Y un día llegó Javier Milei. Algunos celebran el triunfo del outsider que los hizo sentir representados, otros no salen del shock y siguen sin poder creerlo. La idea del meteorito que viene de otro planeta y la metáfora del virus que infecta una sociedad son representaciones que revelan la dificultad para entender qué procesos sociales, experiencias concretas y formas de mirar el mundo se gestaron en los últimos años. Sin embargo, el fenómeno está acá y hay estudios que permiten ver los primeros antecedentes.
“Hay alguna conexión profunda entre el fenómeno Milei y la pandemia”, dijo Carlos Pagni. “Mucho de lo que está pasando ahora es culpa de los que se quejan por lo que está pasando ahora”, afirmó Pablo Semán. Fueron algunas de las frases que resonaron este jueves en Elsa Café, en el barrio de Palermo.
El marco fue la presentación del libro Está entre nosotros: ¿de dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir?, publicado por el sello Siglo XXI Editores. Se trata de una obra recién salida de imprenta que anticipa de manera extraordinaria lo que muchos se negaban a ver: el ascenso meteórico de Javier Milei y de todo un movimiento que se gestaba en la sociedad argentina.
Coordinado por el sociólogo y antropólogo Pablo Semán, el libro está compuesto por cuatro capítulos que buscan entender las demandas, experiencias y formas de organizarse de “la nueva derecha”. Los autores son los investigadores Sergio Moresi, Ezequiel Saferstein, Pablo Semán, Melina Vázquez, Martín Vicente y Nicolás Welschinger.
¿Alguien lo vio venir?
Por afuera, Café Elsa, en el barrio de Palermo, parece un lugar chico, un pasillo. No hay forma de sospechar que siguiendo ese pasillo, al fondo, hay un salón donde por lo menos setenta personas escuchan con atención a los autores de Está entre nosotros (cualquier parecido entre la arquitectura de Café Elsa y el fenómeno social de La Libertad Avanza es casualidad).
Junto a Semán y los autores, el invitado de honor: Carlos Pagni, tal vez el único periodista de actualidad política argentina capaz de hacer un editorial de una hora de reloj en su programa Odisea Argentina (LN+) y lograr no solo altos picos de rating y convertirse en trending topic de Twitter, sino también un objetivo más llano y más difícil: durante toda esa hora promover el pensamiento del espectador.
Semán empezó la charla por la pregunta más lógica: el origen. ¿Cuándo empezó este nuevo movimiento? “Se desató un concurso de casandras y pitonisas de quién lo había visto venir”, dijo el sociólogo, y dio algunas coordenadas que permiten ver, desde hoy, señales de que algo nuevo empezaba a cuajar. Refirió la famosa marcha del 8N en 2012. Frente a la diversidad de sectores que protagonizaron la protesta, Semán escribió en ese momento que “todo lo que quedaba fuera del kirchnerismo se iba a agrupar en el frente amplio por la libertad”.
“Somos varios los que estábamos viendo esto desde hace mucho tiempo y tomándolo en serio”, dijo, y señaló que es un libro dialógico: “Nos tomamos en serio lo que pasaba más allá de nuestras proveniencias y nuestras sensibilidades políticas”. Semán hizo hincapié en la dificultad de entender un fenómeno nuevo con categorías establecidas de antemano, y de cómo en el libro se reflejan esas tensiones: “Cuando hablábamos con personas libertarias, no nos hablaban desde la grieta, lo hacían desde otro lugar”.
Una bomba que tarda en explotar
Llegado el turno del periodista, empezó con “algunas ocurrencias, chispazos que se me ocurrieron alrededor del libro”. Señaló que el título bien podría hablar del coronavirus (está entre nosotros, no lo vimos venir) porque “hay alguna conexión profunda entre el fenómeno Milei y la pandemia, el encierro, lo que significó la cuarentena”, dijo. Y con su estilo habitual de pausas largas agregó: “Tantas veces los médicos y sociólogos decían que iban a venir consecuencias, una especie de bomba de profundidad que uno tira allá al fondo y el efecto aparece a los meses; estamos viviendo eso, y no terminamos de entender muy bien qué es”.
Luego de hablar de las categorías previas que inhiben la posibilidad de que uno vea la novedad, el conductor de Odisea Argentina dijo: “Una de las cosas que más me entusiasman del fenómeno Milei es que yo venía muy aburrido de ver siempre el mismo partido”. También habló del “diálogo fascinante entre continuidad y ruptura”: encontrar ruptura donde parece que hay continuidad y viceversa. “Este libro la vio venir y nos cuenta que hay continuidad donde parece que hay ruptura”.
Otra virtud del libro que destacó Pagni es que, dado que fue escrito antes de las elecciones de primera vuelta, “toma el fenómeno Milei, de La Libertad Avanza y de la nueva derecha como si escribiéramos un libro sobre el peronismo la noche del 17 de octubre”. Y habló de la narración de un fenómeno abierto, el mileísmo y La Libertad Avanza, “sin esa experiencia traumática y reveladora que significa el manejo del poder”. “Ya ahora que veo cómo se arma el gabinete encuentro algo distinto de lo que dice el libro: si yo les contara a ellos [los autores] que iban a poner a Toto Caputo, en palabras de Milei ‘un comunista’, al frente del Ministerio de Economía, [...] uno se preguntaría si varias de las afirmaciones del libro son realmente así o si algo ya está cambiando”.
Más adelante en la charla, en relación a la transformación que puede tener La Libertad Avanza una vez que entra en contacto con el poder, Pagni dijo que Milei “lo acaba de poner de Ministro de Economía a Luis Caputo, que fue echado del gobierno de Macri por el Fondo (Monetario Internacional) por pretender fijar el precio del dólar desde el Banco Central con intervenciones monetarias, y que no solo no cierra el Banco Central, sino que se lo confía a su socio de la misma consultora; es decir, el Banco Central probablemente va a ser menos independiente que con el kirchnerismo, porque al menos entre Massa y Pesce había una pelea”.
El salón del Café Elsa estaba repleto, con más gente de pie que sentada. Una pequeña multitud intentaba ver a Pagni dialogando con el libro sobre los parecidos y diferencias entre La Libertad Avanza, el peronismo y el PRO, siempre encontrando relaciones originales. En relación al texto de Melina Vázquez, dijo que “hay una idea redencionista detrás” de Javier Milei como la hubo antes con Néstor Kirchner (a quien La Cámpora asociaba con El Eternauta), y que “es una derecha que apela a un discurso genealógico histórico, algo a lo que el PRO expresamente renunciaba poniéndoles animales a los billetes”. Milei, en cambio, dice que viene de Alberdi: se historiza, se inscribe en una genealogía.
Otra diferencia con el PRO es de carácter moral: “No es un grupo de burócratas que viene a operar la estructura administrativa del Estado, es ‘la gente de bien’, con todo lo que puede tener de repercusión ideológica: ‘de bien’ por qué, ‘de bien’ qué es”, dijo Pagni.
Cuatro piezas para entender el puzzle de la novedad
El libro se divide en cuatro partes. La primera, escrita por Sergio Morresi y Martín Vicente, busca una historización de las derechas en Argentina. Morresi dijo que “después de la experiencia traumática [de la dictadura], terrible, la derecha empezó a jugar a la democracia y se comprometió con ese juego”. Dice que mientras tengamos democracia va a haber derecha, y que su éxito actual “no es solo el quiebre de la UCR y de JxC con el PRO, sino que tiene que ver también con las bases peronistas de la Argentina”.
La segunda parte del libro es un estudio de Melina Vázquez sobre la organización partidaria de los jóvenes en La Libertad Avanza. “Hay una enunciación que recupera lo plebeyo”, dijo Vázquez. “Nosotros somos los peronchos del liberalismo, tocamos el bombo”, le han dicho algunos militantes en sus trabajos de campo. La autora explicó que se funden lo popular y la militancia, “a veces lo hacen recreando la cultura machista que se mofa del uso del lenguaje inclusivo, pero que tiene una mística militante”; y agregó la creación de rituales como el lema ”Viva la libertad, carajo”, o la identificación con la música de La Renga.
“Esto no los exime de reconocerse como parte de los argentinos de bien”, aclaró Vázquez. “Reconocerse como gente de bien significa: ‘por más que pertenezcamos a la misma clase social, no somos planeros’”. Y finalizó su turno con estas palabras: “Yo digo que son los hijos despeinados del macrismo, hay algo de adherir a los principios de la meritocracia desde abajo, reivindicando ser aquellos que pedalean para hacer repartos en plataformas como Rappi”.
Ezequiel Saferstein, por su parte, trabajó sobre la interacción entre editoriales, público y redes sociales, lo que entre partidarios de La Libertad Avanza se suele llamar “la batalla cultural”, resaltando el rol de Agustín Laje y Nicolás Márquez. “Lo que me pregunté es cómo se construye la política por otros medios”. Saferstein empezó a asistir desde temprano a pequeños e intensos eventos de Nicolás Márquez y Agustín Laje que después se fueron masificando, donde vio que se hablaba de una “superioridad moral”.
En ese proceso de masificación, el autor vio “no solamente el nicho de los jóvenes ideologizados en torno a la reacción a la llamada ideología de género y la revisión del pasado reciente, sino que se llega a una lectura mucho más amplia”, que incluye sobre todo a lectores de autoayuda.
En cuanto al cuarto capítulo, Nicolás Welschinger dijo: “Con Pablo nos interesaba pensar la adhesión masiva, no los militantes con remera”. Esa adhesión masiva la fueron encontrando en la investigación sobre jóvenes y pandemia. “No se puede exagerar el peso que tiene la pandemia como hecho político en esta actualidad”.
“Usamos dos puntos de mira: la experiencia de un joven que se vuelve programador durante la pandemia, y la de una chica que decide salir a ser trabajadora esencial” con PedidosYa. Welschinger y Semán notaron la expresión recurrente del término “derechos que empobrecen”. “¿Qué son los derechos que empobrecen?”, se preguntaban los autores.
Una de las respuestas llegó en uno de los focus groups: la repartidora habló de la movilización masiva que hicieron los trabajadores de apps de reparto cuando se intentó regularizar la actividad en La Plata. Fue un grupo de repartidores el que salió a protestar, porque “los derechos que empobrecen” se metían con su gestión propia de los tiempos y de los ingresos.
Este tipo de testimonios llevó a los autores a “pensar la situación actual del mercado de un modo mucho más fino y experiencial que cuando empezamos con la investigación, porque hay que romper con el consenso de creer que vivimos en el Estado de bienestar que ya no existe [...]; en esa situación, esos derechos que se estaban anunciando implicaban una pérdida material de ingresos”. En resumen, Welschinger y Semán analizan cómo se produce la adhesión masiva a los idearios libertarios desde la experiencia laboral cotidiana y no con un soporte ideológico previo.
El espejo roto
Para dar cierre a la presentación, Semán habló de la diferencia entre comprender y justificar. “Tratamos de entender que los motivos de los otros son motivos, no degeneraciones”, y sentenció: “Se rompió un espejo, nosotros no éramos tan buenos como creíamos”. Explicó que el libro tiene la función de someter a crítica no solo al otro, sino también a uno mismo.
“Yo soy muy contrario a la explicación de que esto es un fenómeno global, que parece que la Internacional Negra lo diseñó en el Pentágono y lo está diseminando por el mundo. Eso lo dicen los que son responsables de esta crisis política y no quieren asumir ninguna consecuencia”, sumó.
“La gente que pasó treinta o cuarenta años mirándose en el espejo probablemente merecía esto”, dijo el coordinador del libro, y remató: “Mucho de lo que está pasando ahora es culpa de los que se quejan por lo que está pasando ahora”.