En el norte de Italia, a orillas del estuario del Po, hay una ciudad que ha sido testigo de los vaivenes de la historia europea, Rávena.
A menudo eclipsada por las luces de las ciudades más grandes y conocidas de Italia, como Roma o Florencia, Rávena es un tesoro cultural que desafía nuestras percepciones convencionales de la Antigüedad y la Edad Media.
La historiadora Judith Herrin nos lleva en un viaje fascinante a través de esta joya histórica, arrojando luz sobre su extraordinaria importancia como centro cultural y político en una época de profundos cambios.
La historia de Rávena se remonta al año 402 d.C., cuando el emperador Honorio, en medio de las amenazas de las tribus invasoras, trasladó la capital romana a esta ciudad. Su estratégica ubicación en el estuario del Po la convirtió en un refugio seguro.
Durante más de tres siglos, Rávena fue un crisol de culturas, atrayendo a eruditos, abogados, doctores, artesanos, cosmólogos y religiosos de diversas procedencias. En sus murallas, las culturas romana, griega y goda se entrelazaron de una manera que desafía nuestras ideas preconcebidas sobre divisiones geográficas y temporales.
Los impresionantes mosaicos de Rávena son uno de sus tesoros más destacados, y todavía se pueden admirar en las iglesias de la ciudad. Estos mosaicos no solo son una expresión artística excepcional, sino también un testimonio de la rica historia de la ciudad.
Sin embargo, a lo largo de los siglos, Rávena también sufrió destrucción y cambios políticos, incluyendo la ocupación de los lombardos en el año 751 y la posterior alianza con los francos.
A pesar de sus contribuciones intelectuales, artísticas y culturales, Rávena rara vez tuvo un papel histórico evidente y decisivo en los agitados siglos que presenciaron la formación de la cristiandad primitiva. Pero según Herrin, los cimientos de la cristiandad occidental se establecieron en esta ciudad, donde eruditos, médicos, abogados, mosaiquistas y comerciantes de diversas culturas forjaron lo que hoy conocemos como la Europa moderna.
Rávena es un testimonio vivo de la riqueza cultural y la interconexión de civilizaciones en una época de transformación. Su historia es un recordatorio de que incluso en lugares aparentemente olvidados, se encuentra un patrimonio cultural que merece ser apreciado y preservado.
La obra de Judith Herrin nos invita a explorar esta ciudad olvidada y a valorar su legado duradero en nuestra comprensión del pasado y el presente. Rávena, con sus mosaicos deslumbrantes y su historia rica y compleja, es una joya cultural que recobra su brillo en el escenario histórico europeo.
Sobre la autora: Judith Herrin
♦ Se licenció en Historia por la Universidad de Cambridge y obtuvo su doctorado en la de Birmingham.
♦ Ha trabajado como arqueóloga de la British School en Atenas, y en la excavación de la mezquita Kalenderhane en Estambul, además de haber sido titular de la biblioteca de investigación Dumbarton Oaks, en Harvard.
♦ Es una reconocida especialista en Bizancio y en la Europa medieval, y autora de obras fundamentales como The Formation of Christendom (1987), Miscelánea medieval (Grijalbo, 2000), Mujeres en púrpura: soberanas del medievo bizantino (Taurus, 2002) o Bizancio (Debate, 2009), sin contar sus numerosos artículos académicos.
♦ Actualmente, es catedrática emérita y profesora titular de Estudios Bizantinos y de la Antigüedad Tardía en el King’s College de Londres.
♦ Entre otras distinciones, recibió en 2000 la Medalla del Colegio de Francia y en 2002, de manos del presidente de la República de Grecia, la Cruz de Oro de Honor, en reconocimiento por su labor de investigación del pasado helenístico. Trabajó durante treinta años en la junta editorial de Past and Present. En 2016 ganó el Heineken Prize for History.