Las revelaciones de “Tata” Yofre sobre el golpe a Allende: “Más del 50% de la población no quería un Chile comunista”

El periodista publica documentos inéditos en su nuevo libro, “Los secretos diplomáticos sobre el gobierno de Salvador Allende - Cronología documentada de una tragedia”, que puede descargarse gratis de Bajalibros.

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Apenas unos días antes de que se cumplan este 11 de septiembre 50 años del golpe de Estado en Chile, un nuevo libro de Juan Bautista “Tata” Yofre, Los secretos diplomáticos sobre el gobierno de Salvador Allende - Cronología documentada de una tragedia, muestra con detalles inéditos y documentos exclusivos los años de vértigo y los cambios profundos que vivió el país vecino con el ascenso y la caída del proyecto de la Unidad Popular, en 1973. El libro, editado por el sello Leamos, puede descargarse gratis desde Bajalibros.

Con el rigor que caracteriza a sus libros, Yofre revela aquí documentos “secretos” y “reservados” del gobierno argentino, generados en ámbitos diplomáticos, así como conversaciones clave para entender el proceso que llevó a Allende a la presidencia, al frente de la Unidad Popular, en aquel intento por socializar un país dividido, los tres años de ese gobierno y el sangriento golpe liderado por Augusto Pinochet.

En este libro, Yofre reúne los dichos de diplomáticos extranjeros que “vivían, observaban y escuchaban de los actores chilenos de la época”, refleja la visión que tenía el Gobierno de los Estados Unidos -que consideraba inaceptable el gobierno de la Unidad Popular-, revela cómo los informes que recibía el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile eran copiados por un “topo” y enviados a adversarios políticos, y da cuenta de la postura de Juan Domingo Perón sobre el gobierno de Allende y su posterior caída.

En diálogo con Infobae Leamos, Yofre habló sobre Los secretos diplomáticos sobre el gobierno de Salvador Allende.

Salvador Allende se dirige a la multitud en la ciudad de Santiago.
Salvador Allende se dirige a la multitud en la ciudad de Santiago.

- A 50 años de la caída de Salvador Allende en Chile, ¿por qué considerás que falló el intento socializador de la Unidad Popular?

- Primero porque más del 50 por ciento de la población no quería un proceso socializante ni comunista para Chile. Para confirmarlo no hay nada más que ver los resultados de la elección presidencial de 1970 (Allende ganó con el 36,4%) y la famosa definición del mismo Allende al pensador francés Regis Debray: “Yo no soy el Presidente del Partido Socialista; yo soy el Presidente de la Unidad Popular. Tampoco soy el Presidente de todos los chilenos. No soy el hipócrita que lo dice, no. Yo no soy el Presidente de todos los chilenos”. Luego, para lograr acceder al gobierno, tuvo que dar garantías al pleno del Congreso de que no iba a violar la institucionalidad y el sistema democrático. Pues bien, en varias ocasiones violó la Constitución a través de “los resquicios legales” y otras maniobras hasta que, al final, a través del “Acuerdo de la Cámara de Diputados sobre el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República”, firmado por su titular, Luis Pareto González, fue declarado fuera de la ley por quebrar gravemente la Constitución. El dictamen le fue remitido a Allende el 23 de agosto de 1973.

- ¿Qué significó la experiencia de Allende en América y particularmente en nuestro país?

- Para la América Latina de aquel entonces, con la Guerra Fría en pleno desarrollo, el acceso al poder de la Unidad Popular resultó un llamativo toque de atención. Sin la violencia cubana de 1959, el comunismo podía hacerse cargo del poder poniendo en serio riesgo la convivencia de los países estableciendo a la vista de todos un sistema castrista que la mayoría no deseaba.

- ¿Cómo fue la relación del líder de la Unidad Popular con el Justicialismo? ¿Perón lo veía como una amenaza?

- Para ser realista hay dos Perón. El del exilio, el que le escribió una carta a Allende felicitándolo por su victoria electoral. Es el líder político más importante de la Argentina buscando volver al poder con el mayor apoyo de la población. Es el que le dice en privado al coronel Juan Francisco “Tito” Guevara en 1972: “Yo, claro, voy a volver al Poder y tengo dos caminos: las urnas o las armas. Pero para llegar a las urnas yo necesito que me voten todos, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda y (por el momento) yo no puedo dar un documento político u opinión de doctrina (sobre lo que ocurre en la Argentina) porque voy a perder votos. Ahora, eso sí, cuando llegue al gobierno ahí llegará el enfrentamiento (con la subversión marxista), pero yo desde el gobierno”.

Augusto Pinochet encabezó el derrocamiento de Salvador Allende. FRANCISCO ARIAS / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO
Augusto Pinochet encabezó el derrocamiento de Salvador Allende. FRANCISCO ARIAS / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

- ¿Y el otro?

- El otro Perón es el teniente general del Ejército Argentino que vuelve para poner orden interno y a resguardar las fronteras de su país. Es el que al día siguiente de su victoria electoral, en septiembre de 1973, como presidente electo, manda un enviado especial a dar su solidaridad y ayuda a la Junta Militar que presidía el general Augusto Pinochet. Para decir todo esto cuento con dos pruebas: el testimonio grabado de la conversación de “Tito” Guevara con Perón en Madrid y el Acta de la Junta Militar chilena.

- ¿Cuál fue la relación de Allende con Cuba y qué consejos recibió de Fidel Castro?

- Al asumir la presidencia, Salvador Allende restableció las relaciones en todos los órdenes con Cuba y recibió consejos de Fidel Castro antes y después de llegar a La Moneda. Entre otros, le dijo que mantuviera a la industria del cobre dentro del “área del dólar” y que no diera “una imagen revolucionaria”. Como vemos, todos engaños: Allende estatizó la industria del cobre sin ningún reparo e indemnización para los inversores y daba una imagen “moderada”, mientras que fuertes corrientes de la Unidad Popular (el partido que él presidía) intentaban “cubanizar” a Chile. Por cierto, no hay que olvidar que Allende fue titular de la “Organización Latinoamericana de Solidaridad” (OLAS), una creación castrista para subvertir al continente dirigida desde La Habana.

- ¿Cómo fue la misión del embajador argentino Gallac en ese país?

- Cuando Javier Teodoro Gallac llegó a Chile como embajador ya era uno de los diplomáticos de la primera línea del Palacio San Martín y su destino en Santiago era y es uno de los cargos más relevantes de la diplomacia argentina. Su gestión no la debo calificar. Tan solo pongo sobre la mesa sus informes, su gestión económica y su acceso a los más importantes dirigentes chilenos de la época.

- ¿Cómo consiguió que avance su propuesta de la mediación por el Beagle?

- Cuando Gallac llegó a Chile “la cuestión del Beagle” era un tema que interesaba y preocupaba a la dirigencia trasandina. Gallac llegó designado por el presidente de facto Juan Carlos Onganía, que habló del tema con su colega Eduardo Frei Montalva. Luego, con la asunción de Roberto Marcelo Levingston, el diálogo continuó de manera telefónica con Salvador Allende y el “acuerdo arbitral”, aprobado por las Fuerzas Armadas y los técnicos de la Cancillería argentina, fue firmado en la cumbre de Salta de 1971, entre el presidente de facto Alejandro Lanusse y Salvador Allende. Allí se resolvió que en lugar de ser la corona británica el “árbitro” (el que debería fijar sentencia), se designara a una “Corte Arbitral” integrada por miembros de la Corte Internacional de Justicia. De todas maneras, no trato la cuestión del Beagle con intensidad en este libro que sólo se ocupa del gobierno de la Unidad Popular.

- ¿Cómo participó Estados Unidos en la caída de Allende?

- El gobierno de Richard Nixon colaboró de todas formas con el derrumbe de Salvador Allende. No es una novedad. El propio gobierno estadounidense desclasificó los documentos, las pruebas de su injerencia. Lo hizo a través de presiones económicas y arrebatos políticos de todo tipo. Ya nada es secreto y es muy poco lo que se desconoce. Lo único que no hizo fue mandar 250.000 soldados con 2.500 tanques para invadir Chile, como fue el caso de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia con Checoslovaquia en 1968.

- ¿Qué actitud tomó Perón con la llegada de Pinochet?

- El Perón que llega definitivamente viene a poner “orden”, es decir, a terminar con el caos del gobierno de Héctor Cámpora, la infiltración castro-comunista en su movimiento y los años de peleas políticas y decadencia. Llega con la adhesión y comprensión de la mayoría de la dirigencia argentina y las Fuerzas Armadas. Llega también con amplios apoyos y compromisos extranjeros. Sabía que Chile era un santuario para la subversión argentina, como lo conocía Brasil. Quizá la mejor respuesta surge de la propia voz de Perón a una persona que lo acompañaba el 20 de junio de 1973 en su vuelo de retorno: “No se crea todo lo que se dice, de que el pueblo me trae. El que quiere que yo vuelva es Estados Unidos para terminar con el comunismo en América Latina. No vuelvo a encabezar un golpe militar, voy a ser Presidente de la Nación electo por el pueblo”. Esto lo he contado en mi anterior libro digital que Leamos regala a sus lectores.

- ¿Se esperaba en los medios diplomáticos que el Golpe en Chile fuera tan sangriento y se extendiera por tantos años?

- Si observamos bien, el golpe fue ideado y planificado en las esferas castrenses con muy poca participación de civiles. Ni en Chile ni en el exterior se esperaba que fuera tan represivo. Es más, la Democracia Cristiana, uno de los partidos más fuertes de aquel momento, imaginaba un corto trance del gobierno militar para restaurar la normalidad y devolver el poder a la ciudadanía y no fue así. Hay que comparar las declaraciones iniciales de Patricio Aylwin y Eduardo Frei con las posteriores, cuando se enteran que el gobierno de Pinochet tenía objetivos y no plazos y, además, iba a reformar la Constitución. También hay que decir que, luego de una prolongada dictadura, Pinochet abandonó el poder luego de someterse al veredicto de la ciudadanía. Algo que no ocurrió en Cuba o en la Venezuela de la actualidad.

Quién es Juan Bautista Yofre

♦ Nació en Argentina en 1946. Es escritor y político.

♦ Fue secretario de Inteligencia del Estado entre 1989-1990 y embajador durante el gobierno de Carlos Menem.

♦ Escribió libros como Fue Cuba, Puerta de Hierro, 1976: La conspiración, Entre Hitler y Perón, Dios y la Patria se lo demanden. Los archivos secretos de la política argentina (1930-2019) y La trampa.

Otros libros gratuitos

Biblioteca Leamos es una colección de ebooks que se descargas de manera gratuita de la plataforma digital Bajalibros. Aunque su contenido se incrementa permanentemente, en este momento se pueden encontrar, entre otros, títulos como Los vientos, de Mario Vargas Llosa; Muchachos y El camino de los héroes, sobre el Mundial de Qatar y la Selección argentina; y Francisco. Diez años del Papa latinoamericano, que repasa la década en la que el Santo Padre argentino ha ejercido como máxima autoridad de la Iglesia de Roma.

También Mi amado Moreno de mi corazón, las desgarradoras cartas que María Guadalupe Cuenca de Moreno le envió su marido, el patriota argentino Mariano Moreno. Él se había embarcado rumbo a Londres... sin saber que mientras ella escribía el cuerpo de él ya estaba en el fondo del mar.

También hay una reflexión sobre el género policial de parte de uno de sus grandes escritores y lectores, Jorge Fernández Díaz.

Y clásicos como Mujercitas, 1984, Don Quijote de la Mancha o Hamlet. Y obras que apuntan a aliviar algunos de los grandes problemas de esta era, como Cómo combatir el estrés, 60 maneras de vivir sin ansiedad y 60 claves para mejorar tu autoestima. También hay libros como 60 consejos para ser buenos padres, ¿Mito o realidad? Ocho postulados sobre nutrición que conviene revisar, de Francis Holway y Biografía de mi cáncer, de Patricia Kolesnicov.

Y más: exploralo en Biblioteca Leamos, clickeando acá.

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