Cuando la vida parece perder sentido, cuando enfrentamos el duelo, la traición, la soledad o la derrota, buscamos palabras que nos alivien y nos den esperanza. El lenguaje del consuelo, en otro tiempo objeto de estudio para religiosos y filósofos, ha ido desapareciendo del vocabulario moderno.
Desde el siglo XVI, la humanidad ha optado por buscar el alivio en la ciencia, las ideologías y las terapias, relegando a un segundo plano la sabiduría de los textos sagrados. Michael Ignatieff, pensador e historiador canadiense, señala que, en la actualidad, el premio del consuelo es aquel que nadie desea ganar, ya que las culturas obsesionadas con el éxito a menudo pasan por alto el fracaso, la pérdida y la muerte, relegando la consolación a los “perdedores”.
En su libro En busca de consuelo, Ignatieff explora cómo figuras como Dante Alighieri, Albert Camus, Anna Ajmátova, Gustav Mahler o Primo Levi recuperaron la esperanza después de momentos de desamparo. A menudo, encuentra las claves en lugares inesperados, como el fracaso del estoicismo de Cicerón, las noches de insomnio de Marco Aurelio o las ilusiones rotas de Karl y Jenny Marx. Estos grandes pensadores y artistas hallaron el coraje, la fortaleza, la fuerza intelectual y la imaginación necesarios para enfrentar su destino.
Stephen Greenblatt, autor de El giro, afirma que seguir a Ignatieff en su búsqueda de momentos de consuelo en la historia es iluminador, conmovedor y reconfortante al mismo tiempo. Mark Lilla señala que los retratos memorables de figuras históricas que buscan, encuentran o pierden el consuelo nos dejan conscientes de los profundos desafíos y posibilidades que la vida nos presenta. En busca de consuelo nos recuerda que la necesidad de apoyo es atemporal, al igual que las palabras inspiradoras y los ejemplos de quienes recorrieron el camino de la vida antes que nosotros.
Ignatieff describe estas páginas como “un libro que no es de felicidad”, y enfatiza la importancia del consuelo en momentos de pérdida. Para él, se trata de algo que nos sugiere que podemos recuperar la esperanza y continuar adelante. No importa cuán difícil sea la situación, el consuelo nos hace sentir que no estamos solos.
En previas entrevistas, cuando se le pregunta al autor sobre dónde buscar consuelo en una sociedad en crisis, el canadiense menciona que la Iglesia ya no tiene el mismo atractivo que antes. En su libro, explora cómo la Historia y la política también han sido vistos como fuentes de esperanza en el pasado. Sin embargo, ahora existe una creciente desconfianza en estas instituciones para proporcionar consuelo. Ignatieff sugiere que el consuelo individual es posible, pero el consuelo colectivo a través de la política es más difícil de lograr debido a la polarización ideológica.
El optimismo y el populismo
Ignatieff aborda el tema del optimismo en tiempos de crisis y señala que, aunque algunas personas lo ven como una negación de la realidad, en realidad se trata de encontrar soluciones a los problemas. También discute cómo el populismo aprovecha el desencanto y ofrece soluciones simplistas a problemas complejos, como la desigualdad.
Así mismo, destaca la importancia del arte y la filosofía en tiempos difíciles. Menciona cómo el arte puede ofrecer una visión inspiradora de la vida, ya que nos consuela al recordarnos que la vida tiene un significado más profundo, y aborda la pregunta de si el descontento es inevitable en una sociedad materialista. Argumenta que el arte nos hace sentir que debe haber algo más en la vida, y que las cosas materiales nos ofrecen placer pero también necesitamos un sentido de posibilidad.
La pena y la depresión
En las páginas de En busca de consuelo, no todas las formas de infelicidad deben considerarse enfermedades. Perder a alguien que amamos es una experiencia humana normal y no una enfermedad. La sociedad debe comprender la diferencia entre el sufrimiento humano normal y la enfermedad mental.
Con buen tino, Michael Ignatieff nos invita a explorar la búsqueda universal de consuelo en momentos de adversidad. A través de sus reflexiones y entrevistas, nos recuerda la importancia de las palabras y los ejemplos de aquellos que han enfrentado desafíos similares a los nuestros en la historia, instándonos a encontrar consuelo en el arte, la filosofía y la comprensión mutua, recordándonos que, incluso en tiempos difíciles, nunca estamos solos en nuestras luchas.