéricos”. Para mucha gente, la marca del dispositivo -en particular, el Kindle- se confunde con el genérico “ebook”, o “libro electrónico”, como pasa muchas veces cuando una marca se impone y termina dándole el nombre a toda la categoría. Ese es el lector de la tienda Amazon y funciona con los libros comprados allí.
Sin embargo, la verdad es que la mayoría de los ebooks pueden leerse perfectamente en cualquier teléfono, en cualquier tablet, en cualquier computadora. Alcanza con instalar alguna aplicación de lectura, muchas veces la de la misma tienda donde compra el libro. Incluso se puede destinar un teléfono viejo exclusivamente a la lectura de ebooks y funcionará como en lector. En esta nota se explica cómo hacerlo.
Es decir, se puede regalar un ebook sin saber si quien recibe el regalo “tiene ebook”, porque basta tener teléfono para poder leerlo.
Ahora, ¿por qué regalar un ebook?
Habiendo libros, los buenos y viejos libros, los bellos libros de papel. ¿Por qué regalar un ebook? ¿Es un buen regalo?
Como casi todo, depende de las circunstancias. Detallo algunas ventajas.
1) Agrandás la letra. Entre los principales lectores de ebooks están los mayores de 40 años. Por eso, porque un libro electrónico -que no es un pdf sino un formato mucho más flexible- permite elegir tipografía y tamaño. Entonces te independizás de los lentes.
2) Lo tenés siempre encima. Justamente, si alguien sale a hacer trámites y tiene que hacer cola, si está viajando, si de pronto tiene un rato, no hace falta haber previsto el momento para leer: el ebook va en el teléfono. Aunque se use un “reader”, el ebook se puede leer en varios dispositivos a la vez. Puede quedar el ebook o la computadora en casa, y leer al paso en el dispositivo que se lleva en la mano. No hace falta tener datos para leer: una vez que el texto se descarga, se pueden leer sin conexión.
3) No se agotan. Las librerías no son de elástico, tienen un espacio limitado. A medida que los alquileres se encarecen, además, ese problema se vuelve más acuciante. Entonces suelen dar prioridad a las novedades y relegar los libros “de fondo”. Y como no se van a vender, esos libros -sobre todo si no han sido masivos- no vuelven a imprimirse. No se consiguen. Los ebooks, en cambio, siempre están. Son archivos almacenados en servidores. No ocupan lugar. A veces un título “raro” estará ahí.
4) Son insuperables para viajar. El lector no deberá elegir qué lleva, puede llevar todos los títulos que quiera. No ocupan lugar, no pesan en una mochila, no generan exceso de equipaje. Y se puede decidir comprar uno en pleno viaje.
5) Se pueden mandar lejos y pagar en moneda local. Es casi lo más evidente. Un click y se comparte una lectura con alguien que está a muchos kilómetros. Además, en algunas librerías -así es en Bajalibros- se paga en moneda local. desde muchos países Es decir, si estás en la Argentina pagás en pesos argentinos, si estás en Colombia, en pesos colombianos, en Perú en soles, en Chile en pesos chilenos, en México en pesos mexicano, en Brasil en reales y así. Puede haber excepciones pero en general, funciona.
6) Es muy fácil marcarlos y hacer anotaciones. No se acaba el espacio, no hay que ir a la última página para hacer las anotaciones... el reader prevé que los lectores leemos en diálogo con los libros y ahí están las herramientas para anotar y subrayar. Luego las anotaciones se pueden ver todas juntas, exportar a un archivo y, de nuevo, consultar desde cualquier parte.
7) El lugar en las casas. Sí, “ya no me entran los libros”; sí: “si llevo un libro más tengo que salir yo”. Bueno, los que se puede almacenar en ebook es infinito.
6) Son mucho más baratos y podés regalar más. El vil metal, claro. En tiempos difíciles, los ebooks son sensiblemente más baratos que las ediciones en papel. Por ejemplo Maldita Roma, de Santiago Posteguillo -publicado en noviembre- en la Argentina sale 20.000 pesos en papel y 3382 en digital. En Chile, el mismo libro está a 30.000 y 10.500 respectivamente. La diferencia varía según el título y el país, pero siempre es grande y da la posibilidad, por ejemplo de regalar tres libros en vez de uno. Si se trata de una saga eso puede resultar gratificante.
Y finalmente, ¿quiero regalar un ebook?
Esa pregunta, claro, es incontestable. Pero hay que saber que hay un mundo que se abre de la mano de los libros digitales. Los que se consiguen en diversas plataformas, en distintos países, en formatos variados, en muchos idiomas.
Cuando quien lo va a recibir ya maneja el ebook, recibir uno será una alegría. Y cuando no, la puerta a una nueva experiencia, una forma de ampliar el placer de la lectura. El siguiente paso será el audiolibro. Pero ese es otro tema.
* Para empezar a conocer los libros electrónicos se puede probar descargando y regalando gratis alguno de los de la Biblioteca Leamos, con títulos de Mario Vargas Llosa, Orson Wells, Cervantes, Mario Vargas Llosa, Antonio Machado y muchos otros. Los encontrás clickeando en este enlace.