Abrimos el libro y de entrada, hay un epígrafe, seguido del prólogo que nos pone en situación. Estamos en los años 90 y Bruno, el personaje con el que avanzamos por esta historia, regresa a la casa de su madre en el barrio Amelia, después de un tiempo afuera. Divorciado, desempleado y desencantado de la vida, se refugia en el lugar en el que creció, con la idea de que debe empezar de nuevo, pero él no quiere. Va a la biblioteca y pide el periódico del día para encontrar algún empleo, pero realmente no quiere encontrar ninguno. La cotidianidad de aquel sitio comienza a consumirlo y con la excusa de hacer algo completamente distinto, se aventura a indagar en la desaparición de una adolescente que tuvo lugar más de 20 años atrás.
Dedicado como nunca antes a ninguna otra cosa, Bruno comienza a reconstruir el registro de la vida de los habitantes del barrio. A estas asistimos con curiosidad lectora, a historias de personajes anónimos cuyas vidas se entrelazan en el caos de este lugar donde todo era de una manera antes de que él se fuera y ahora es algo completamente distinto.
Ganadora del Premio José Saramago en 2015 y publicada por primera vez en 2013, Las primeras cosas fue la novela que catapultó al escritor Bruno Vieira Amaral al escenario literario internacional. Traducida al español por el también escritor Juan Fernando Merino y publicada en Colombia por Panamericana Editorial diez años después de su salida original, es una de las obras más interesantes de la literatura lusa contemporánea.
La estructura narrativa, con capítulos cortos que por momentos le dan la sensación al lector de que está leyendo una colección de cuentos y no una novela, permiten a quien se refugia en estas páginas explorar el barrio de Amelia desde múltiples perspectivas y descubrir las historias de sus habitantes. Aquí nos encontramos con un poco de todo, desde infidelidades dolorosas hasta asesinatos misteriosos.
La escritura de Amaral en esta obra es pintoresca y anecdótica, y es tan vívida su prosa que casi que podemos caminar las calles de este barrio, como si fuéramos un personaje más de las historias. Cada nuevo pasaje sugiere un encuentro con nosotros mismos. Así de íntima llega a ser la propuesta del portugués.
Bruno Vieira Amaral creció en la Margen Sur del río Tajo, un mundo aparte de la sofisticada Lisboa. Este contexto geográfico y social ha influido profundamente en su mirada como escritor. Amaral vivió la diversidad cultural y las complejas identidades que surgieron después del Gran Retorno de las colonias portuguesas en 1974. Para él, escribe Tereixa Constenla en Babelia, la Margen Sur fue un laboratorio de nuevas narrativas, un lugar donde las historias de vida se entrelazan con la rica herencia africana, la religión y las luchas cotidianas por la supervivencia.
Su experiencia como Testigo de Jehová, relata la periodista, también dejó una huella profunda en su sensibilidad. La religión, con su idea del Armagedón y la condenación eterna, le proporcionó una visión única del mundo y una sensación constante de estar en minoría, de ser un forastero. Esta perspectiva influyó en su forma de mirar el mundo y en su escritura, que se caracteriza por una profunda curiosidad por la creencia, su utilidad social y la génesis de movimientos religiosos.
Amaral representa una generación híbrida de portugueses que no son completamente europeos ni completamente africanos, pero que llevan consigo la herencia africana y las complejidades culturales de su infancia. Su escritura refleja esta diversidad y su obra se ha convertido en un testimonio auténtico de la realidad contemporánea de Portugal.
En 2016, el autor fue considerado una de las Diez Nuevas Voces de Europa, por un jurado designado por la red European Literatura Across Frontiers. Hoy por hoy, se desempeña como Director Asociado de la revista literaria LER y es columnista del semanario Expresso. Su segunda novela, Hoje estarás comigo no paraíso, publicada en 2017, fue galardonada con el Premio Tabula Rasa a la mejor obra de ficción y obtuvo el segundo lugar en el Premio Océanos, en 2018.
Junto a autores como Afonso Cruz, José Luís Peixoto y Gonçalo M. Tavares, Bruno Vieira Amaral es uno de los escritores de mayor presente entre las voces de su generación, y una puerta de entrada a la nueva literatura portuguesa.