“Las estancias de Dzyan es considerado el libro más antiguo de la historia”, dice -¡nada menos!- la contratapa de la edición que hizo recientemente la editorial Aquari. ¿De qué está hablando? De un libro que tiene, sin duda, una larga historia (aunque no es seguro que tanta como allí se pretende).
Las estancias de Dzyan -a veces llamado Libro de Dzyan- formaron la base de La doctrina secreta (1888) de Helena Petrovna Blavatsky, una de las obras fundamentales del movimiento teosófico, corriente ocultista y esotérica creada en 1875. La ciencia rechaza las afirmaciones de Blavatsky por considerarlas más cercanas a la religión que a los principios racionales de las ciencias duras. La primera parte está dedicada a la cosmogénesis, y se compone básicamente de estudios relativos a la evolución del universo, mientras que el volumen II está dedicado a la antropogénesis, el origen y la evolución de la humanidad.
Las estancias... contendría, según la fundadora de La doctrina secreta, registros de toda la evolución de la humanidad, en un idioma desconocido para los filólogos llamado Senzar. La ciencia afirma que estos manuscritos nunca existieron y que, en realidad, fueron redactados por la misma Blavatsky en base a otros textos, tales como las traducciones de H.H. Wilson del libro sagrado hindú Vishnu Purana, la Geología Contemporánea de Alexander Winchell y Atlántida: El mundo antediluviano de Ignatius Donnelly.
Blavatsky afirmaba que el Libro de Dzyan pertenece a antiguos pergaminos de origen tibetano, conocidos como los libros de Kiu-Te, fragmentos de una voluminosa colección de escritos budistas comúnmente llamados los Tantras, escritos a mano sobre una colección de hojas de palma, supuestamente resistentes al agua, al fuego y al aire, gracias a un proceso especial de fabricación.
Blavatsky decía haber contemplado un escrito del Libro de Dzyan cuando estudiaba el saber oculto en el Tíbet. Ella aseguraba que este y otros textos antiguos estaban protegidos de las miradas curiosas por los maestros de una Hermandad Secreta.
Asimismo, Las estancias de Dzyan están relacionadas con el Libro de los preceptos de oro, otra serie de tratados del budismo esotérico. Otros eruditos afirman que Blavatsky tomó parte de las estrofas de Las estancias de Dzyan del Himno de la Creación del antiguo Rig-Veda escrito en sánscrito, y que también pudo haberse inspirado en el Génesis bíblico, el budismo y el taoísmo chinos, la Kabalah judía y otras fuentes esotéricas.
La primera parte de El libro de Dzyan habla de las siete primeras estancias de la evolución cósmica. La cosmogénesis describe el origen del cosmos y todo lo que existe en él, a partir del Principio Único, y su evolución posterior. Hace referencia a un mundo informe sin sonido ni silencio, el no-ser. Según está escrito, el Universo se habría iniciado cuando un rayo fecundó el embrión inicial y los arquitectos del universo crearon formas como la madre-loto, semilla que replica en miniatura a la futura flor del loto.
Según Las estancias de Dzyan, el Universo estaba oculto en el Pensamiento y en el Seno divinos, es decir, ya existía potencialmente en su semilla, y desde allí se engendró el huevo del mundo, el cual desplegó un gran tejido, un gran tul invisible en expansión que consiste en el Universo conocido hoy día por el hombre. Esta cosmogénesis es descrita por Blavatsky como una fertilización de la naturaleza primordial por parte de un Espíritu Universal.
Las estancias de Dzyan es un texto ocultista que intenta explicar el proceso de creación del mundo. En este proceso habría cumplido un papel importante la electricidad cósmica, asociada a la actividad cerebral. El tul del universo, a su vez, reflejaría como en un espejo la energía primitiva, convirtiéndola en el mundo material, una imagen ilusoria que nosotros percibimos como real. Este universo, a su vez, se divide en los mundos de Maya: metal y piedra, plantas, el animal sagrado y Manú, el Pensador, hecho de luces y sombras.
En la segunda parte, se describe el origen y la evolución de la humanidad. La antropogénesis estaría formada por la evolución simultánea de siete grupos humanos en siete puntos diversos del planeta. Cada uno de un color particular que, eventualmente, se llegarían a mezclar. Así es como el texto describe las diversas razas humanas -llamadas Razas Raíz- que han evolucionado en este planeta en el actual ciclo cósmico.
Este libro esotérico también hace referencia al ojo único de nuestro mundo, el ojo que todo lo ve o tercer ojo, denominado por la ciencia como “glándula pineal”. El tercer ojo es un órgano de visión astral, de percepción intuitiva y no racional. Al igual que el budismo y el hinduismo, el movimiento teosófico cree en la rueda de la reencarnación de los cuerpos astrales.
Para Blavatsky, el mismo elenco de almas evoluciona en el teatro de la existencia desde el comienzo del Manvantara (periodo astronómico de medición del tiempo, concebido por el hinduismo) hasta su fin, cuando estas almas alcanzarán la perfección espiritual. Así, la Teosofía adopta el concepto oriental de la transmigración de las almas.
“Las estancias de Dyzan” (Fragmento)
Estancia 1
1. El Lha que dirige al cuarto es servidor de los Lhas de los siete, los que giran, conduciendo sus carros alrededor de su Señor, el ojo único [de nuestro mundo]. Su aliento dio vida a los siete. Dio vida al primero.
2. Dijo la Tierra: «Señor de la Faz Resplandeciente, mi casa está vacía… Envía a tus hijos a poblar esta rueda. Has enviado a tus siete hijos al Señor de la Sabiduría. Siete veces te ve el más próximo; siete veces más él te siente. Has prohibido a tus servidores, los anillos pequeños, recoger tu luz y tu color, interceptar a su paso tu gran munificencia. Envía ahora la misma a tu servidor».
3. Dijo el Señor de la Faz Resplandeciente: «Yo te enviaré un fuego cuando haya comenzado tu obra. Eleva tu voz a otros lokas; acude a tu Padre, el Señor del Loto, en demanda de sus hijos… Tu gente estará bajo el mando de los padres. Tus hombres serán mortales. Los hombres del Señor de la Sabiduría, no los hijos de soma, son inmortales. Cesa en tus quejas. Tus siete pieles están aún sobre ti… Tú no estás preparada. Tus hombres no están preparados».
4. Después de grandes sufrimientos, desechó ella sus tres pieles viejas, se puso las siete pieles nuevas, y se afirmó en la primera.
Quién fue Helena Blavatsky
♦ Nació el 30 de julio de 1831 en la ciudad de Ekaterinoslav, que en ese momento formaba parte del Imperio Ruso y ahora es territorio de Ucrania.
♦ Se casó muy temprano, a la edad de 17 años, con Nikifor Blavatsky, un hombre mucho mayor y más rico que ella. Helena aceptó el matrimonio con la esperanza de independizarse. Pero su relación fue una frustración, en su luna de miel huyó de su marido yendo a Constantinopla (actual Estambul) y comenzando un largo período de viajes por todo el mundo.
♦ En su recorrido se familiarizó con diversas doctrinas religiosas y esotéricas, de las que absorbió diversas enseñanzas para su vida y para apoyar su concepción filosófica del mundo. Estudió con maestros del esoterismo, siempre en busca del crecimiento espiritual y el conocimiento esotérico.
♦ Con el fin de llevar el conocimiento oriental a Occidente, Helena se mudó a los Estados Unidos en 1873 y comenzó una carrera pública que la hizo muy conocida y controvertida. Después de supuestamente mostrar sus poderes psíquicos a muchas personas, ganó un gran número de seguidores y críticos que afirmaban que todo era mentira. La polémica persiste hasta el día de hoy, pero ha hecho que su popularidad aumente aún más, haciéndola conocida como Helena Blavatsky o Madame Blavatsky.
♦ Establecida en los Estados Unidos, Helena Blavatsky se asoció con un amigo de trabajo, Henry Olcott, para fundar la Sociedad Teosófica, en 1875, un núcleo de fraternidad humana sin distinción de credo, raza, sexo, casta o color. También investigó las leyes de la naturaleza, los poderes latentes del hombre y fomentó el estudio de la religión, la filosofía y la ciencia comparadas.
♦ El trabajo de Blavatsky se opuso a la separación entre ciencia y religión y combatió el dogmatismo de las diversas religiones, fomentando la libertad de pensamiento y de investigación. Entre críticas y elogios, su fuerte y controvertida personalidad fue fundamental para la promoción del esoterismo oriental en Occidente, estimulando la creación de varias escuelas esotéricas que se extendieron por todo el mundo hasta nuestros días.
♦ En los últimos años de su vida, Helena se enfermó con frecuencia, pero continuó con sus disertaciones públicas y dirigiendo su Sociedad Teosófica. También se dedicó a una intensa actividad literaria y dejó una serie de importantes artículos y libros, con énfasis en La Doctrina Secreta –su principal obra literaria, síntesis de Historia, Ciencia, Religión y Filosofía–, La Voz del Silencio y Glosario Teosófico.
♦ Helena Blavatsky fue víctima de una grave epidemia de gripe que ocurrió en Londres en 1891. Golpeada por el brote, su estado clínico empeoró mucho debido a la debilidad de salud preexistente. La gripe se asoció con la nefritis y murió rodeada de amigos en 1891.