Quien haya abierto un libro y se haya sumergido en una historia seguramente habrá sentido que muchas de las situaciones y experiencias que el autor presenta en sus personajes son una forma de conocerse a sí mismo, funciona como una especie de espejo que nos refleja y nos permite adentrarnos en nuestros propios sentimientos gracias a estos autores que exploran las emociones humanas, convirtiendo el libro en una oportunidad de comprender y empatizar con sus creaciones y, a la vez, explorar lo que como lectores también sentimos.
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“El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry
“Lo esencial es invisible a los ojos”
Esta obra entrañable del mundo de la literatura ha pasado de generación en generación fascinando lectores en distintos momentos y rincones del mundo. A pesar de ser un texto corto, es capaz de llevarnos por un viaje emocionante y a la vez revelador, dado que transita por temas como la pérdida, el amor, la soledad, la amistad y con ello, el valor que tienen las conexiones que forjamos con los demás.
“Los hombres me explican cosas”, de Rebecca Solnit
A partir de un conjunto de ensayos sobre la desigualdad que existe entre hombres y mujeres, en ello la violencia y la experiencia de su vida, Solnit expone con una mirada crítica, pero no por ello lejos de la emoción, todo lo que conlleva el sexismo a partir de una perspectiva feminista. De tal forma toca este texto al lector que plantea una invitación a comprender las emociones que motivan la lucha por la equidad y cómo ha afectado a las mujeres a lo largo del tiempo.
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“En busca del tiempo perdido”, de Marcel Proust
Pasamos a otra de las obras más importantes de la literatura en la que encontramos un título que provocó un verdadero cambio en las formas de narrar, donde a través de la experiencia del propio narrador, el lector será capaz de viajar por recuerdos y emociones que, aunque ajenas, lograrán impactar y hacer que visitemos nuestro propio mundo interior.
Está conformado por siete partes que más que el relato mismo de los acontecimientos, se introduce en la memoria del narrador, caracterizado por ser un joven hipersensible que nació en el seno de una familia burguesa y a quien las tentaciones mundanas lo tientan.
“El ladrón del rayo”, de Rick Riordan (Saga “Percy Jackson y los dioses del Olimpo”)
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De la famosa saga de Percy Jackson y los dioses del Olimpo, llega este libro en esta lista que ha sido capaz de combinar aventuras increíbles, citando en sus experiencias a las emociones de los adolescentes, los personajes de esta historia. Por ejemplo, el protagonista, Percy, lidia con una dislexia, además del TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), trastornos que hacen parte de su vida y con las que debe vivir y enfrentarse a los desafíos mitológicos. Su personalidad permite que los adolescentes, especialmente, puedan identificarse con sus emociones.
“La ladrona de libros”, de Markus Zusak
Esta joya de la literatura histórica se centra en la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi y con ello, la muerte. La narración sigue la perspectiva de la muerte en la historia de una niña de 10 años cuya familia tendrá que atravesar diversas circunstancias en medio del caos que azota su territorio. En ello, la pequeña solo encontrará consuelo en los libros, los cuales debe robar. Esta es una historia que transita por la pérdida, el amor, la dificultad y la posibilidad mágica de la literatura para sanar corazones.
Empatizar con las experiencias y las historias es una forma de reconocer nuestros propios sentimientos, una de las maneras más genuinas de conectar con quienes somos y comprender las sensaciones que se despiertan ante escenas determinadas. Sin duda, estas puertas son una invitación a visitar nuestro propio mundo emocional y el recorrido por la amplia paleta de sentimientos que experimentamos en distintos momentos y de los que a veces no somos conscientes.
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