Dolli Irigoyen, antes de ser cocinera, fue maestra rural. Por eso, cuando a través de la tele o las redes sociales cuenta paso a paso sus recetas, lo hace de manera didáctica y detallista al extremo. Explica claro con sus palabras y muestra mejor con sus manos.
Cuando acaba la tarea, levanta la vista y mira inquisidora, seria, a su público / alumnado. Quiere asegurarse de que todos entendieron y podrán, de ahora en más, replicar esa lección (ese plato, esa técnica, ese manjar…) por las suyas.
Dentro del conjunto de docentes, claramente, Dolli puede ser incluida en el subconjunto “maestras exigentes”. Se le nota. Y le gusta que se le note.
Su nombre comenzó a sonar en los años noventa y, en 2000, pegó un salto que la instaló en un lugar diferente: fue la nave insignia del entonces novedoso canal elgourmet, el primero generado en América Latina dedicado las veinticuatro horas a las comidas y bebidas.
En el prime time, cada día, abría su “Cocina de Autor” con la fórmula que repetiría durante muchos años: “Hola… soy Dolli Irigoyen y te estaba esperando”. Si bien ya había aparecido en otros canales (en Canal 7 y Utilísima), la nueva ventana televisiva la haría ser reconocida y solicitada en todas las provincias argentinas y en la mayoría de los países hispanoparlantes.
Y ella fue.
Especie (¿o especia?) de León Gieco culinaria, viajó de Ushuaia a La Quiaca rescatando alimentos autóctonos de cada región y difundiendo productores locales y colegas cocineros de todas las provincias. Por eso Dolli Irigoyen (que aún tiene que lidiar con quienes se empeñan en escribir su nombre con Y como si fuera la famosa oveja clonada) es la gran maestra de la cocina nacional.
En su espacio / búnker ubicado en una estratégica cuadra sin tráfico (milagro en la ciudad de Buenos Aires) Dolli atesora delantales, licores, historias… y libros. Al tener que elegir un ejemplar para recomendar pensando en el armado de una posible biblioteca gastronómica ideal, casi no dudó. Inmediatamente fue a un estante para ubicar uno de los volúmenes publicados bajo el título The River Café Cookbook.
En palabras de Dolli, The River Café es un restaurante que marcó un antes y un después no sólo en la gastronomía de Londres sino que influyó en cocineros de todo el mundo (inclusive argentinos). Dos mujeres, Rose Gray y Ruth Rogers, lo abrieron en 1987 cuando la comida londinense podía calificarse como una de las más aburridas y desabridas de Europa.
Ubicado a orillas del Támesis (llamarlo con su nombre original Thames podría hacernos creer que hasta allí se extendió Palermo…) las dos mujeres captaron la atención por presentar recetas italianas sencillas pero perfectas.
En 1997 The River Café obtuvo una estrella Michelin. Su fama hizo que las grandes figuras del jet set cultural (¿oxímoron?) llegaran hasta el local para probar su famoso risotto de hongos y terminar la famosísima torta Némesis. Cuando, en 2010, falleció Gray, Rogers continuó al frente de este clásico que inspiró la publicación de seis libros con recetas como el que Dolli Irigoyen recomienda en el video.