“Lo único que me pagó la poesía es una tanga / una tanga de cuerina y microtul”. La primera vez que escuché un poema de Valentín Etchegaray fue en un sótano del centro porteño, uno de esos antros impredecibles en los que la mezcla de oscuridad, soltura y humedad es el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de las criaturas -y las fiestas- más extrañas y salvajes.
Esa noche, el Puticlú hospedaba la presentación de Todxs putxs, la reedición aumentada de un libro de culto escrito por el poeta argentino Esteban García y publicado en 1999 por Belleza y Felicidad, editorial, regalería y nave cultural fundada por Fernanda Laguna y Cecilia Pavón. Entre las paredes transpiradas y el suelo pegajoso de cerveza volcada no cabía un alfiler: ya se había puesto el sol y los seres mágicos del bosque, convocados por el encantamiento de la poesía, pululaban a sus anchas.
Cuando Valentín -porque llamarlo Etchegaray, como mandan las reglas del periodismo, podría sonar algo afectado si se tiene en cuenta que nació en 2002- empezó a recitar su poema de “la tanga de cuerina y microtul”, me invadió la risa, algo que, en mi libreta, es equivalente a calidad. Las carcajadas precipitadas no me permitieron escuchar el poema completo, pero no importó. Supe, desde ese momento, que ahí había algo.
Ese poema ahora forma parte de Debut, su primer libro (editado por Socios Fundadores), que se presenta hoy, 15 de septiembre, en Ohno Galería (25 de mayo 476, piso 9, CABA), y que llegará a librerías a partir de octubre. La presentación estará a cargo de Cecilia Pavón -Valentín asistió a sus talleres y participó de la antología Ritual de amor, dirigida por la poeta- y Lucas Olarte, uno de los dueños del mencionado Puticlú, que también publicó su debut, Diablada, en la misma editorial.
Debut es una especie de fábula queer en la que se hibridan lo natural y lo artificial, el verde inconmensurable del campo con el asfalto hirviente de la ciudad: “dormí muy bien / 12 horas de sueño ininterrumpido / la mañana es tan suave / y hay tantos pájaros que suenan / como sintetizadores”.
Como si abriera las puertas de un paraíso negado -o, más bien, como si cavara un pozo por debajo de una cerca que no puede saltar-, Valentín construye en sus poemas un jardín del Edén en el que lo utópico convive con lo tóxico y en donde todo lo que brilla es oro, desde el pis hasta la cerveza y, claro, el sol: la palabra que, junto a “cielo”, más se repite en las 58 páginas de Debut.
“Dios elige a algunos / para que vivamos cosas distintas de los otros”, escribe en un poema en el que habla sobre una “luz homosexual” que le permite “reconocer a los iluminados”. Esa luz toma cualquier forma, lo sigue a todas partes y hasta le llueve encima. La encuentra -o la luz lo encuentra a él- en los lugares más insólitos: “el sol que baña al 71 los lunes a la 8 de la mañana / las balizas del patrullero estacionado en la comisaría / el reflector que iluminó a Amanda Miguel / cantando Así no te amará jamás en 1981″.
¿Pero qué sería de la luz sin una superficie -no siempre lisa ni blanca, rara vez exenta de rugosidades- que la refleje, amplifique y hasta deforme su magia? Una relación, al fin y al cabo, similar a aquella que se da entre la vida y la poesía, en la que no siempre es tan fácil distinguir quién ilumina a quién, cuál es el Sol y cuál, la Luna.
Escribe Valentín Etchegaray al final de su Debut (porque la poesía, como los mejores libros, series y películas, difícilmente pueda spoilearse): “no pierdo la fe / y pienso que un nuevo período comienza en mi vida / que es el de ser yo / ser yo es ir flotando y también arrastrarme / flotar y arrastrarme a la vez / me olvido de la mente y de todo / soy prisionera de mis propias creaciones / y mi vida es mi mejor poema”.
“Debut” (fragmento)
mi nombre está a una letra de ser valentía
pero a más de ser valiente
a veces me gustaría
llamarme Dante
y estar a dos letras de ser antes
o llamarme Amado
y estar a ninguna
mi nombre favorito es Félix
no porque esté a una de ser feliz
si no porque está a tres de ser fe
***
camino con la gorra que dice Gay Dreams Do Come True
hasta el centro del parque
mientras tanto
siento crecer mi bigote
las copas de los árboles están tupidas como nunca
y parecen brócolis
los bancos verdes crujen
hay tipos meando y tomando cerveza
hay cerveza en todas partes
en latas, botellas, fuentes y ríos
los tipos mean formando pequeñas cascadas enérgicas
como si el líquido no se digiriera en sus cuerpos
el meo que despiden es tan dorado como la cerveza que toman
todo lo que brilla es oro
un chico con cara de Rubén
empieza a transformarse en perro
corre una pelota y al llegar a ella
ya tiene cuatro patas y un pelaje blanco y negro
tanto los chicos sentados en la fuente
como los acostados en el césped
se desperezan al ver al chico perro
y cuando se descuidan, sus cuerpos también se tornan caninos
ahora el parque está lleno de perros que fueron hombres
y los perros que había antes
ahora son pibes en slip
corriendo a vestirse
detrás de los troncos
***
11 de abril: lo único que me pagó la poesía es una tanga
una tanga de cuerina y microtul
que compré al otro día de leer en un evento
la tanga adelante es de cuerina
y atrás de microtul
la tanga la usé dos veces
nada más
porque tiene un encantamiento
cada vez que me la pongo
termino besando a algún chico hermoso
quizás es porque me queda bien
quizás es porque está encantada
para que no pierda el encantamiento, la escondo
y encontré el mejor escondite de todos
la guardo entre mis libros
a ellos parece gustarles la cuerina y el microtul
además, siempre llevo algún libro en la mochila
entonces la tanga va conmigo a todos lados
las dos veces que la usé
dormí con la tanga puesta
pero nunca en mi casa,
porque eso rompería el encantamiento de la tanga
la primera fue en casa de mi abuela
y la segunda en lo del chico que me gusta
el chico que me gusta es producto del encantamiento
si no no se hubiera fijado en mí
me besó la segunda noche que yo usaba la tanga
y cuando vio adentro del cubículo de un baño que la tenía puesta
me dijo ah bueno
y yo sonreí porque sabía que él ya era parte del encantamiento
después nos fuimos a su casa y extasiado dejé medio cuerpo en su cama
y no me importó si la tanga tenía algo que ver
una semana después volví a su casa
y me propuso dejarla ahí
yo sabía que esas palabras no las decía él
las decía la tanga de cuerina y microtul
me había ofrecido una promesa de volver a ver a ese chico hermoso
algo a lo que anclar un próximo encuentro
entonces accedí
y cuando volví a mi casa me di cuenta de que me había enamorado
el problema es que ahora no manejo más el poder
y ahora él puede encantar a quien quiera y yo me vuelvo uno del montón
quizás incluso ya soy yo el encantado
pero bueno,
pensándolo bien no le hubiera dejado la tanga a nadie que no sea él
y no hubiera querido que la poesía me pague nada que no sea
una tanga de cuerina y microtul
cuando de chiquito
empecé a escuchar Julieta Venegas me obsesioné con ella
mami poné julieta venega porfas
cuando de chiquito decía mucho porfas
y no sabía que venegas llevaba s final
en mi casa teníamos 4 discos suyos
y cuando viajábamos en auto
yo los pedía por el color de sus tapas
que el verde que el rosa que el blanco y marrón o que el arcoiris
mis papás compraron tickets para su recital
fuimos y nos sentamos en la última fila
porque no había mucha plata en mi casa
yo me dormí pero ellos me dijeron que estuvo genial
no me acuerdo bien pero creo que ese día soñé con ella
no era amor romántico, sino más bien amor
hacia una hermana mayor
y yo era hijo único
luego nos chocaron con mi mamá embarazada
y el auto se destrozó y hubo que venderlo
dejé de viajar en auto y escuchar a julieta venegas sobre ruedas
pero por suerte había ahorrado
y ahora tenía un mp3
***
estoy viviendo debajo de la luz homosexual
una luz que toma cualquier forma
y que me ilumina a mí
y a las cosas que veo
me sigue como una nube
e incluso a veces me llueve encima
algunos casos puntuales que recuerdo de ella son
el sol que baña al 71 los lunes a la 8 de la mañana
las balizas del patrullero estacionado en la comisaría
el reflector que iluminó a Amanda Miguel
cantando Así no te amará jamás en 1981
en las fiestas
si buscás bien entre las luces de colores
hay un color que es el homosexual
y que brilla sobre todos intermitentemente
quizás me toque ser homosexual intermitentemente
pero voy al baño y la luz del baño también es homosexual
si pudiera salir de ella seguro me enamoraría
de la primera chica que me cruzara
y dejaría de ver a la luz como tal
para empezar a verla como cualquier otro fenómeno natural
en la pileta veo que hay chicos que brillan más que otros
creo poder reconocer a los iluminados
no sólo se trata del bronceado
hay algo en la postura y en la expresión de la cara
Dios elige a algunos
para que vivamos cosas distintas de los otros
nadamos una hora y media con los chicos
y ahora volvemos en el colectivo
hace un día radiante, seco y abrasador
pero por suerte nosotros tenemos el pelo mojado
nuestra piel brilla como la de los vampiros al sol
Dios eligió esto para mí
Quién es Valentín Etchegaray
♦ Nació en Buenos Aires, Argentina, en 2002.
♦ Es poeta, traductor y actualmente estudia la Licenciatura en Letras en la Universidad de Buenos Aires.
♦ Sus poemas aparecieron en revistas, compilaciones y publicaciones independientes como Ritual de amor, compilado por Cecilia Pavón, Todxs putxs, una reedición, de Esteban García, y Ruge el bosque.
♦ Tradujo al español The Evita Diaries, los diarios de Madonna durante la grabación de la película Evita en Argentina.
♦ Debut es su primer libro.