La filial colombiana del grupo Planeta publicó, bajo su sello Tusquets, cuando aun Juan David Correa era el director literario, un libro que se adentra en las experiencias de diez inmigrantes colombianos en Estados Unidos, un compendio tan esencial como necesario en estos tiempos en que la migración se convierte a veces en un asunto de vida o muerte.
En las cerca de 216 páginas que componen Allende el mar, Osorio capta las voces de estos inmigrantes y nos sumerge en sus vivencias más íntimas, conmovedoras y, en ocasiones, desgarradoras, mientras enfrentan el desafío de adaptarse y prosperar en un entorno nuevo y, a veces, hostil.
En el corazón de estas crónicas, las historias dan voz a temas fundamentales que exploran la condición humana, como la búsqueda del perdón en “El niño que deseaba inmensamente que su padre se muriera”, la dolorosa búsqueda de la identidad en “Las reliquias de la muerte”, el abandono y maltrato hacia las mujeres en “Una inmensa tristeza”, la desesperación en “Ya no hay forma de empezar de nuevo”, y la incansable búsqueda de la justicia en “Que ningún otro viva lo que yo viví”.
El autor caleño permite que sean las voces de sus protagonistas las que figuren en primer plano. Cada voz narrativa es única y convincente, por lo cual consigue sumergir al lector en diez mundos diferentes, diez realidades arraigadas y diez historias cautivadoras, como bien escribió la poeta y ensayista Carmiña Navia.
Osorio narra estas historias en primera persona, y eso, en cuanto estructura, exige diez voces narrativas con particularidades distintas y sus propias visiones de mundo. El libro termina siendo un viaje literario en sí mismo. La diversidad de los protagonistas en Allende el mar es uno de sus mayores triunfos. Cada crónica nos introduce en la vida cotidiana de un inmigrante colombiano en Estados Unidos, revelando sus luchas, sueños y desafíos personales. Así, el libro se convierte en un reflejo de la complejidad de la condición humana en diferentes circunstancias y momentos.
A medida que los lectores avanzamos al interior de estas páginas, es imposible no adentrarnos en la complejidad de los personajes y sus experiencias. Conectamos con sus temores, sus anhelos y recuerdos, con la decisión de abandonar su tierra natal y seguir andando, pese a todo.
Allende el mar es una de esas obras con las que el panorama que creíamos difícil termina siendo aún más complejo. No digo que las historias aquí sean trágicas en exceso, sino que su impacto es altísimo en tanto que se habla de conceptos universales como la lucha, el amor o la resiliencia. Cuando un cronista consigue que sus palabras generen eco, es porque ha entendido las claves y las dimensiones del relato, y el caleño ha sabido hacerlo bien en estos textos.
Sobre el autor: Óscar Osorio
♦ Profesor Titular de la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle.
♦ Doctor en Literaturas Hispánicas y Luso-Brasileras de la Universidad de la Ciudad de New York (CUNY).
♦ Ha publicado los libros: poesía: La balada del sicario y otros infaustos (2002) y Poliafonía (2004); crónica: La mirada de los condenados: la masacre de Diners Club (2003, en coautoría con James Valderrama) y Un largo invierno sin promesas (2016); cuento: Hechicerías (2008), Una porfía forzosa (2012) y La casa anegada (2018); novela: El cronista y el espejo (XXXII Premio Cáceres de Novela Corta, España 2007). Crítica literaria: Historia de una pájara sin alas (2003), Violencia y marginalidad en la literatura hispanoamericana (2005), El narcotráfico en la novela colombiana (2014), El sicario en la novela colombiana (Premio de Ensayo Autores Vallecaucanos Jorge Isaacs, Cali 2015), y Las ruinas del Paraíso (2020).
♦ Fue distinguido con la beca Colfuturo para estudios doctorales y con la beca Fulbright Investigador Visitante Colombiano para escribir crónicas de inmigrantes colombianos en Estados Unidos.