No se puede decir que no tiene una cabeza política el escritor nicaragüense Sergio Ramírez. La tiene hasta por historia: antes de ser este expatriado al que el gobierno de Daniel Ortega le ha quitado hasta la nacionalidad -pero mucho antes- fue su vicepresidente. Eran tiempos de sandinismo y revolución, 1985 a 1990. Después se alejó, se volvió crítico, muy crítico.
Quien tenga alguna duda que lea Tongolele no sabía bailar, la novela que publicó en 2021 y que protagoniza un mercenario listo para servir al actual gobierno de Nicaragua en sus peores causas.
Es ese escritor el que, en la Feria del Libro de Guadalajara, en México, se sienta y dice clarito que en su país tiene que haber un cambio, tiene que haberlo, pero queno cree “que deba haber una nueva lucha armada”. Porque “Cada vez desconfío más de los frutos de las revoluciones armadas, por experiencia. Deberíamos ensayar un cambio institucional”.
En Guadalajara, Ramírez está participando de un diálogo organizado por el diario El País, de España, donde vive ahora. En ese contexto suelta que Nicaragua está muy mal pero, bueno, “no es una isla en un océano de democracias”.
Habla de Centroamérica. Mira alrededor y, ay. Dice que los históricos “déficit institucionales” de la región son “llenados por líderes mesiánicos”, ya sean de derecha, como el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, o se digan de izquierda, como el líder de su país natal.
“Desconfíen de los viejos que fracasamos en hacer el país que quisimos”
Así que ahí, en la que tal vez sea la más importante Feria del Libro en español, Sergio Ramírez -ganador del Premio Cervantes, del Premio Alfaguara- advierte que la región “es cada vez más antidemocrática”.
Y detalla: en Guatemala hay que ver los intentos para evitar que asuma el cargo en enero el presidente electo, Bernardo Arévalo, a quien, dijo, están tratando de bloquear mediante estrategias legales.
Esta realidad, como no podía ser de otra manera, lo afectó como escritor. “En Centroamérica tenemos que bajar el perfil de la realidad para que no se vea tan exagerada. Si contamos que un régimen toma sus decisiones a partir de los designios de un brujo, de la quiromancia… esto no lo va a creer nadie”, dijo al auditorio, que rio con él.
Aunque, aclaró, este tipo de prácticas no son exclusivas de su región: “Vean Argentina, donde el presidente Milei habla con su perro muerto a través de un médium. ¿Cuándo se volvió un país bananero?”.
La prensa, víctima directa
De la situación general, Ramírez también destacó la de la prensa que, afirmó, “en Centroamérica es la más crítica de toda América Latina”. ¿Ejemplo? Dijo que en su país los periodistas se han tenido que ir y trabajan desde el exterior.
El periodista David Marcial Pérez, que lo entrevistaba, también le preguntó quién estaba pensando esta época. ¿Lo hacen los nuevos escritores? Ramírez analizó: “Lo que pasa es que en el siglo XX había grandes proyectos políticos y ahora se da más bien una fragmentación de las causas: está la ecología, el feminismo, el indigenismo… Antes había programas políticos que englobaban todo y permitían posicionarse en conjunto, pero la fragmentación creo que conduce a la superficialidad”.
Así que no eludió la pregunta por lo que viene. “¿Consejo para los jóvenes? Yo más bien me pongo en sus huellas, las guías están en sus manos. Si hay un consejo que darles es que desconfíen de los viejos que fracasamos en construir el país que quisimos. Dar guías para ellos ahora sería demasiado tarde”.
La ciudad mexicana de Guadalajara se convirtió desde este sábado en la capital mundial del libro en español, con la inauguración de la FIL 2023, que en esta edición 37 tiene a la Unión Europea (UE) como invitada de honor y a la poeta mexicana Coral Bracho como galardonada principal.
La feria, la más grande del idioma español y que se prolongará hasta el 3 de diciembre, cuenta con la asistencia de 650 escritores de 45 países, entre los que figuran la portuguesa Lídia Jorge, el francés Pascal Quignard, el español Antonio Muñoz Molina, la mexicana Cristina Rivera Garza y el chileno Alejandro Zambra.
Quién es Sergio Ramírez
♦ Nació en Masatape, Nicaragua, en 1942.
♦ En su juventud dirigió el movimiento literario Frente Ventana. En 1963 publicó su primer libro, Cuentos.
♦ Vivió 14 años en Costa Rica. En 1978 fundó en San José la Editorial Universitaria Centroamericana.
♦ En 1977 encabezó el Grupo de los Doce, que se opuso a la dictadura de Anastasio Somoza y apoyó al Frente Sandinista de Liberación Nacional.
♦ Entre 1985 y 1990 fue vicepresidente de Nicaragua, acompañando a Daniel Ortega.
♦ Luego encabezó la bancada sandinista en la Asamblea Nacional de Nicaragua, donde era suplente de Daniel Ortega. En 1991 fue elegido miembro de la Dirección Nacional del FSLN. En 1995 fundó el partido Movimiento Renovador Sandinista (MRS), una escisión del FSLN. Desde entonces fue muy crítico de Daniel Ortega.
♦ En 1999 publicó sus memorias Adiós muchachos, donde habla del entusiasmo de la Revolución y de las contradicciones del FSLN .
♦ En 2021 fue acusado de incitación al odio y lavado de dinero.
♦ Partió hacia España y no volvió hasta el presente.
♦ En 2023, junto a otras 93 personas, fue declarado “traidor a la patria” y se le quitó la nacionalidad nicaragüense.
(Con información de EFE)