El camino de Mary Luz López hacia la escritura inició en un Centro de Atención a Víctimas, en Colombia, donde una psicóloga la alentó a plasmar sus experiencias.
Finalmente, a través de palabras sueltas en hojas y cuadernos, relató su vida, marcada por el desplazamiento, el reclutamiento forzado en las guerrillas, la violencia sexual, el secuestro, y su travesía por el bajo mundo de la prostitución.
De estos ejercicios surgió una dolorosa narrativa que no solo es un testimonio personal, sino una denuncia vigorosa sobre cómo el conflicto armado transformó su existencia y la de muchas mujeres en Colombia.
López pasó de ser “nadie” a convertirse en defensora de derechos humanos. Sus experiencias, más que relatos, son un acto político. Su objetivo es provocar conciencia, llamar la atención sobre temas habitualmente ignorados o silenciados en la sociedad.
A través de su escritura, lucha contra la objetualización de las mujeres en la prostitución, rechazando la noción de que esta sea considerada un trabajo. Además, se alza como voz de aquellas que no pueden hablar, afirmando que la guerra y la prostitución obligaron a muchas a ponerse en unos zapatos que no deseaban calzar.
La historia de Mary Luz López revela una lucha constante por sanar y encontrar su lugar en el mundo. A pesar de haber enfrentado situaciones que hicieron tambalear su identidad, se aferra a la dignidad que se ha labrado para sí misma, encontrando en la escritura un poder sanador.
En las páginas de La guerra me hizo puta, alrededor de 190, bajo el nombre de Malú, la autora busca sensibilizar a los lectores y lectoras sobre las realidades y submundos ocultos en la prostitución, como una consecuencia directa de la violencia que atraviesa Colombia.
En sus propias palabras, Malú explica que escribir este libro fue un proceso catártico. La escritura le permitió transferir el dolor que llevaba consigo al papel, con el propósito de llevar esas realidades a la luz para que otros puedan comprenderlas.
El libro se convierte en un medio para revelar las complejidades y los sufrimientos que las mujeres enfrentan, ofreciendo una mirada íntima y cruda sobre su experiencia.
En octubre de este año, el Partido Comunes, conformado por miembros de las extintas FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), buscaron radicar un proyecto de ley para regular el trabajo sexual, la prostitución en Colombia. La idea de “el trabajo sexual es trabajo”, fue duramente criticada por López, víctima en su momento y sobreviviente de explotación sexual.
“Para mí es revictimizante ver que se esté lanzando, o tratando de que se apruebe un proyecto que me mató en vida, entonces es como una cachetada a mi historia de vida”, señaló López Henao en su momento para el programa Mañanas Blu, de Blu Radio, explicando que llegó a la prostitución como consecuencia del secuestro.
En la entrevista, aseguró que esas experiencias violentas parecen estar siendo desconocidas e ignoradas por el partido político al apoyar el proyecto de ley.
“Es como decirme a mí: no nos importó lo que te pasó ni a ti ni a miles de mujeres”, expresó, y fue enfática al señalar que la prostitución no puede ser romantizada, ya que muchas mujeres han tenido que llegar a ella por la guerra y la violencia.
La guerra me hizo puta no solo es un título provocativo, es una frase que busca arrojar luz sobre las realidades más duras de la vida de Mary Luz López y, por extensión, de muchas mujeres en situaciones similares. Es un llamado a la comprensión, a la empatía y a la conciencia social sobre las secuelas y los entresijos de la violencia en la sociedad.