Publicado por Anagrama para toda Hispanoamérica, Unos meses de mi vida es el libro con el que el escritor francés Michel Houellebecq ha decidido abordar dos incidentes recientes que lo pusieron en el centro de la controversia entre 2022 y 2023. El francés reflexiona sobre lo que fue su experiencia en este periplo y revela una faceta suya que es inusual para sus lectores: la del hombre vulnerable y frágil que en nada se parece a su imagen pública de polemista incansable.
En un primer momento, Houellebecq termina en el ojo de la tormenta tras una entrevista con el filósofo Michel Onfray. Durante esta conversación, el autor de Aniquilación emitió declaraciones que, asegura, fueron malinterpretadas y sacadas de contexto. Sus palabras, sobre la islamización de Europa, se prestaron a interpretaciones según las cuales él sugería que había una conexión entre los musulmanes y el aumento de la delincuencia en el continente.
Este incidente marcó un cambio inusual en la postura de Houellebecq, conocido por obras como Plataforma y Sumisión, que han explorado críticamente la relación entre Europa y el Islam. En su nuevo libro, el autor se ve obligado a matizar y rectificar sus expresiones, demostrando una sensibilidad que contrasta con su imagen de “enfant” terrible.
El segundo escándalo que aborda Houellebecq en su libro involucra un proyecto del colectivo artístico holandés Kirac. Este grupo propuso realizar una película pornográfica en la que el autor sería el protagonista. Sin embargo, Houellebecq afirma que se sintió engañado y manipulado en este proyecto, que consideraba una performance artística.
El escritor relata cómo, a pesar de estar bajo la influencia de alcohol y las pastillas, firmó un contrato que cedía todos los derechos de las imágenes a Kirac. Ahora, su vida erótica está disponible en una plataforma de pago, generando beneficios para el colectivo, mientras él se siente violado y angustiado.
La vulnerabilidad de Houellebecq
Es interesante cómo, en el libro, el autor se deja ver lo suficientemente vulnerable ante sus lectores, no con el ánimo de que sientan pena por él, claro está, sino de exponer sus heridas al ego y su descontento por haber caído en trampas y descuidos que él mismo ha criticado en otros.
Con muy buen tino, y con el desparpajo que lo caracteriza, Houellebecq se queja amargamente de la explotación de su imagen y vida privada, mostrando una faceta más humana y menos distante de lo que su público está acostumbrado a ver.
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Lejos de ser una de las mejores piezas del autor, la crítica especializada la ha aceptado de grata manera, destacando el tono indignado del libro, impregnado de odio y ansias de desquite por las afrentas a su imagen y carrera. A pesar de su vulnerabilidad, Houellebecq no renuncia a su característico sentido del humor y su estilo ácido en la escritura. Su prosa sigue siendo precisa, aunque en ocasiones se percibe que sus detractores han identificado sus puntos débiles y le han atacado donde más le duele.
Unos meses de mi vida es un libro que despierta tanto la admiración como la polémica. En él, el autor francés se ve atrapado entre dos escándalos que han sacado a relucir su vulnerabilidad, aportando una perspectiva inusualmente humana a su figura, y demuestra una vez más que, fiel a sí mismo, no deja a nadie indiferente, ya sea por su capacidad de deslumbrar o irritar a los lectores.
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