En el año 2012, el renombrado artista colombiano Fernando Botero donó las obras de su serie “Vía Crucis” al Museo de Antioquia, en Medellín. Esta serie de 61 pinturas y dibujos, que plasmaba escenas bíblicas a partir de su particular visión del arte, se convirtió en un tesoro artístico que con el tiempo quedaría inmortalizado en las páginas de un libro de lujo que a día de hoy sigue siendo uno de los más costosos de un artista nacido en este lado del mundo.
El libro, titulado al igual que la serie, es un testimonio de la habilidad de Botero para enlazar la historia del arte con su propia memoria artística, y un tributo a su contribución a la cultura y el arte. El proyecto requirió cuatro años de esfuerzo y colaboración, y culminó en la creación de una edición limitada de 2.998 ejemplares, de los cuales 200 llevan la firma del pintor. La obra se valorizó en su momento en 8.000 euros, más otros 4.500 si incluía la firma del artista. Ahora, tras su muerte, se estima que llegue a valer alrededor de 20.000 euros.
El artista, que celebró sus 91 años en abril de 2023, quiso que esta serie tan especial se inmortalizara en un formato impreso para que pudiera ser apreciada por las generaciones futuras. Macarena de Eguilior, directora editorial de Artika, el sello del grupo Planeta destinado a la publicación de libros de arte, compartió cómo el propio Botero estuvo profundamente involucrado en cada etapa del proceso editorial. Desde la aprobación de pruebas de color hasta el diseño del estuche que alojaría los libros, Botero supervisó minuciosamente cada detalle.
El resultado es un conjunto de dos libros que complementan la experiencia del lector. El primero, un libro de arte, que contiene reproducciones exactas de los 34 dibujos de la serie, preservando la meticulosidad del trazo y la profundidad de las imágenes originales. El segundo, un libro de estudio, que ofrece una visión más profunda de la serie, con imágenes de los óleos y ensayos escritos por expertos como Federico Mayor Zaragoza, María del Rosario Escobar, David Ebony y Camilo Castaño. Estos ensayos arrojan luz sobre las influencias de Botero y su interpretación única de la religión y la realidad moderna.
El título de Vía Crucis evoca connotaciones religiosas, pero en el caso de Botero, esta serie va más allá de una simple procesión de Semana Santa. Cada obra es una expresión de su estilo distintivo, conocido como “boterismo”. Las escenas bíblicas se entrelazan con su característica voluptuosidad, y el resultado es una exploración de la historia del arte desde una perspectiva latinoamericana.
Camilo Castaño, curador del Museo de Antioquia, señala cómo Botero se sumerge en la pintura europea desde el año 1200 hasta el Barroco, rindiendo homenaje a maestros renacentistas como Giotto, Piero della Francesca, Miguel Ángel y Velázquez. Cada obra de la serie es una oportunidad para estudiar los colores, las formas, las perspectivas y los referentes, la pasión más grande de Botero.
La serie “Vía Crucis” es una muestra de la profunda conexión de Botero con la historia del arte y su deseo de reinterpretarla desde su perspectiva única. A pesar de su temática religiosa, la serie presenta elementos contemporáneos y una crítica social sutil. El libro es una oportunidad única para explorar esta serie en detalle. La edición de lujo incluye un estuche con un óleo inédito impreso sobre tela de lienzo, el único que Botero conservó en su colección personal. Los libros están unidos con tres puntos de goma y contienen láminas acompañadas de citas bíblicas impresas en papel semitransparente rojo. El marco lateral del estuche lleva la firma en relieve del artista y es extraíble.