El Estoicismo está de moda: lecciones para manejar las emociones negativas y afrontar la incertidumbre

Se trata de una corriente filosófica originada en Atenas y con gran popularidad durante el auge de Roma. En nuestros días se organiza la “Stoic Week”, un evento global anual que invita a vivir como un estoico durante una semana. El libro “Estoicismo. Una introducción a la filosofía del arte de vivir” cuenta sus secretos.

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Epicteto, uno de los grandes
Epicteto, uno de los grandes referentes de la corriente estoica.

En los últimos años se empezó a hablar mucho del estoicismo. ¿De qué se trata? No es una religión. Fue una de las escuelas filosóficas más relevantes de la antigüedad. Surgió en Atenas hacia el año 300 a. C. y se convirtió en una de las corrientes de pensamiento más populares del mundo romano: sus doctrinas atraían a personas de todos los estratos de la sociedad antigua, desde el esclavo Epicteto hasta el emperador Marco Aurelio.

¿Qué pasa con el estoicismo 2.300 años después de su invención? ¿Por qué este pensamiento clásico está de moda? ¿Por qué sigue vigente? En tiempos complejos como los que vivimos, resulta una herramienta simple para vivir un poco mejor. En pocas palabras podría decirse que es una suerte de software o sistema operativo que permite a las personas enfocarse en lo que está bajo su control, aceptar las cosas tal y como son, manejar las emociones negativas, superar la ansiedad, conservar la calma y enfrentar la incertidumbre de la vida moderna.

El estoicismo está en boga en el mundo. Tal es así que esta semana, del 6 al 12 de noviembre, se lleva a cabo la “Stoic Week”, un evento global anual, que se realiza desde 2012 e invita a vivir como un estoico durante una semana. A través de un curso online gratuito, la propuesta ofrece estoicismo de nivel básico, meditaciones, ejercicios de escritura y lecturas de escritores estoicos. El tema de este año es estoicismo y bienestar.

De esta organización forma parte el profesor y filósofo británico John Sellars, autor del libro Estoicismo. Una introducción a la filosofía del arte de vivir, recientemente publicado por Paidós con el objetivo de comprender esta antiquísima doctrina filosófica.

Con un lenguaje sencillo y divulgativo, Sellars ofrece una introducción a la filosofía estoica para los lectores que se acercan por primera vez al estoicismo y a la filosofía en general. Comprende 6 capítulos: el primero plantea una introducción a los propios estoicos antiguos, a sus obras y a otros autores antiguos que refieren testimonios sobre la filosofía estoica antigua; el segundo considera cómo los propios estoicos concebían la filosofía y cómo estructuraban su propio sistema filosófico; los capítulos 3, 4 y 5 exponen las doctrinas estoicas organizadas en tres partes: lógica, física y ética. Y el capítulo 6 ofrece un breve bosquejo del impacto posterior del estoicismo en la filosofía occidental. Al final del libro, el autor propone un glosario de nombres, otro de términos, una guía para seguir leyendo sobre estoicismo, bibliografía, índice de pasajes e índice analítico y de nombres.

En los últimos tiempos se habla mucho de esta corriente, pero ¿cómo pensaban realmente sus miembros? En Estoicismo, Sellars entrelaza las ideas clave de los tres grandes estoicos romanos: Séneca, Epicteto y Marco Aurelio. Las obras de estos tres grandes tratan fundamentalmente sobre cómo vivir: entender nuestro lugar en el mundo, afrontar las adversidades, hacer un mejor uso del tiempo, controlar nuestras emociones y orientarnos en nuestras relaciones con los demás.

Un poco de historia. Cuenta Sellars que “el fundador de la escuela estoica se llamó Zenón y procedía de Chipre. Alrededor del año 300 a. C. visitó Atenas como representante del negocio familiar —era hijo de un mercader— y entró en contacto con algunos filósofos. Muy pronto empezó a estudiar con los maestros de las numerosas escuelas que había en la ciudad, las cuales competían entre sí. En lugar de adscribirse a alguna de ellas, decidió crear la suya propia y empezó a impartir lecciones en la Stoa Pintada, un pórtico que se encontraba en el centro de Atenas. No tardó en tener seguidores, a quienes se les conoció con el nombre de ‘estoicos’ por su costumbre de reunirse en la stoa”.

Y sigue: “La escuela estoica la perfeccionaron dos discípulos de Zenón, Cleantes y Crisipo. Los dos procedían de Asia menor. Los estoicos posteriores provenían incluso de más lejos, y de más al este, como Diógenes de Babilonia. Ninguna de las obras de estos primeros filósofos estoicos sobrevivió; ninguna llegó a pasar de los rollos de papiro a los pergaminos medievales, y todo lo que sabemos de ellas se basa en citas y resúmenes elaborados por otros autores más tardíos”.

Atenas, la cuna del estoicismo.
Atenas, la cuna del estoicismo.

Control, virtudes y atención

¿Qué plantea el estoicismo? Básicamente, su doctrina se basa en tres pilares: el tema del control, desarrollar un buen carácter y virtudes, y prestar atención plena.

Los estoicos enseñaban que no podemos controlar lo que pasa a nuestro alrededor (el resto de la gente, el clima, la economía, nuestra salud, el pasado, el futuro, el amor, el dolor, la muerte...), pero sí podemos controlar lo que pensamos sobre estos eventos. Si intentamos controlar lo que no podemos controlar, terminaremos frustrados y seremos ineficaces. Entonces, mejoramos nuestro bienestar si somos conscientes de lo que podemos controlar y nos centramos en eso y dejamos de lado todo lo demás.

También argumentaban que para desarrollar un buen carácter había que cultivar cuatro virtudes centrales: sabiduría, coraje, autocontrol (o moderación) y justicia. Los estoicos entendieron estos términos en el sentido más amplio. Por ejemplo, la sabiduría incluye el buen juicio y la curiosidad. La justicia incluye equidad, bondad y compasión.

Y sostenían que los hechos en sí mismos no tienen el poder de angustiarnos, se preguntaban cómo podrían dos personas responder de manera tan diferente al mismo hecho, por ejemplo, reaccionar catastróficamente al retraso del tren, frente a hacerlo de manera sensata. No se trata de reprimir emociones negativas, sino de ver la situación de manera diferente.

En cuanto a las emociones, los estoicos decían que son nuestras interpretaciones las que nos afectan, no los acontecimientos. Es cómo vemos las cosas, no lo que nos sucede, lo que nos lleva a crear emociones negativas. Las emociones son una de las cosas que tenemos el poder de controlar, una vez que desarrollamos las habilidades adecuadas.

El ideal ético estoico

Explica Sellars que, para los estoicos,la mente al nacer es como una hoja de papel en blanco. La información la recibimos mediante las experiencias o impresiones sensoriales, y las cogniciones, casos de conocimientos, las adquirimos por medio del asentimiento a las impresiones adecuadas, que se presentan a la mente en forma de proposiciones”.

“La única cosa -continúa- que posee bondad intrínseca por tanto la única cosa de la que debemos preocuparnos, es la virtud, concebida como una disposición interna excelente del alma una mente saludable, podríamos decir”.

Y sintetiza: “Muchas de las emociones que sufrimos se fundamentan en juicios erróneos por nuestra parte, juicios que atribuyen un valor espurio a las cosas externas indiferentes. Esas emociones son enfermedades del alma y reducen nuestro bienestar o nuestra felicidad. Pero si aprendemos a razonar correctamente y a evitar juicios erróneos, no sufriremos tales emociones.

Nuestra felicidad no dependerá entonces de la presencia o ausencia de cosas externas, ninguna de las cuales se hallan bajo nuestro control, sino más bien de nuestro razonamiento correcto. Nos volveremos así inmunes a los caprichos del destino y la fortuna. El mensaje primordial de la ética estoica es que nuestra felicidad está plenamente en nuestro poder aquí y ahora, siempre y cuando estemos preparados para ver el mundo correctamente, y que una vez alcanzada, esta felicidad jamás podrá sernos arrebatada”.

“Estoicismo. Una introducción a la filosofía del arte de vivir” (fragmento)

¿Qué es el estoicismo?

Estoicismo es una palabra que a todos nos resulta familiar; el Oxford English Dictionary menciona la austeridad, la represión de los sentimientos y la fortaleza como características de la actitud estoica hacia la vida.

Esta imagen popular del estoicismo se ha ido forjando a lo largo de los cuatro o cinco últimos siglos, a medida que los lectores se encontraban con las descripciones de la filosofía estoica antigua a cargo de autores clásicos tales como Cicerón, Séneca y Plutarco. Al igual que tantas otras concepciones populares, esta contiene un elemento de verdad, pero, como veremos, no nos cuenta toda la verdad.

En la Antigüedad, estoicismo hacía referencia a una escuela filosófica fundada por Zenón de Citio en torno a 300 a.C. Esa escuela se reunía informalmente en la Stoa Pintada, una columnata cubierta en el extremo norte del ágora (la plaza del mercado) de Atenas, y de ahí procede el nombre de estoicos.

Fue aquel un período de intensa actividad filosófica en Atenas; la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles eran fuertes todavía, mientras que Epicuro, contemporáneo de Zenón, estaba estableciendo su propia escuela justo fuera de las murallas de la ciudad. Florecieron asimismo otros filósofos, en particular los cínicos, inspirados por el ejemplo de Sócrates, quien había muerto unos cien años atrás.

Séneca, otro de los grandes
Séneca, otro de los grandes referentes del estoicismo.

Al igual que los cínicos —y en contraste con los miembros de la Academia, el Liceo y el Jardín epicúreo—, los estoicos no poseían ninguna propiedad escolar formal, se reunían en un lugar público en pleno corazón de la ciudad. Zenón atraía a un público numeroso y, tras su muerte, su discípulo Cleantes prosiguió la tradición. Cleantes fue sucedido a su vez por Crisipo, tradicionalmente considerado el más importante de los primeros estoicos.

La tradición de enseñar en la Stoa Pintada continuó probablemente hasta algún momento del siglo I a.C. Por aquel entonces, Roma se había convertido en la potencia cultural y política más importante del mundo antiguo. Los romanos simpatizaban con muchas ideas estoicas y el estoicismo floreció en el seno del mundo romanizado.

En el siglo I a.C., Cicerón presentó al mundo de habla latina varias síntesis importantes de la filosofía estoica. Los estoicos proliferaron en Roma durante el siglo I d.C., desde Séneca, Lucano y Persio hasta Musonio Rufo y Epicteto. El siglo II asistió a la culminación de la apropiación romana del estoicismo por parte del emperador Marco Aurelio, quien expuso su propia versión del estoicismo en sus Meditaciones.

Como podemos ver, el estoicismo atraía a individuos de una amplia gama de orígenes geográficos y estratos sociales: desde Diógenes de Babilonia en el este hasta Séneca, del sur de España, en el oeste; desde el antiguo esclavo Epicteto hasta el emperador Marco Aurelio; desde los inmigrantes de Oriente Próximo en Atenas hasta los miembros de la corte imperial en Roma. ¿Qué era lo que atraía a tan variopinto conjunto de admiradores?

Quién es John Sellars

♦ Nació en Farnham, Surrey, Reino Unido en 1971. Es profesor de filosofía en Royal Holloway (Universidad de Londres).

♦ Es miembro del Wolfson College de Oxford y uno de los miembros fundadores de Modern Stoicism, una organización sin fines de lucro que investiga y publica información sobre la aplicación de la filosofía estoica a la vida moderna.

♦ Forma parte de la organización de la “Stoic Week”, un evento anual que invita a los participantes a vivir como un estoico durante una semana.

♦ Es autor de Estoicismo: una introducción a la filosofía del arte de vivir (2023); Aristóteles: entendiendo al mejor filósofo del mundo (2022); Lecciones de epicureísmo: el arte de la felicidad (2021); y Lecciones de estoicismo (2021).

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