Hay una precuela que vale la pena contar. Sebastián Freire se encontraba montando una muestra de fotos de escritores en la famosa librería porteña, Eterna Cadencia. Allí, mientras se las arreglaba para alinear los marcos, estaba Margo Glantz, tomando un té y observando, no solo cada movimiento del montaje, sino que además cada retrato que logró captar el ojo de Freire. Esa misma colección que encandiló a Glantz, sumada a nuevas fotografías y pensada desde el colectivo Trans.Arch, con el apoyo de la Universidad de Roma Tre, dió lugar a la muestra “La letra argentina”, que se expone hasta el 22 de septiembre en la Casa Argentina en Roma.
Parecen fotos de estrellas del rock, afirma la profesora Camilla Cattarulla, titular en el Departamento de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Roma Tre, pero en realidad la exposición de Sebastián Freire ofrece un recorrido ciertamente significativo, por no decir exhaustivo, de la literatura y la cultura argentinas de los últimos cincuenta años. La catedrática italiana es la curadora de la muestra en Roma, y ha escrito la línea discursiva con la que se presentan, en esta oportunidad, veinte escritores y escritoras de nuestro país.
Las fotos que se exhiben retratan a Beatriz Sarlo, Daniel Link, María Moreno, Ricardo Piglia, Alan Pauls, Mariano López Seoane, Sylvia Molloy, Edgardo Cozarinsky, Aurora Venturini, Camila Sosa Villada, Mariana Enríquez, Ariana Harwicz, Marta Dillon, Albertina Carri, Martín Kohan, Josefina Ludmer, Maitena, Tamara Kamenszain, Gabriela Cabezón Cámara, y Rodolfo Fogwill.
En entrevista con Sebastián Freire, Infobae Leamos, rescató algunos detalles del proceso fotográfico y principalmente el leitmotiv que impulsó concretar esta y sus anteriores muestras.
-¿Cómo nace esta idea, qué podemos encontrar en la muestra?
-Estos retratos muestran gente que conozco y reconozco, pero también gente que se conoce entre sí, que ha compartido lugares de trabajo y lecturas; que está unida por la amistad, la admiración, el amor, el reconocimiento, las discusiones ocasionales o definitivas. Pueden mirarse como puntos de una trama privada y pública, cultural y personal, que compone otro rostro de la literatura en la Argentina
-Es una idea que nace a partir de las muestras anteriores. ¿Cómo lograste esta última?
-Conozco el mundo de las letras desde hace ya muchos años. Luego de trabajar como fotógrafo para editoriales y relacionarme con escritoras y escritores, fui construyendo una serie de retratos que dieron lugar, por ejemplo, a la muestra Qué es un autor, que se presentó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en 2012. También, con el tiempo fueron surgiendo nuevos espacios y nuevas ideas de muestras, en la Fundación PROA, por ejemplo. Todas esas muestras anteriores constituyen hoy La letra argentina, hay un gran trabajo en equipo, no solo el de Camilla Cattarulla en esta ocasión en Roma, también con Trans.Arch que es el grupo de Proyectos de Archivos en Transición, con ellos se generó esta posibilidad de exponer en Italia.
-¿Es tu primera vez en Roma?
-Anteriormente había estado en una exposición en el Parco della Musica. Estuve con una muestra llamada Milongas, eran justamente las fotografías que se publicaron en el libro de Edgardo Cozarinsky, que también forma parte de esta muestra.
-Y volviendo a Eterna Cadencia, Margo Glantz estaba allí casualmente y no dejaba de mirar las fotos ¿Qué crees que le atrajo a ella?
-Que la foto nos muestre un escritor por fuera de su mundo literario.
-Eso es un efecto que se produce en todos los que observamos tu trabajo
-Es que cada uno y cada una fueron retratadas en distintos momentos, y como tal no hay una línea específica, son tomadas desde otra óptica.
-¿Y dónde crees que recae la clave?
-Suelo, mientras trabajamos en las fotos, hablar de temas de la vida que van por fuera del aspecto literario. No hablamos de lo que están escribiendo ahora, sino de otros placeres, de cosas que pasan en la diaria, y en ese momento sale a luz mucho material. Aurora Venturini es un ejemplo de ello, una señora, con toda su historia artística vinculada a la historia política, en su casa en La Plata, bajo un techo de chapa verde que crea una situación muy familiar, muy de hogar. Y por otro lado está Mariana Enríquez, la chica Tim Burton digo yo, con ese tres cuartos perfil que la muestra tal cual es, toda una fuerza creativa, y con ella nos conocemos desde hace mucho tiempo.
La muestra se completa con la presencia de libros de los autores en español y en italiano, que pueden ser consultados y leídos por el público visitante en la Sala Lola Mora de la Casa Argentina en Roma. En este sentido, Cattarulla comenta que resulta aún más significativo el hecho de que la gran mayoría de los autores retratados también han sido publicados en Italia, sobre todo gracias a un programa de apoyo económico para las traducciones de obras nacionales a todos los idiomas del mundo, el PROSUR, lanzado en 2009 por la Cancillería argentina, y que sigue activo en la actualidad.
La bondad del programa -continúa la curadora- radica precisamente en que ha permitido revitalizar el interés editorial italiano por la realidad latinoamericana, y en el caso específico de Argentina, presentando obras no necesariamente relacionadas con esos estereotipos colectivos e imágenes engañosas que quizás ya habían saturado el interés del público.
-Sebastián, fotografiaste decenas de escritores y escritoras argentinas, incluso tus trabajos también ilustran las portadas de libros que se editan en el exterior, como es el caso de Black out de María Moreno. ¿Te hubiese gustado fotografiar a alguien de las letras de otras generaciones?
-Sin duda, me hubiera gustado hacerle fotos a María Elena Walsh.
La muestra podrá visitarse en la Casa Argentina en Roma, sede cultural de la Embajada de nuestro país en Italia. Una muestra que invita a repensar, a conocer y a leer desde otro aspecto a los y las escritoras que tanto nos fascinan. En suma, los autores y autoras retratadas por Sebastián Freire también dan cuenta de un nuevo impulso que impregna la realidad literaria argentina contemporánea.