Dicen que Hester Prynne es la primera y tal vez la mayor de las heroínas de la literatura norteamericana. Y puede que tengan razón. La protagonista principal de la novela La letra escarlata, escrita por Nathaniel Hawthorne en 1850, fue juzgada por desafiar la ley y la religión que, para el caso, en esa época, eran casi lo mismo.
Pleno siglo XVII, en aquella indolente colonia ultra puritana de Boston, la señora Prynne había osado dar a luz a una niña fuera del matrimonio. Pearl, así la llamó, era la prueba del “escándalo”. Imaginen el escenario: terrorífico. Sucede que Hester estaba casada pero su esposo no daba señales de vida desde hacía 2 años. Entonces: ¿de quién era esa criatura? No pienso decirles. Pero lo sé.
Como sea, para esta comunidad tan ortodoxa como hipócrita, la señora Prynne había cometido el peor de los “pecados”: el adulterio. Y sumado a eso se negaba a revelar la identidad del padre.
”¿Y quién es (…) el padre de aquella criatura que la señora Prynne tiene en sus brazos? A decir verdad, amigo, ese asunto continúa siendo un enigma – contestó el lugareño al forastero-. Hester rehúsa revelarlo y los jueces han deliberado largamente en vano. Acaso el culpable esté entre nosotros observando el triste espectáculo (…) olvidando que Dios lo ve”.
Y sí. Qué les digo que el muy cobarde estaba -efectivamente- entre la gente, “aquella mañana de verano, frente al prado de la calle de la Prisión”. Y aunque Dios y María Santísima lo vieran, le daba igual. Revelar su identidad era enterrarse en vida. Y en esa época no daba ni ahí para hacerse el héroe o algo por el estilo. Era más fácil que ella cargara con toda la culpa de ese amor prohibido del cual, como decía Gilda, no se arrepentía en lo más absoluto.
En su vestido, a la altura del corazón, Hester llevaba bordada la letra “A” (de adulterio) como la marca de la vergüenza, que todos debían ver por el resto de su vida. Era de color rojo intenso, como salida del mismo infierno, y formaba parte del castigo que le habían asignado. Pero, como no todo es lo que parece, ese bordado tan bello, realizado por sus propias manos -era la mejor costurera del pueblo- podría significar que aquello que los demás consideraban “pecado”, para Hester no lo fuera. Más bien, lo contrario.
A todo esto, éramos pocos y el marido -que había estado desaparecido durante 2 años- apareció de nuevo en escena, en medio del revuelo pueblerino. Ella lo identificó entre la multitud que se había reunido para abuchearla. Fue así que, una vez de regreso en la cárcel, él decidió visitarla.
Ese día le juró que, aunque ella no le confesara quién era su amante, él se iba a encargar de descubrirlo y vengarse. Y aquí es donde la historia se pone buena: el marido despechado oculta su identidad, haciéndose pasar por médico para poder encontrar y manipular al padre de la pequeña Pearl. Y pensar que lo tenía más cerca de lo que pensaba.
Fueron 7 largos años en que el amante mantuvo el secreto y el falso médico se aseguró de atormentarlo psicológicamente, hasta que al final no pudo más, y la enfermedad y la culpa lo quebraron. Terminó confesándolo todo públicamente, en el mismo lugar donde 7 años antes habían condenado a Hester.
“¡Ustedes que me han amado! (…) Mírenme aquí, el más grande pecador del mundo. Heme aquí, en el mismo sitio donde, hace 7 años, yo debía haber tomado mi puesto junto a esta mujer cuyo brazo me ha ayudado más que mis escasas fuerzas (…) y que en este momento me impiden caer para revolcar mi rostro de vergüenza, por el suelo!”.
Ok. Creo que hasta acá está bien y será todo lo que voy a contarles por hoy. Lo que sigue – quién era el amante, qué pasó con Hester, qué fue de la vida de Pearl, y todo lo demás- deberán averiguarlo por vuestra propia cuenta y les garantizo una lectura fascinante que les va a encantar.
La letra escarlata, reeditada en 2023 por editorial Del Fondo, se publicó por primera vez en 1850 por Ticknor & Fields y fue bestseller. Considerada como una obra maestra de la literatura estadounidense, la novela romántica habla de las consecuencias que tienen nuestros actos y cuestiona fuertemente los valores de una sociedad pacata, anclada en el puritanismo, regida por una doble moral, con la religión, la culpa y el martirio como telón de fondo.
Último dato y me voy: hay una película, de 1995, realizada por Roland Joffé y protagonizada por Demi Moore, Gary Oldman y Robert Duval. Es una adaptación más que libre de la novela de Hawthorne pero, si quieren, veanla. Está bastante bien.
Quién fue Nathaniel Hawthorne
♦ Nació en Salem, Massachusetts, en 1804.
♦ Es considerado uno de los pilares de la literatura norteamericana.
♦ Entre sus obras se destacan Historias dos veces contadas (1837) y las novelas La letra escarlata (1850) y La casa de los siete anillos (1851), entre otras.
♦ En 1839 fue contratado para trabajar como tasador en la Aduana de Boston. Allí encontró los documentos en los cuales se inspiró para escribir La letra escarlata.