“La casita está sobre una loma guijarreña. Techo de anca y paredes sin encalar. Sobre la pared, a dos colores, junto a la puerta de entrada, un hombre: El lucerito.
El solar, sin lindes ni heredad cercana. Un atajadizo de cañas para torcer el rumbo de las corrientes invernizas. Redes tendidas al aire. Una lata con brea. Andando por todos lados, un cerdo gordísimo, que barre, con la cogullada, cáscaras de yuca, zuros, ventallas de legumbres, barro y lodo”.
Así inicia el relato de la escritora colombiana Amira de la Rosa, una voz que casi se queda en el olvido y que retrató la violencia hacia las mujeres de su época y su región, la portuaria Barranquilla.
Este fue el único libro que publicó en vida, en una edición pequeña que no superó los 300 ejemplares y que envió a la imprenta en el año de 1941. Sin mayor pretensión, los libros fueron repartidos a sus amigos y conocidos del entorno literario. Más de 60 años después, entre el 2006 y 2007, se editaron dos tomos bajo el título Obra reunida, donde aparece gran parte de su producción literaria.
Marsolaire se posicionó como una de sus obras más importantes y, de hecho, muchos expertos reclamaron su ausencia dentro del canon de la literatura colombiana. Entre ellos, Ramón Vinyes, escritor y cronista español, dirá sobre la obra que:
“...es un modelo de prosa, elaborada con claridad… Podría leerse en la oscuridad, tanto su prosa está mezclada con sol tropical y con todos los colores que ese sol desvela y agudiza… Qué prosa candente, sensual, panal… se sale de ella embriagado”.
“Marsolaire”, de Amira de la Rosa
Amira de la Rosa nos ubica en Puerto Colombia, en ese entonces una aldea de pescadores que tras experimentar sus mejores momentos vivió un declive comercial agudo, casi un lugar que agoniza, en decadencia.
«Puerto sin barcos ni trajinería. Ya esto no es más que mar, sol, aire. Debería llamarse Marsolaire. Así, todo unido, como nombre de mujer».
En este lugar, en una casa humilde, vive una pareja: Candelaria, conocida por todos como ‘la niña Cande’, y su esposo, el pescador Desiderio. El fruto de su unión es una adolescente llamada María Julia. Los días para ellos pasan sin mayor afán que el de las necesidades suplidas cada día.
Sin embargo, un día irá a visitarlos desde Bogotá, el padrino de la joven, Gabriel Méndez Olaya, un hombre que pasa los cuarenta y cinco años, y quien, aun manteniendo una conversación con los padres, no deja de mirar a María Julia. Su actuar no es menor, parece sentirse atraído por ella y no escatima en “halagos”, a los que suma palabras incómodas y promesas de regalos.
Con obsesión, Gabriel vuelve a visitar a la familia pasados apenas unos días. Encuentra a María Julia enferma. Su madre ha decidido ir a buscar a un médico, mientras su padre pesca, por lo que la joven queda al cuidado de su hermano, quien olvida el dictado de su madre de no descuidarla y ha salido a volar cometa.
Este es el momento que Gabriel aprovecha para acercarse a María Julia, quien reposa en la cama, mientras el hombre se acerca e inicia un diálogo lleno de sugerencias que se mezcla con la inocencia de la joven y las intenciones secretas del padrino.
Un acto de violencia está a punto de suceder y de su vientre nacerá el recordatorio de un pecado, Marsolaire, que no la convierte en víctima, sino en un lugar oscuro al que todos señalarán. Nunca supo lo que ocurrió, ni siquiera estuvo cerca de imaginar la acción como violenta. Era presa de su inocencia y más tarde cómplice de su propio abuso.
En estas páginas, con una cruda narración quedó registrado en el cuerpo de María Julia la violencia ejercida contra mujeres y niñas, una escena que, aunque concierne al Caribe, se observa con horror en otras regiones a través de feminicidios, abusos sexuales, maltrato psicológico, prostitución, acoso y humillación.
Sobre la autora: Amira de la Rosa
♦ Su nombre completo y de soltera era Amira Hortensia Arrieta MacGregor.
♦ Nació en Barranquilla, Colombia, el 7 de enero del año 1900.
♦ Se graduó como normalista y fundó un colegio con sus hermanas.
♦ Estudio periodismo.
♦ Se interesó por la narrativa, el cuento y la dramaturgia.
♦ Autora del himno de la ciudad de Barranquilla, en Colombia.
♦ Algunas de sus obras reúnen en poesías, cuentos y obras de teatro como: Los hijos de ella, El ausente, Solitos en Miramar, La angustia del barco amarrado, El triunfo del amor, Poemas de maternidad, Geografía iluminada, La luna con parasol, Lecturas para niños