Publicada por primera vez en 2011, La luz difícil es una de las grandes obras del escritor colombiano Tomás González, una de las voces más destacadas de la literatura latinoamericana en los últimos años.
Si bien su nombre es más conocido a nivel local, González es hoy por hoy uno de los escritores faro de las letras latinoamericanas. No es casualidad que cuando se plantea la posibilidad de que algún escritor de este lado del mundo pueda aspirar al Premio Nobel de Literatura, por Colombia, además de Fernando Vallejo y Juan Gabriel Vásquez, el nombre de Tomás González siempre sea una opción.
Ahora, la editorial Sexto Piso publica una nueva edición de su icónica novela, y con tan solo unas semanas en el mercado español, ya ha deslumbrado a la crítica y a los lectores en general.
La historia gira en torno a David, un hombre de 73 años que se sumerge en lo más hondo de su memoria para recordar un día crucial en su vida: cuando su hijo Jacobo, parapléjico tras un trágico accidente de tráfico, decidió poner fin a su sufrimiento a través de la eutanasia.
Han pasado veinte años desde entonces y, ahora, David, en Nueva York, pasa sus días pintando, mientras el dolor le impide apreciar la belleza de su trabajo.
La narrativa de González en esta novela es delicada y compasiva. Sin duda alguna, un ejercicio de celebración de la vida en toda su luminosidad. En el momento en que David recuerda los eventos que llevaron a la elección de su hijo, sentimos la profundidad de su amor paternal y su deseo de liberar a Jacobo del insoportable dolor que experimenta.
La trama se desarrolla en dos momentos temporales distintos: el presente, en el que David reflexiona sobre su vida pasada, y el pasado, que nos muestra los eventos que llevaron a la decisión de Jacobo. Esta estructura narrativa, que va hacia adelante y atrás en el tiempo, refleja el cambio constante que es inherente a la vida misma. En palabras del propio autor: “Todo en la vida es cuestión de ritmo, porque todo en la vida es cambio, movimiento”.
La escritura de Tomás González es un verdadero placer. Su estilo es ligero y sutil. La novelista Elfriede Jelinek, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2004, ha dicho que leyéndolo tuvo la sensación de que se trataba de un escritor con mucha pureza, “alguien con el potencial de convertirse en un clásico de la literatura latinoamericana”.
En ello no la contradice la crítica, ni el también escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, autor de El ruido de las cosas al caer, quien afirma que desde la publicación de La luz difícil, cuando a González se le etiquetó como “el secreto mejor guardado de la literatura colombiana”, se ha convertido en uno de los novelistas más importantes del país, ganando lectores a cada instante. “Tal vez es hora de llamarlo de manera diferente”, sugiere.
A través de la historia de Jacobo, González nos hace reflexionar sobre la importancia de permitir a las personas tomar decisiones sobre el final de sus vidas cuando enfrentan un sufrimiento insoportable. Este es un tema delicado y controvertido en muchos países, y La luz difícil ofrece una perspectiva profundamente humana sobre el tema.
El reconocimiento internacional de Tomás González como un autor de gran pureza literaria es un testimonio de su talento. El colombiano ha demostrado ser uno de los autores más importantes de nuestra lengua, y esta es, sin duda alguna, una obra maestra de la literatura latinoamericana contemporánea.