Fue el 22 de febrero de 1997 cuando la vida de Diana López Zuleta cambió para siempre. Tenía escasos diez años cuando su padre, Luis López Peralta, concejal de Barrancas, un pequeño y caluroso municipio en el departamento colombiano de La Guajira, fue asesinado. Este trágico suceso, lejos de desvanecerse con el tiempo, se arraigó en su memoria, impulsándola a enfrentar el dolor y la oscuridad que el crimen dejó atrás.
López era un hombre querido por aquellos que lo conocían, caracterizado por su personalidad impulsiva, generosa y cercana a los ciudadanos. Sin embargo, su activismo político lo llevó a enfrentarse a fuerzas poderosas en la región.
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El concejal había denunciado públicamente a Juan Francisco “Kiko” Gómez Cerchar, un político influyente y conocido en la región, como el autor de la quema de archivos municipales. Estas declaraciones resultaron ser su sentencia de muerte, y pocos días después de sus acusaciones, fue asesinado a manos de sicarios en la recepción del hotel Iparú, de su propiedad.
En busca de la verdad
Convertirse en periodista fue la respuesta de Diana López Zuleta a la incertidumbre y el desconsuelo que le dejó la pérdida de su padre. A lo largo de más de veinte años, recopiló testimonios, asistió a audiencias relacionadas con el caso, revisó miles de páginas de expedientes judiciales y noticias de periódicos, y realizó una profunda investigación para descubrir la verdad y esclarecer quién ordenó el asesinato de su padre.
Su determinación la llevó a ser parte civil en el proceso legal que finalmente condujo a la condena del exgobernador “Kiko” Gómez a 40 años de prisión.
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“Lo que no borró el desierto”: Una crónica desgarradora
Publicado en 2020, de la mano de la filial colombiana del grupo Planeta, bajo la batuta del entonces director literario, Juan David Correa, el libro Lo que no borró el desierto, escrito por Diana López Zuleta, fue su forma de contarle al mundo cómo fue que se dieron las cosas. A través de una minuciosa investigación, la periodista nos guía por el camino que la llevó a enfrentarse a su propio miedo y a recoger los pedazos de su historia familiar. Desde recorrer lugares de su infancia hasta entrevistar a implicados, el libro se convirtió en una amalgama de emociones y recuerdos cuidadosamente reconstruidos.
El título hace referencia a su esfuerzo por no permitir que la historia de su padre y el crimen que lo marcó se borre en el desierto del olvido. A lo largo del relato, la autora expone no solo los detalles del asesinato de su padre, sino también la compleja trama política y de violencia que se tejió en torno a este caso.
En sus investigaciones, Diana López descubrió que “Kiko Gómez” fue el autor intelectual del crimen de su padre. Gómez Cerchar estaba vinculado a grupos paramilitares, y ejerció cargos importantes como alcalde de Barrancas y gobernador de La Guajira. A pesar de las numerosas acusaciones en su contra, logró mantenerse en el poder durante varios años.
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El libro de Diana López Zuleta no solo es un relato de investigación periodística, sino también una exploración de su propio duelo y la lucha por la justicia. A través de su trabajo, la autora buscó rescatar la memoria de su padre y dar voz a las víctimas de la violencia y la corrupción política en Colombia. A pesar de las amenazas y los desafíos que enfrentó, su persistencia condujo a la condena del culpable y así pudo hallar reparación.
Un eco permanente
López Zuleta logró algo que va más allá de la condena de un asesino. A través de su valiente búsqueda de la verdad, honró la memoria de su padre y construyó un legado de lucha incansable contra la injusticia. Su libro, Lo que no borró el desierto, se alza como una pieza fundamental en el rompecabezas de la historia de Colombia, una historia de valentía que desafía la oscuridad.
En un mundo donde la impunidad a menudo parece inquebrantable, la historia de esta periodista y su padre asesinado nos recuerda que cada voz tiene el poder de desafiar la injusticia y la corrupción. Este libro es un testamento de lucha, coraje y determinación, que nos insta a nunca olvidar las lecciones del pasado y a seguir luchando por la verdad y la justicia.
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